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Alcalá, 58
Madrid (Centro)
Banco de España, Retiro
91 531 00 92
60 - 80
Club 31 es el distintivo de un espectacular y distinguido restaurante de lujo en Madrid que destaca por su excelente equipo de cocina, apoyado por un atento servicio de sala de la antigua escuela, que trincha y emplata su exquisita carta a la vista del comensal. Su comedor -80 cubiertos- está habilitado para fumadores en su totalidad. Dispone de un salón reservado con una capacidad máxima de 25 comensales y ofrecen menús personalizados por encargo. La carta está disponible en español, inglés y francés y pueden atenderte en cualquiera de esos idiomas. Cuentan con servicio de aparcacoches. Permanece abierto todos los días del año (de Lunes a Domingo) excepto festivos entre semana y Agosto. Viernes y Sábados por la noche con el café sirven un chupito de chocolate con churros. Su horario de apertura es de 13:00h a 15:45h. y de 21:00h. a 23:45h.
5,0 +
Rayo: El Restaurante Club 31 -situado a los pies de la madrileña y emblemática Puerta de Alcalá- es el primer 5.0 + en Cucharete, todo un flamante 5 cucharetes con un plus que le otorga un distinguido servicio de sala de primera línea, que trincha y emplata -a la antigua usanza- a la vista del comensal la mayoría de la exquisita oferta gastronómica que luce su cuidada carta. En época de caza es una maravilla ver trabajar en directo a todo el equipo mesa por mesa.
En breve cumplirá nada más y nada menos que ¡50 años! ¡Felicidades! Ríos de historia y cientos de anécdotas -como nos comenta Ángel Fernández (su jefe de sala)- brotan de este nombre: Club 31. Quién le diría a la churrería que ocupaba antaño su lugar -en la que se degustaban buenos churros con chocolate- que con el paso de los años este espacio se convertiría en una exclusiva y elitista referencia gastronómica en Madrid, ideal para todos aquellos clientes que buscan una excelente atención acompañada del disfrute del paladar.
Retomando la idea del famoso Club 21 de Nueva York, su fundador Clodoaldo Cortés -del que cuelga una fotografía en el reservado del que os hablaré más adelante- introduce el concepto Club 31 en Madrid como un paso más. ¡Y de qué manera! Pues hasta el día de hoy, prácticamente nadie ha puesto en duda su exitosa trayectoria. No hay más que reservar y comprobarlo por uno mismo.
Puedes cruzarte con algún conocido en tus comidas o cenas en el Club -conocido para ti, otra cosa es que tú lo seas para él-, pues no es difícil encontrarse a personajes distinguidos y famosos -aunque no del mundo de la farándula- cuyo rostro descubres familiar por haber oído hablar de él en diferentes medios de comunicación: Empresarios, deportistas, políticos, intelectuales, periodistas… Pero no olvides que… ¡Tú también puedes ir al Club 31! a deleitarte con una jornada de auténtico lujo un día que consideres inolvidable y especial. ¡Que hay muchos! ¿Verdad? Familias enteras y multitud de parejas se dan un homenaje de vez en cuando… ¡Que la vida es corta!
Pasando el vestíbulo, que nos muestra su logo presidiendo un enorme jarrón con flores tras un velo que deja entrever lo que nos vamos a encontrar al bajar los escalones, llegamos a la barra. Allí podemos disfrutar de un cócktail antes de que nos asignen una mesa si el restaurante está completo, pues disponen de marcas exclusivas con las que recrearnos con algo que probemos por primera vez.
El ambiente presume de una calidez que hechiza al cliente una vez respira hondo esa romántica iluminación anaranjada. Un clima que rodea un centro de flores frescas que gobierna las dos mesas centrales -redondas y aptas para 10 comensales, o para 14 si se montan ovaladas como nos explicó Ángel-, flanqueadas por comodísimas y exclusivas sillas de metacrilato firmadas por Philippe Starck, las primeras que se utilizaron en un restaurante de Madrid, aunque hoy en día sean más visibles en otros locales -aunque la mayoría suelen ser piratas-.
Todo el comedor es móvil, por lo que las soluciones posibles a la hora de asistir en grupo son enormes. El ala de la izquierda que observamos en la imagen superior, simula un lujoso vagón de tren donde cada una de sus ventanas conforma un espejo que refleja un comedor de ensueño en el que eres partícipe. Un viaje cuyo destino es el placer… ¿Coges el tren? ¡Cada día sale a mediodía y a medianoche! ¡Compra el billete!
El espacio enamora cada segundo que pasas en él… Seduce… Cautiva… Fascina… Sugiere… ¡Es perfecto! Las mesas más románticas hacen acto de presencia en los rincones más esquinados, donde la intimidad es mayor si cabe y la visión del comedor global y relajante. Un bello mosaico decora las mesas del ala derecha del fondo, dotándolas de un carácter propio. El Club 31… es un manatial de sensaciones.
La cuidada bodega -a la vista-, nos muestra más de 200 referencias de gran calidad -todas ellas españolas, sin apenas excesos y sin incluir vinos extranjeros-. Podemos disfrutar desde el vino de la casa que ronda los 25 € -como hemos hecho nosotros en nuestra degustación-, hasta elevar a lo más alto el sentido del gusto con una entrada elitista del “Rincón del Magnum”: Vega Sicilia Único 90 de 550 €. ¡A vuestra elección!
Nosotros optamos esta vez por un blanco verdejo D.O. Rueda para los entrantes: Doña Beatriz 2006, y un tinto Cune D.O Rioja embotellado en exclusiva para Club 31 para los platos principales: Club 31 Crianza 2004 que cumplieron su función sin más espectativas, aunque cierto es que no elevaron considerablemente el importe final de la factura y deben ser tenidos en cuenta si no deseáis preocuparos en ese aspecto.
En esta zona también observamos la Cigar Gourmet, una vistosa vitrina de puros en madera con la humedad controlada en la que destacan los cubanos Cohiba, señalada por muchos expertos como la mejor marca de puros, un tabaco de las mejores vegas de la zona de Vuelta Abajo -provincia de Pinar del Río- que goza de una elaboración muy especial.
Tenemos a nuestra disposición un bonito reservado -puede montarse para 18 personas en una sola mesa o para 25 en dos de ellas- ideal para reuniones en las que la intimidad absoluta no sea una opción. Está decorado con un gran tapiz de motivos otoñales y destaca una fotografía del fundador de este exclusivo Club como os comentaba al principio: Clodoaldo Cortés, también fundador del excepcional y distingido restaurante Jockey -calle Amador de los Ríos, 6 de Madrid-.
Y visto el restaurante físicamente… ahora toca ¡examinarlo gustosamente! -nunca mejor dicho-. Y es que el sentido del gusto va de la mano de Ángel Paracuellos -desde hace tres décadas-, quién consigue una cocina en la que se combinan los platos clásicos más famosos de la casa con las propuestas más innovadoras del mercado -sin caer en excentricidades- y donde la materia prima de máxima calidad es protagonista en todo momento.
No te preocupes si al ojear su carta no te decides… pidas lo que pidas, cierra los ojos, saborea y… déjate llevar… ¡Ya nos dirás hasta dónde llegas!
La cubertería es de plata y la cristalería luce impecable flanqueando una vajilla blanca impoluta, una delicia para la vista. ¡Y todavía queda la comida!
Empezamos nuestra experiencia gastronómica de la mejor manera posible, con una Ensalada de Ventresca con Pasta Negra que os muestran FlashBack y Ninillas, muy rica sin duda, pero con los platos que venían a continuación pasó sutilmente desapercibida para mí.
¡Qué buenas estaban las Alcachofas con Cigalas al Cava! Forman parte de los primeros más exclusivos pero merecen la pena. ¡Deliciosas! ¡Repetiré cuando vuelva! Se sirven muy calientes, los corazones de alcachofa cocida se coronan con una cigalita y se glasea con salsa holandesa muy fina al cava, todo gratinado… un placer para el paladar. Me viene a la mente su sabor… Esto de escribir sobre lo que disfrutaste ese día mientras observas las fotos es una tortura… ¡Creedme!
Le siguieron unas Pencas de Acelgas Rellenas de Queso al Basilisco -FlashBack os muestra un primer plano- que me sorprendieron satisfactoriamente. Fritas, con queso en el centro y sobre una base de salsa romesco. ¡Buenísimas! Además, éste sí es de los entrantes más económicos de la carta.
Finalizamos el primer tercio con un Ragout de Macarrones al Estilo del Chef, un plato sorprendente que no pasa desapercibido en la mesa. Yo os lo muestro abierto -por uno de los camareros que te lo sirven- mientras que FlashBack os ofrece un primer plano cerrado y recién llegado a la mesa, y en la sección de Ninillas podéis ver su espectacular tamaño. El Restaurante Club 31 -lejos de lo que pueda parecer debido a su exclusividad- ofrece unas raciones generosas en todos sus platos, no te vas con la sensación de no haber cenado como ocurre en la mayoría de locales de cierto prestigio.
¡Estaban deliciosos! No se me hizo un plato pesado en ningún momento, a pesar de que se trata de macarrones guisados con trufa negra y con una enorme “carcasa” de hojaldre. Acertadísimo el toque de los daditos y salsa de foie. Pedidlo, no os arrepentiréis.
Con los platos principales nos decidimos por un plato de la sección de pescados, otro de la sección de caza y una carne -para dos personas- para cubrir de la mejor manera posible una pequeña representación de su carta. De todos modos, muchos platos llaman la atención y te piden a gritos “cómeme”, así que ya volveremos para mostraros más opciones. Mejor todavía… contadnos en los comentarios vuestras elecciones, ¡nos encantará leerlas!
Nosotros empezamos con una Lubina en Papillotte con salsa Nantua. Una exquisita lubina salvaje al horno que sale envuelta en papel de estraza como os muestro en la fotografía. Viene acompañada de un picadillo de champiñón y jamón de York y se sirve con una salsa de marisco. FlashBack os enseña todo el proceso de emplatado que tiene lugar a lado de nuestra mesa, y Ninillas el plato terminado y listo para disfrutarlo.
Resulta ser el plato más lujoso de la carta alcanzando los 34,20 € +IVA, pero merece la pena. Una materia prima que luce una calidad incuestionable. ¡Disfrutadla!
Pasamos a la caza y optamos por -recomendación expresa de Ángel- un fantástico Venado a la Austriaca con Ciruelas, Uvas Pasas y Piñones aunque nos quedamos con las ganas de un Pollito de las Landas a la Broché porque al parecer es un plato que triunfa en el Club 31 y está disponible entre los más económicos -no llega a 20 €- pero éramos cuatro y el plato que venía a continuación era para dos personas.
El venado se muestra en la mesa tal cual os lo enseña FlashBack -o Ninillas junto con sus salsas- y es emplatado cuidadosamente -imagen superior- por el equipo de sala hasta conformar la ración -imagen inferior-.
Vino tinto, verduras, tomillo… todos participan en una reducción exquisita que baña el venado con acierto y lo hace más sabroso si cabe. Y se acompaña con una guarnición de ciruelas, pasas y piñones flambeados al armagnac, un puré de manzana y otro de castaña. Un plato para el recuerdo y digno de un restaurante como en el que nos encontramos cuya preparación desde el inicio es toda una odisea: ¡14 días!
Continuamos con el Villagodio de Buey al Tuétano -asado con tuétano natural y bañado con una salsa de vino tinto y tuétano-, una ración para dos personas que muestra una carne de primerísima calidad. De las mejores carnes que he probado. Ninillas os muestra en su sección todo el proceso de emplatado en cuatro pasos, desde que nos enseñan el tremendo chuletón hasta que nos lo sirven con una guarnición de pimientos asados y patatas soufflé. ¡Menudas patatas! ¡Que ricas! Son espectaculares… ya no se encuentran en ningún restaurante dado que el trabajo que supone su elaboración es considerable -no hay más que ver la foto-, pero en el Club 31 siempre están disponibles y siempre las pide la gente, Ninillas y FlashBack os las presentan en primer plano. ¡Imaginaos probarlas! Crujientes a la vez que esponjosas… Mmmmmm…
La guinda de esta inolvidable cena la pusieron los postres, como debe ser. Aprovechamos para regarlos con un vino dulce de la D.O. Condado de Huelva Par Naranja que estaba exquisito.
Ahí tenéis unos Crepes Suzette ¡Bien buenos! Pero lo más vistoso es su esmerada y metódica preparación, para lo que hemos grabado este vídeo:
No me digáis que no os apetece reservar todavía, porque hasta ahora… habéis leído y visto cosas… probarlas en directo es otro mundo.
Como pudisteis escuchar a Ninillas al final del vídeo: “¡El soufflé no puede esperar!” Y eso es lo que viene a continuación, un exquisito Soufflé Grand Marnier -que habíamos pedido con los segundos, pues necesita 20 minutos para ser servido-. Llega espectacular a la mesa para -sin demora -ser disfrutado en todo su esplendor.
Se flambea directamente delante del comensal y es de los mejores postres que he probado nunca. ¡Tengo que aprender a hacerlo como sea! O muchas veces me veo yo en el Club 31…
También pedimos una Tarta China de Manzana con Crema Fresca -de la que os hablan detalladamente FlashBack y Ninillas- que aunque estaba buena, era eclipsada por el resto de postres que habíamos degustado.
El Club 31 es un lugar de “amor y lujo”, como las películas que le gustan a quien yo me sé, en el que la exquisita degustación se convierte en un cúmulo de sensaciones que invitan a volver en cada ocasión especial que muestre el calendario. ¡Apúntatelo en el corazón! ¡Este restaurante es para siempre!
FlashBack: Siempre que descubrimos un nuevo restaurante nos inquieta el saber cuanto tiempo permanecerá a nuestro servicio. Igualmente, la evolución, tanto en concepto como en las elaboraciones realizadas en sus fogones, supone un reto. Y lo que es más, la incertidumbre de no poder asegurar si, cuando volvamos, nos encontraremos con algo completamente distinto a lo que la última vez en la que acudimos llegamos a conocer.
En el caso del Club 31 impresiona como, acercándose ya a su medio siglo de vida, sus grandes pilares siguen conservándose como el primer día, siendo éstos los que se transmiten de generación en generación haciendo descubrir a las venideras el porqué de su continuo e imparable éxito. ¿Las razones? Una carta que contiene acertadísimas selecciones de platos clásicos con excelente presentación, una magnífica bodega que puede presumir de más de 200 referencias de los mejores vinos españoles a nuestra disposición, y como colofón pero no por ello menos importante, no se echa de menos el espectacular trato así como puesta en escena de su exquisito, al mismo tiempo que profesional, equipo de sala.
Cierto es que en nuestra ciudad podemos acudir a muchísimas propuestas que nos impresionan por su originalidad, pero resulta difícil toparnos con algo más que un restaurante bonito y una agraciada cocina. Una vez conocemos el restaurante en el que nos encontramos, no sólo nos persigue la sensación de desear volver próximamente, sino que acabamos anotándolo como aquellos lugares de referencia en los que siempre pensamos cuando de disfrutar una maravillosa velada se trata. Y es que como su nombre indica, nos encontramos ante un selecto club, que yo consideraría una gran familia, de la que es grande conocedora una selecta representación de la sociedad incluyendo políticos, empresarios, intelectuales, periodistas y artistas.
Son muchas las historias que se encierran entre sus paredes. Cuando nos situamos dentro de él, resulta todo un espectáculo el apreciar como descienden los comensales elegantemente ataviados por los escalones de la amplia y sugerente escalinata situada en la entrada de la sala. Escalones por los que han descendido personalidades como S.M. el Rey -que ocupó la mesa número 1 del restaurante-, el Monseñor Escrivá de Balaguer -que lo frecuentaba asiduamente-, o el mismísimo Orson Welles -notorio este último por la conocida historia de haber bofeteado al maitre del local, debido a que no le pudo conseguir una mesa sin reserva previa, y al estado no habitual que el cinematógrafo mantenía en aquel momento-.
Al inicio de nuestra visita, nos recibe una coqueta barra donde poder hacer algo de tiempo ya sea a nuestra llegada o al despedirnos. Desde ella, observamos la remodelación decorativa llevada a cabo por Ignacio García de Vinuesa hace unos años, intentando respetar la personalidad y el carácter íntimo de todos los espacios. Lo cual se potencia principalmente debido a la luz de unas interesantes lámparas, que descuelgan desde el techo a baja altura sobre cada una de las mesas.
Hasta la cifra de ochenta comensales pueden probar el restaurante al mismo tiempo disfrutando en todo momento de una acogedora atmósfera de tranquilidad y elegancia. Se consigue haciendo uso de pequeños detalles como plantas naturales cuidadas a conciencia y unos espejos verticales en colocación oblícua que aumentan notablemente la amplitud y el campo de visión hacia todos los rincones.
A ambos lados del pasillo central, toman lugar espaciosas mesas rectangulares cuya disposición aprovecha perfectamente el espacio, equilibrando perfectamente la intimidad deseada durante la velada con la participación en el interesante ambiente social que, de cualquier manera, aporta este club restaurante de los que ya quedan pocos.
En su totalidad, se encuentran vestidas por mantelería de tonos melocotón y una cristalería esbelta, delicada y profundamente clásica. Acompañadas de unos discretos platos, donde descansarán nuestros panecillos, con sus indispensables cuchillos a la izquierda de cada comensal como bien es costumbre en las tradiciones más anglosajonas y elegantes de nuestro continente.
En el corazón de la sala, resalta especialmente una exclusiva tabla redonda, fabulosa para grupos más numerosos y ampliable en función de la necesidad, la cual goza de ese aura de visibilidad y encanto sensual que fascina a aquellos que la ocupan. Debido sin duda a ocupar una posición de protagonismo y exclusividad con respecto al resto de posiciones en derredor.
Si lo que deseamos, sin embargo, es disponer de una privacidad absoluta porque el momento lo requiere, en el Club 31 no se han olvidado de nosotros. Por esta razón, se dispone de un cuarto reservado para una mesa redonda con capacidad de hasta 25 comensales presidido por un retrato de su fundador Clodoaldo Cortés, quien marcó un hito en la gastronomía de este pais con la inauguración allá por 1945 del Restaurante Jockey y, posteriormente, éste en el que nos encontramos el cual es considerado por muchos su hermano pequeño, pero no por ello menos atractivo. Aunque distintos ambos poseen cualidades muy seductoras.
Una vez hemos alcanzamos la mesa de nuestra reserva, nos apasiona echar un vistazo a la bien estructurada variedad de platos a nuestra disposición, divida en Entrantes, Pescados, Aves y Caza y Carnes. Una carta muy bien aprendida por los clientes asiduos del local que vuelven una y otra vez para disfrutar de sus grandes creaciones estrella entre las que destacan las Alcachofas con Cigalas al Cava, la Ensalada de Bogavante o el famoso Pollito de las Landas a la Broche.
Existiendo una fantástica bodega como la que previamente he comentado, no podemos si no elegir un par de caldos con los que regar nuestra cena, a saber: un Vino blanco Doña Beatriz 2006 D.O. de Rueda elaborado con variedad de uva verdejo y Vino tinto Cune Crianza 2004 D.O. de Rioja embotellado en exclusiva para el Club 31 por las las bodegas Viña Real e Imperial. Un par de caldos llevaderos, apropiados y correctos con los que regamos nuestra cena, acompañando las elaboraciones culinarias que hemos elegido sin quitarles protagonismo.
Comenzamos por una Ensalada de Ventresca con pasta negra, que se nos presenta en frío originalmente decorada sobre una cama de pasta negra, que se elabora con tinta de calamar, y cebolla dulce. Una excelente elección a la que acompañamos igualmente con unas Alcachofas con Cigalas al cava -os la muestran mis compañeros- de las que me apasiona la salsa holandesa al cava con la que vienen bañadas y gratinadas posteriormente.
Igualmente sabrosas aunque con más carácter resultan las Pencas de Acelgas rellenas de Queso al Basilisco. Unas pencas -parte blanca de la acelga limpiada previamente- escogidas y acompañadas de queso fresco, rebozadas y fritas sobre una salsa en la que predomina el tomate, los pimientos de romesco y posee un ligero toque picante. Un entrante más contundente que los anteriores para los amantes de sensaciones más fuertes.
Espectacular por su elaboración es el adjetivo que mejor define al Ragout de Macarrones al estilo del Chef, completamente cubierto por un delicioso hojaldre al horno que esconde -Rayo os lo muestra abierto- unos macarrones acompañados de salsa de foie y trufa negra. De esos platos con los que sorprenderemos al resto de comensales que nos acompañan, tanto visualmente como con la mezcla de sabores en sus paladares. Altamente recomendable.
Si ya con el plato anterior hemos experimentado la profesionalidad y buen saber hacer del servicio de sala, dimensionado con suficiente generosidad para no pasar por alto ni un solo detalle de cada una de las mesas, se finaliza antes nuestros ojos cual ritual una lomo salvaje de Lubina al papillote con Salsa Nantua. Observamos con curiosidad como se desprende del papel de estraza con la que se cubre para conservar todo su sabor durante su elaboración y se nos sirve con una sabrosa salsa italiana realizada con champiñón y jamón, además de patata cocida y salsa de marisco. Un auténtico disfrute para los apasionados de este pescado que sin lugar a dudas tardarán en olvidar, si algún día lo hacen.
Sobre una increíblemente enorme bandeja, previo a ser servido en nuestros platos, se nos acerca el Venado a la Austríaca con Ciruela, Uvas Pasas y Piñones. Una acertadísima opción de caza elaborada al más puro estilo germano, tras una maceración de catorce días en tomillo que le impregna a la carne una textura de ternura envidiable. Y por si aún nos parece una fácil elaboración, acceden a contarnos algún que otro secreto más de la receta como es la reducción de puerro, zanahoria y tomillo que se la añade o las estimulantes salsas de puré de castañas, puré de manzana, ciruelas y piñones que resulta un acompañamiento ideal. ¿El remate final? Un flambeado de armagnac. Una creación de las que uno se queda sin palabras para poder explicar lo sublime de su degustación.
De lo más ligero a lo más consistente, finalizamos la ruta por los platos principales con un estupendo Villagodio de Buey al Tuétano, recomendable para un par de personas. Se nos presenta con acompañamiento de tuétano, que le confiere un sabrosísimo gusto, una salsa vino tinto y guarición de pimientos asados. Y es que este corte procedente del lomo alto de la res impresiona por la alta calidad de su materia prima.
No contentos con la espectacularidad del villagodio en el Club 31 se nos ofrece siempre algo más y en este caso se trata de las Patatas Soufflé. Servidas sobre una elegante fuente de pie y cuya elaboración supone un auténtico derroche de tiempo. Eso sí, consiste todo un lujo el disfrutarlas con una carne de tan alta calidad como la mencionada.
Visto lo visto hasta el momento, decidimos degustar los postres acompañados de un Vino dulce Par de la D.O. del Condado de Huelva, perfecto para no dejar a solas, por ejemplo, a una Tarta China de Manzana con Crema Fresca que contiene en su banda de hojaldre una crema pastelera, manzana asada y nata líquida. Junto con las grosellas que se sirve podemos apreciar la compensación entre ese siempre ligero sabor ácido con la suavidad de sus ingredientes. Claro que este es sólo el principio, inexcusable el perderse otras selecciones únicas como son las Creppes Suzette o el excelente Soufflé Grand Marnier, que os muestran en sus otras dos opiniones Rayo y Ninillas.
Cuando una cena resulta tan sobresaliente, ¿por que no finalizarla con unos buenos cafés? Así que como es éste el caso con el que nos encontramos, nos decidimos con ellos y acertamos. Ya que se sirven de forma exquisita con terrones de azúcar blanca y moreno, así como con un plato de dulces variados: trufas de chocolate, coco y pastitas con forma de cuchara.
Acudir al Restaurante Club 31 supone una experiencia muy distinta a la que podemos obtener en cualquiera de los restaurantes de nuestra ciudad, una combinación de exquisitez en la cocina con un servicio de sala y trato humano que supera con creces a la media a la que se nos intenta acostumbrar en la numerosísima oferta de nuestra ciudad. Sin duda un lugar único y exclusivo donde siempre querremos volver, en el que Ángel Fernández -su jefe de sala y sumiller desde hace muchos más años de lo que pensamos- y Ángel Paracuellos -gran jefe de cocina donde los haya- tienen mucho que ver en ello.
Acabaría ya mi artículo pero no quiero dejar de recordar que detalles que aún corroboran más mi exposición en el párrafo anterior como la esmerada atención que supone disponer de un servicio de reservas en el número del restaurante de 9:00 h a 1:00 de la noche o la tradición de servir chupitos de chocolate con churros los viernes y sábados por la noche a todos los comensales que deciden tomar café. Esperamos que si os decidís a comprobarlo de primera mano, disfrutéis tanto como nosotros lo hemos hecho esta noche. ¡Hasta la próxima semana!
Ninillas: Al restaurante de hoy le tenía ganas, muchas ganas… Siempre que pasaba por delante de su puerta me preguntaba qué se cocería allí dentro, cómo sería cenar en un sitio con tanta solera –el año que viene cumplirá 50 años- y si esta solera habría afectado a su oferta gastronómica, pero sobre todo me preguntaba si una vez dentro, no me sentiría fuera de lugar. Yo no pertenezco a la clase política, ni a la alta burguesía, tampoco soy una influyente mujer de negocios, por supuesto con la banca nada que ver –ya me gustaría a mí- y bueno, me quedaría ser una intelectual, artista o periodista reconocida, pero tampoco. Vamos… que lo que yo quería saber, es si siendo una simple Cucharete tendría cabida en un restaurante así. Para saberlo, tendrán que seguirme en nuestra visita, no queda otra.
Lo primero con lo que uno se encuentra al entrar en el Restaurante Club 31 es con la zona de barra, ideal para tomar la primera copa antes de comer o cenar. Frente a ella su bodega a la vista, que cuenta con una cuidada selección de vinos -200 referencias-, todos ellos españoles. Al lado de la bodega, se encuentra un reservado –mostrado por Rayo y FlashBack- perfecto para comidas de negocios o reuniones de amigos, en las que la privacidad se hace imprescindible.
Unos pocos escalones separan la zona de barra de la sala, son pocos, ya les digo, pero los suficientes para que el sitio se preste al “paseíllo”. Me explico, tal y como está distribuido el restaurante es inevitable ver y ser visto, de modo que niñas… ¡hay que ponerse monas! Se impone un carmín rojo intenso para la noche, un buen tacón de aguja y para las que dispongan de ellas… joyas, ¡qué mejor lugar para lucirlas! Para ellos… pues de todo había, pero observé un claro predominio de chaqueta y corbata, aunque no se exige –sólo hay que ver a Rayo y FlashBack-.
Hace cinco años más o menos, al restaurante le efectuaron un lavado de cara, pero eso sí, manteniendo su estructura y sobre todo su espíritu. El restyling corrió a cargo de Ignacio García de Vinuesa por lo que, como ya podéis imaginar, el resultado fue de sobresaliente. Se introdujo mobiliario nuevo, como las sillas de metacrilato Louis Ghost del diseñador Philippe Starck que acompañan algunas de sus mesas, al tiempo que se conservó el forrado de madera de sus paredes. En definitiva se llevaron a cabo cambios muy sutiles y acordes a la filosofía de la casa.
En conjunto, se ha conseguido un ambiente relajado, muy cómodo, ideal para una comida de negocios o por qué no, un encuentro romántico. Lo cierto es que, tal y como se nos presenta el comedor, la intimidad está asegurada. Sus mesas rectangulares se disponen en hileras a modo de vagón de tren para los laterales, de forma que uno se queda tranquilo sabiendo que no haces partícipe de tu conversación al de la mesa de al lado, y para la zona central, se opta por mesas redondas para 6, 8 ó 10 comensales. Para un número superior se convierten en ovaladas, de 14, o bien se puede optar por el reservado, que ofrece hasta 25 cubiertos.
Respecto a la indumentaria… Mantel, bajo mantel y servilleta anaranjados -a juego con la iluminación del local-, por supuesto de tela, vajilla y cristalería sobria y elegante. Y la cubertería… la cubertería es de plata y tiene historia, exactamente la misma que el restaurante, pues es la originaria. Vamos que, si los cuchillos hablaran, la de secretos que contarían. Para completar el conjunto una flor natural, pero ¡mira que me gustan a mí las flores en la mesa!
Pero, a todo esto, ¿qué se come aquí? Bien, el Restaurante Club 31 nos presenta una carta ecléctica e impecable donde una cocina clásica internacional se ve reforzada con aires más actuales, los justos eso sí, porque cuando uno se sienta a su mesa sabe que va a encontrar lo de siempre, pero irreprochable, de eso se encarga su jefe de cocina Ángel Paracuellos. No se cambia por cambiar, eso ya lo hacen otros, aquí se cuenta con una clientela muy fiel que sabe qué pedir y cuál va a ser el resultado. Se ofrece una cocina de calidad y, por supuesto, con los mejores ingredientes del mercado. Así nos encontramos con platos como el Solomillo de buey a la broche, la Lubina en papillote salsa Nantua, los Callos Club 31, Ensalada de bogavante o Pollito de las Landas a la Broche.
Vamos a ir empezando con el desfile de viandas porque hay faena. Íbamos cuatro, nuestra intención era compartir entrantes y que luego cada cual degustase su plato principal. Se quedó en eso, en intención, porque lo cierto es que nos montamos un fantástico menú degustación personal y probamos todo de todos.
Comenzamos con el aperitivo, una Crema de verduras –foto superior- para abrir boca y acondicionar estómagos. Y en la foto inferior os presento la Ensalada de Ventresca con pasta negra. Llevaba además de la ventresca, cebolla dulce y pasta negra con tinta de calamar. Estaba buena, aunque fue quizás el plato que menos llamó mi atención.
Éste sí que sí, Alcachofas con Cigalas al Cava. Eran 3 corazones de alcachofa cocida con una cigala, todo iba glaseado con una salsa holandesa al cava perfecta de punto, el último paso… su gratinado en el horno. El resultado… pues de sobresaliente.
No se le quedaron atrás las Pencas de Acelgas rellenas de Queso al Basilisco –mostradas por Rayo y FlashBack-, una delicia. Aquí os muestro el Ragout de Macarrones al estilo del Chef. ¿Y en qué consistía ese estilo? Pues bien, los macarrones se guisan con trufa negra, se le añaden dados y salsa de foie. En una tartaleta se prepara el hojaldre con el que se taparán los macarrones, al horno y… a disfrutar. Me encantó este plato, reconozco que es un sabor raro que no llega a todo el mundo, pero a mí me encandiló, sobre todo porque el sabor se veía muy potenciado por la fuerza de la trufa.
Tras unos entrantes de impacto, vayamos a por los segundos porque a partir de aquí la cena viene con espectáculo incluido, el que ofrece su fantástico servicio de sala. Quedan pocos así, son de la vieja escuela y aquí el concepto de camarero como simple “transportista” de platos, está desterrado. Ellos preparan, cortan, trinchan y elaboran algunos de los platos a la vista del cliente y la verdad, es que es un gustazo verlos.
En la foto, Lubina en Papillote con salsa Nantua. Se trataba de un lomo de lubina salvaje al horno envuelto en papel de estraza –para conservar jugos-, y como tal llegó a la mesa para posteriormente ser montado el plato por el camarero en nuestra presencia. Yo os muestro el resultado final, el lomo de lubina acompañado por un picadillo de champiñón y jamón de york, además de una salsa de marisco con una patatita. El pescado qué os voy a contar… buenísimo, en su punto justo. Y la salsa que le acompañaba… más de lo mismo, perfecta.
El puro sabor a monte vino de la mano del Venado a la austriaca con ciruelas, uvas pasas y piñones. El plato montado os lo muestra Rayo, yo os lo enseño paso a paso. En primer lugar el venado, que lo tienen macerando durante 14 días con vino tinto, verduras y tomillo. Transcurrido ese tiempo se elabora la salsa reduciendo ese vino y esas verduras. El resultado es una carne de sabor potente que se deshace sola en la boca.
El acompañamiento para el venado eran ciruelas pasas y piñones flambeados con Armagnac, puré de castañas y puré de manzanas. En resumen una elaboración clásica, pero tremendamente sabrosa.
Y estas son sus famosas Patatas Soufflé, riquísimas. En Madrid sólo quedan un par de sitios que las preparen así, una pena. Venían como guarnición para el Villagodio de buey al tuétano, un plato para dos personas
El villagodio -chuletón del lomo alto- de buey junto con las patatas soufflé son un clásico de la casa y no es para menos porque está delicioso. El chuletón es asado con tuétano natural y al servir se acompaña de pimiento asados, salsa de vino tinto y tuétano y por supuesto, las patatas soufflé. Ésta de abajo es la secuencia completa de corte, trinchado y emplatado.
Tras los segundos, que no sólo alimentaron el estómago sino también el espíritu, quedaban los postres, y había que probarlos aunque fuera la última acción de nuestras vidas pues el Restaurante Club 31 cuenta también con un cocinero repostero y eso siempre se nota. Pedimos tres postres para compartir. Los Creppes Suzette –mostrados por Rayo- fueron flambeados en vivo y desde luego respondieron a las espectativas de los cuatro.
En la foto, Tarta China de Manzana con Crema Fresca, entraba sola, muy rica. Consistía en una banda muy fina de hojaldre que llevaba encima crema pastelera y manzana reineta. Para terminar nata líquida.
Soufflé Grand Marnier, un espectáculo verlo flambear y más aún degustarlo. Hay que pedirlo cuando se vaya por los segundos o de lo contrario tocará esperar como nos ocurrió a nosotros, pero desde luego mereció la pena. Los precios de los postres rondaban los 10 € y desde luego lo valen.
Regamos la cena con un Doña Beatriz 2006 -blanco verdejo D.O. Rueda- para los entrantes a 16.50 € +IVA y un tinto Cune D.O Rioja embotellado en exclusiva para Club 31 para los platos principales: Club 31 Crianza 2004 a 25.50 € +IVA. Cumplieron sus expectativas sin más, claro que, tampoco elevaron el importe final.
Tras unos cafés y unas copitas de vino dulce D.O. Condado de Huelva Par Naranja a 5.35 € finalizamos nuestra maravillosa velada y por supuesto me fui a hacer una visita al baño: muy elegante.
Y ahora viene lo de siempre… pero con novedad incluida, la de su puntuación, es nuestro primer “5.0 +”. La explicación es sencilla, la experiencia gastronómica fue claramente de un 5 cucharetes, pero el servicio de sala comandado magistralmente por Ángel Fernández lo desmarcó del resto. Un servicio de sala de la alta escuela, eficaz y al mismo tiempo discreto. Todo funciona como debe y sin embargo parece que no hay nadie alrededor.
Por lo demás, yo creo que ha quedado todo dicho, el Restaurante Club 31 conjuga una cocina clásica elaborada a la perfección con una moderna decoración. La factura, que puede no estar al alcance de todos –nosotros salimos por 83 € por persona-, no es elevada porque el sitio lo vale y lo bueno se paga. Aún con todo, es un restaurante al que hay que ir al menos una vez ya sea por su cocina, por la atracción del mito o simplemente por ver y ser visto. Tras una primera visita, estoy convencida de que las posteriores no necesitan rogatoria.
PD: no puedo dejar de agradecer a José Mª Ledesma –camarero del restaurante- su “santa paciencia”, su trato y, por encima de todo, su profesionalidad y saber estar. Gracias a él y a sus compañeros, mi pregunta inicial se respondió exactamente en cinco minutos, los que tardamos en sentarnos en nuestra mesa. Gracias por hacerme sentir como en casa.
Cucharete: El Club 31 es un lugar que todo madrileño debe visitar para disfrutar con los cinco sentidos de uno de los mejores restaurantes que nos ofrece esta maravillosa ciudad. El primer 5 cucharetes del blog que se destaca -como se merece- con un plus de sensaciones. Todo un lujo saborear los platos -clásicos e innovadores- de Ángel Paracuellos mientras somos atendidos por un exquisito servicio de sala que mima al comensal durante toda la degustación. Mi equipo cenó por 83 €/persona, cuatro personas con 4 entrantes, 4 platos principales, 2 botellas de vino, agua, 4 postres, 3 copas de vino dulce y 3 cafés, lo que hizo que superásemos el valor máximo de la horquilla de precios.
Su exquisita decoración y ambiente romántico. Su cálida y agradable iluminación. El distinguido y atento trato del servicio. El emplatado de la antigua escuela a la vista del comensal. La calidad de sus materias primas acompañada de su espléndida cocina. Su escogida bodega. Detalles como el chupito de chocolate con churros que sirve los Viernes y Sábados por la noche con el café. Su irreprochable trayectoria.
Nada.
5,0 +
31 comentarios a “Club 31”
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En “lo peor” si hay un pero: 83 Euros por persona!!! Eso es lo que gasto yo para llenar la cesta de la compra una semana.
Para la inmensa mayoria de jovenes mileuristas hipotecados entre los que me encuentro, una restaurante de estas caracteristicas jamas podrá entrar en nuestro presupuesto salvo ocasion super especialisima.
El restaurante es impecable en su calidad, pero el precio no puede ser aceptado como normal y positivo si solo puede acceder a él una élite.
Hola Francisco,
nuestra cena se eleva de precio porque incluso disfrutamos de copas de vino dulce para acompañar el postre, y pudimos haber pedido dos primeros para compartir en vez de cuatro. Pero reconocemos que este restaurante debe ser tenido muy en cuenta para ocasiones muy especiales, en las que nada se deje al azar y todo resulte perfecto. Lo que confirma que no sólo una élite puede acceder a él, sino todos nosotros “alguna vez”.
Intentamos cubrir un gran abanico de calidades y horquillas de precio en el blog, para todos nuestros lectores: los que ya tienen la hipoteca pagada y los que no.
Un saludo.
Coincido con Francisco… en la valoración final a un restaurante deberíais contar con la relación calidad-precio, al menos si queréis continuar siendo cercanos al madrileño de a pie, que creo que será vuestro principal lector. Queremos críticos “colegas”, no críticos a los cuales no les afecta el mundano y plebeyo concepto de “pagar la cuenta”…
Un saludo!
Hola Antonio,
no os preocupéis, seguiremos cubriendo restaurantes de todos los precios: unos serán perfectos para visitar cualquier fin de semana y otros serán más exclusivos, imprescindibles para ocasiones muy especiales. Echando un vistazo a la clasificación por precios salta a la vista dónde hay un mayor número de ellos. En este caso, ten por seguro que si la relación calidad/precio no fuese óptima, no podría ser un 5 Cucharetes.
Un saludo.
Creo que no me he explicado bien. No es que no esté de acuerdo con que pongais restaurantes caros tambien en la web. De hecho puedo decir que disfruto con vuestra pagina viendo semanalmente los restaurantes q añadis aunque sepa que no puedo ir a ellos.
Lo que me refiero es que tal vez esperaba algo asi como: lo mejor, tal y cual cosa; lo peor, que es caro aunque la calidad sea buena. Es que sino parece que 83 euros es un buen precio, y aunque hay mucha gente con la hipoteca pagada como tu dices, creo que en nuestro pais, por desgracia hoy en dia, ese es un precio bastante alto para salir a cenar.
Un saludo.
Hola Francisco,
gracias por tu explicación y tus halagos. Confirmamos que el importe de nuestra factura para este restaurante es bueno, muy bueno, caro -en este caso- sería si lo que degustamos -lo que muestran nuestras fotos- fuesen 150 €/persona (que los hay de ese precio y que para lo que ofrecen tampoco son caros).
Por supuesto, en el Club 31 se puede cenar -disfrutando- perfectamente con 60 €/persona (como marca nuestro mínimo de la horquilla de precios que facilitamos, que no es la misma que se muestra en una nota de prensa a las que estáis más habituados) y también se puede cenar por un importe de 4 dígitos (disfrutando unos Cohiba y regando la cena con Vega Sicilia Único, terminando con un cava exclusivo).
Nuestra cena ya se sale de la media, pues incluye incluso copas de vino dulce, entrantes para los cuatro, dos botellas de vino y cafés.
Damos por terminada esta charla, esperando que los próximos comentarios sean experiencias de otras personas en diferentes visitas al local. Coméntanos cualquier duda en nuestra sección de contacto, pues estaremos encantados de intercambiar todo tipo de impresiones contigo, incluso para que nos recomiendes locales que te gusten.
Un saludo.
Me ha soprendido gratamente encontrar uno de mis restaurantes favoritos en vuestro espacio, que sigo desde hace tiempo porque habéis sido capaces de despertar mi atención hacia sitios que desconocía.
El Club 31 es, año tras año, mi elección para celebrar el aniversario con mi mujer, y no creo que cambiemos nunca. Para nosotros es un lugar muy especial.
Es una pena que no hayáis probado el pollito, a mi mujer le encanta.
Un saludo a los 3 cucharetes.
Impresionante crítica e impresionante restaurante q ni sabía q existía. Parece q el sitio lo merece. Presento mi trabajo fin de carrera dentro de dos meses, y éste será el sitio elegido para invitar a toda mi familia, q es quien más se merece una comida como la que mostrais aquí. Ya os contaré. Gracias cucharetes.
Gracias Rayo por la recomendación, salí muy sorprendido positivamente tras la cena en el Club 31
Hola, he leido todos los comentarios, y he elegido este restaurante para pedirle matrimonio a mi espero…futura esposa.
Creo que hay mucho mileurista gastando su dinero en máquinas tragaperras, y en copas todos los fines de semana…. cada uno conoce muy bien su economía, pero creo que no hay excusa para conocer un restaurante de este tipo.
Lo que si creo que hay mucho tacaño por ahí sin saber disfrutar de ciertos momentos únicos.
Mañana os contaré como ha ido todo….UN SALUDO y enhorabuena a todos los que inventasteis “cucharete”.
Enhorabuena Cucharetes!!! Es la primera vez que visito vuestro blog y da gusto verlo. Tanto las críticas como las fotografías son estupendas para hacerse una idea de este increíble restaurante que me marco como meta de degustación en cuanto la economía lo permita :D.
Un saludo y seguid así,pasad de todas las críticas estúpidas que hace la gente que no sabe valorar el tiempo que dedicáis al maravilloso placer de comer.
Hola Luis,
esperamos ese comentario con gran expectación, sobre todo… para saber si tienes un: ¡SÍ QUIERO!
Un saludo.
PD. Gracias al resto de comentaristas por los halagos.
Hola soy yo, la futura esposa de Luis…El sitio me encantó, lo encontré como un pequeño espacio donde todavia se mantiene la “magia” de los buenos restaurantes, un sitio acogedor. La historia es que me chico me invitó sin yo saber el sitio y lo que después lo que me deparaba el postre, los platos los eligió él, de primero una riquísimas alcachofas con cigalas al cava, mira que yo no soy de alcachofas pero un 10 sobre 10, de segundo Villagodio de buey al tuetano acompañado de esas ricas patatas que son como un explosión de sabor, vamos que no quedarón ni una y por último el Soufflé Grand Marnier junto con una copita de Cava y dentro de la mia (que por cierto si me descuido también me lo como) un precioso anillo de pedida, el jefe de sala compinchado con Luis ya le habia metido en mi copa y yo sin darme cuenta, el vino como no, un rueda verdejo de Doña Beatriz..
La contestación por supuesto…. SI QUIERO……
GRACIAS CUCHARETE!!!!!!
¡Enhorabuena pareja! Nos alegramos de haber contribuído de algún modo a la confirmación de vuestro amor.
La noche del martes 11, coincidiendo con la edición del ‘First Tuesday’ de este mes de marzo, aprovechaba la visita de Pedro Canut para comentar las recomendaciones de Rayo sobre el restaurante. Con el carácter expeditivo de este abogado zaragozano, la conversación nos llevó a tirar de taxi de forma inmediata y plantarnos en el sitio sin reserva y con apetito.
Tal como le prometía a Rayo el martes, comparto con l@s lector@s del Cucharete mis impresiones, que espero se enriquezcan con las de Pedro en breve.
Nuestra elección, siguiendo las indicaciones de Marcos, empezaba con unas alcachofas. Exquisitas, en su presentación y en su condimentación. Un entrante ligero puesto que compartimos una ración… El pan, quizás por la hora a la que acudimos al restaurante (cerca de las once de la noche) no aportaba mucho.
El plato principal se dividió entre el pescado que pidió Pedro, una lubina con muy buena pinta y la carne, el Steak Tartar que me comí yo. Perfectamente condimentado, con su justa ración de pimienta negra recién molida: muy correcto, abundante y sabroso.
De primera también el servicio: acompaña al ambiente del lugar, un tanto añejo. Un servicio a la antigua usanza, francamente agradable. Nos hizo sentir como en casa.
Si hay que ponerle alguna pega sería a su carta de vinos. Demasiado enfocada en las denominaciones por defecto, Rioja y Ribera, intenta compensar con una amplia colección de otras denominaciones menos conocidas, así como con un cajón de sastre con caldos de la tierra que, sin embargo adolecen de su poca o nula variedad. Además, habiéndose centrado en los productos más caros de cada bodega, el efecto del vino en la cuenta se deja notar demasiado.
En nuestro caso no nos complicamos en exceso la vida con el vino. Un par de copas de un buen Verdejo para acompañar las alcachofas daban paso a un Enate Merlot-Cabernet que acompañaba perfectamente a la carne cruda de vaca que me metí entre pecho y espalda.
Espoleados por las palabras de Rayo, no podíamos terminar la agradable sobremesa de otra forma. Dos Souflés Grand Marnier, de vainilla y chocolate, culminaban la cena. Una textura muy conseguida, lo más difícil. Sabroso y ligero, una delicia para casi cualquier paladar.
El café nada espectacular. Algo que redondeaba la impresión general del restaurante. Cosas sencillas, pocas, pero de primera. Lo necesario para conformar el ambiente necesario para compartir una sobremesa agradable, sin prisas. Eso sí, no puedes ir pensando en tu cartera.
Volveré…
Lo prometido es deuda, y acostumbro a pagar las mías
El “diablo” está en los detalles; y a razón de 197,00 €uracos (por un 1º compartido y dos segundos + cafe y orujo) no es aceptable que el camarero me de a probar a mí el “steak tartar” que pidió el Sr. Fumero.
La lubina estaba muy buena (sin llegar a espectacular), pero escasa; las alcachofas - coincido con Antonio - deliciosas.
Tomé postre (que no acostumbro) y no salí defraudado.
La relación calidad precio totalmente descompensada; máxime si 3 días más tarde en “
referencia a otro restaurante” (plaza salamero en Zaragoza) cuatro personas comimos hasta reventar por160,00 €; con servicio excelente y esa “gentileza” de dejar la botella de orujo a disposición de los comensales.Es muy probable que vuelva.
Muy buenas: Estoy de acuerdo con Cucharete. El precio de 83 euros por comensal no es nada caro para los servicios que han recibido (sin haber pedido vinos de precio excesivo). No hay que olivdar que es una opinión que se ofrece y que va dirigida, a todo aquel que se conecte con Cucharete no solamente para el público de Madrid.
No conozco aún éste restaurante pero por lo descrito pienso ir en la primera ocasión que tenga. Disfrutar de un servicio de camareros
verdaderamente profesional es hoy en día un lujo poco común.
No olvidemos que en mas de una ocasión hemos comido en restaurantes a precios bastante más reducidos y nos han parecido excesivamente caros para la calidad y servicio que nos han ofrecido.
Respeto la opinión de todas las personas que hacen los comentarios pero yo comienzo a leer las críticas por los restaurantes de cinco cucharetes. Gracias al equipo de Cucharete porque hasta ahora no me han decepcionado.
El otro dia fui a cenar. Podeis ver otro punto de vista en mi blog.
Lo de otro punto de vista es broma…. os he cojido prestadas unas fotos……
Gracias por vuestros comentarios, cuando busco restaurantes que probar siempre miró por aqui. Sois muy exaustivos.
Saludos
El sábado estuve cenando en este espectacular restaurante , era una sorpresa para una ocasión especial y merecía un sitio como este.
Desborda calidad y clase en todo.
La atención explendida y la comida exquisita en presentación y sabor , para repetir en una ocasión especial como esta.
Una cena romántica en un reencuentro después de diez años con una petición de noviazgo con vistas a algo más.
Fué maravilloso y nunca olvidaré el sitio , y volveré seguramente cada año.
hola a todos, lo primero es felicitaros por la excelente crítica que hacéis, es tan completa que parece que estás en el sitio. Lo peor es leer las críticas con el estómago vacío.
Bueno, respecto al Club 31, fuimos a celebrar el cumpleaños de mi marido con nuestros tres hijos de 20, 10 y 5 años.
En primer lugar el ambiente me pareció un poco decadente, parecía trasladado a la época de los 70, pero esto en el fondo tiene su encanto y es preferible a los excesos modernistas y minimalistas de algunos locales de moda.
En segundo lugar, el servicio superatento pero quizá un poco estirado, es decir de estas veces que te sientes poco natural en tus movimientos e intentas estar a “la altura”.
Pero lo que se refiere a la comida no hay duda, excelente.
De primero tomamos jamón ( para mi hijo que es su primero siempre), las alcachofas ( impresionantes ), una vichisoise para la pequeña ( mal el detalle de picar cebollino cuando saben que a los niños cualquier alteración de un plato tradicional provoca su rechazo ), y una especie de salmón relleno de queso philadelphia ( esto era superempalagoso, el típico plato de solterón que no sabe cocinar ).
De segundo pedimos el villagodio para tres, solomillo y las patatas souffles, exquisito todo, el villagodio es superjugoso, tierno, sabroso, la salsa es aquella tradicional que toda la vida se ha tomado con un roast beef o cualquier asado, el jugo de carne de siempre vamos.
En resumen recomendable ( bastante caro ), para ciertas ocasiones puntuales, y quizá necesario conocerlo para saber como se comía (bien) hace unos años en Madrid. Creo que hoy hay otras opciones más interesantes por ese precio.
Este sábado pruebo el Asiana, espero que esté a la altura de vuestro Cucharete de Oro, os contaré.
Para celebrar decidimos darnos un capricho y probar este famoso restaurante. Es muy acogedor siendo que la sala es bastante pequeña y queda una atmosfera como muy intima. El servicio es muy bueno, los camareros están muy pendientes. La comida está muy bien, sabrosa y bien presentada pero en nuestra opinión no es de las mejores. La carta de vinos es muy completa. Ah y tiene servicio de aparcacoches. Pero todo esto se paga… y bien!
A nosotros nos salió por 100 euros por persona (2 Martini, 2 entrantes, 2 segundos de pescado, vino y cafés). Se puede gastar un poco menos, hay platos y vinos por menos de 20 euros pero si te tiras a lo más barato es probable que salgas pagando 70 euros y te quedes con hambre.
De hecho la franja de precios aquí publicada me parece que se quede corta, yo diría de 80 a 100 euros por persona.
En fin si buscas un sitio para comer bien pero sin tanta “exclusividad” en Madrid hay alternativas muy buenas y a mejor precio creo. Por tanto bien pero difícilmente volveré, prefiero gastar unos pocos eurillos más y pegarme ya el súper homenaje en lo más exclusivo.
Hola a todos,
Hace un par de meses fuí a cenar con mi pareja a este restaurante tan recomendado. Mi decepción fue enorme. El local, en cuanto a decoración pretende ser moderno, pero el toque rancio, antiguo no se lo quita nadie. El ambiente es de cincuenta años para arriba.
En cuanto a la comida, no está mal, pero me parece abusivo pagar 183 € por dos personas (sin postre), cuando en otros sitios por la misma cantidad cenas con gran diferencia.
Mi recomendación, probad si queréis, pero yo tengo claro que primero iría a otros restaurantes.
Un saludo,
Mauro.
Pd. ah¡¡ Y encime el servicio… borde, menos una chica que nos atendio al principio, el resto …
La comida me pareció muy buena, toda, sin excepción. Me encantó la ensalada César con parmesano y el solomillo que fue lo que tomé de plato principal. Mi amigo tomó faisán y también le gustó mucho.
Tiene algunos detalles decepcionantes, por ejemplo que te intenten colocar el vino de la casa - cvne - sin haberte enseñado la carta de vinos (un error garrafal en mi opinión porque a lo mejor el cliente se quiere pedir un vino de 100 euros y le colocas el de la casa). El servicio también me pareció apresurado, poco acorde con la calidad de la comida y la solera del sitio.
Lástima que no llegué entero al postre y me tuve que conformar con un sorbete.
Una decepción!!!!!
El sitio es muy mono, es cierto.
El servicio es amable, es cierto.
Pero la comida….es realmente mediocre, nada especial.
Comimos una pasta sofflé y la pasta estaba demasiado hecha.
los segundos platos no fueron nada especial, yo tomé un ciervo algo soso y la verdad es que lo que más me gustó fueron unas patatas fritas “soufflé” que las hacía tam
la cena nos costó como 100€ por cabeza y de verdad considero que para este precio un restaurante tiene que ser memorable, no solo como sitio sino también en lo que a la comida se refiere!!! y esto no lo fue, ni muchísimo menos.
No lo aconsejo en absoluto.
Caterina
Conoce alguien este restaurante para celebrar una boda?
Alguno ha ido o ha celebrado su boda alli??
Estamos mirandolo y necesitamos todos los comentarios posibles.
Gracias de antemano y saludos a todos los lectores!
Hola cucharetes/as
Mi chico y yo somos super fans de vuestros comentarios culinarios… Y cuando se puede nos pegamos un homenaje
Este Viernes le tocó al CLUB 31…
La verdad es que nos decepcionó muchisimo a los 2, esperabamos algo mucho más excepcional.
El trato fue muy educado y atento, sin más.
La calidad es muy buena, pero los platos no eran tan elaborada como esperábamos por 90 eurazos pax
Para compartir probamos las alcachofas y el tartar de atún y de plato fuerte yo pedí el Pollito y mi chico el Solomillo todo ello regado con un Hacienda de los Canónigos Crianza.
Hablamos de un local pequeño y bullicioso, con mesas y sillas cómodas
La decoración es pésima.. por que esa combinación de madera, espejos y moqueta es propia del siglo pasado
Conclusión:
Estamos ante un restaurante en el pagas la zona y que comes con cubiertos de plata
En definitiva creo que estamos ante un local que se aprovecha de la historia que tiene a sus espaldas
Yo me quedo con
referencia a otro restauranteoreferencia a otro restaurantesin dudarlo…. 5, bien merecidos, cucharetesOs mandó un saludo y espero que continuéis sirviéndonos de guía
Leti
Hola a todos:
En primer lugar, enhorabuena por la web, una gran idea y un gran trabajo.
Este restaurante ha sido el primero al que he ido de los que tenéis y la verdad es que no coincido con vosotros.
La comida y la cocina es muy correcta, nada sorprendente para mi gusto pero está bien.
Donde no coincido es en que no hay nada negativo.
En algunos restaurantes ponéis que la separación de las mesas es un punto negativo, nosotros estuvimos en una muy cerca de otra en la que además fumaban más que comían, para mí ese es un grandisimo fallo, una cosa es que se permita fumar (que ya me parece mal) y otra es que tengas a unas personas fumando continuamente.
También vimos que el servicio era bastante escaso para lo que requiere un local de esa categoría iban con mucha prisa y se notaba. No voy a comparar con un restaurante famoso (no lo cito) al que fui que se apartaban los camareros cuando ibas al servicio si te veian a tres metros, pero aquí tenías que sortearlo tú. El servicio por cierto escondido y que cuesta encontrar, en otros restaurantes de una cierta categoría cuando te levantas y te ven dudando están atentos a indicarte dónde está y casi hasta llevarte si es preciso.
Quizá soy muy exigente pero creo que para el precio que han pagado algunas personas está más que sobrevalorado.
Por cierto, la media de edad es bastante alta y yo no vi que encajaba allí y creo que vosotros tampoco (digo esto como un cumplido de lo más sincero, no lo toméis a mal).
Muchas gracias por permitirme contar mis cosas, había pensado usar mi blog pero creo que no lo haré.
Una vez más enhorabuena por vuestro trabajo y por una idea 10.
P.
Si un resturante es todo fumadores y ademas segurmante incumpliendo la ley, ya que aunque pequeño, pasara de los 100 m2, no se merece los 5 cucherente ni por asomo.
Hoy he estado por primera vez (invitado en comida familiar) y la comida, aunque buena, ni mucho menos exquisita, como si lo es en otros sitios en donde te puedes levar un gran recuerdo o como deberia ser por los precios desorbitados de la carta.
Jamon Iberico para comenzar, buena calidad, aunque no extra. Las alcachofas con cigala o gambita no me ha parecido tan bueno como a los anteriores comentarios. Y de plato principal el Steak Tartar que estaba bueno, quizas un poco flojo para mi gusto anque es cierto y me gusto ese detalle que te lo dan a probar antes de servirtelo. Le dije un poquito mas fuerte pero seguia un poquillo flojo para mi gusto. Un poquito escaso de cantidad tambien.
La atencion fue bastante buena. Sin ninguna pega.
La decoración y el estilo muy trasnochado o añejo como dijeron antes. Hoy dia del padre hemos llamado a varios restaurantes y ya estaba completos y Club 31 estaba al 40%.
En resumen, no creo que sea buena relacion calidad precio, principalmente por el excesivo precio y tambien por ser todo de fumadores. Imaginaros si ademas de pagar 100 eur/persona te tienes que comer el solomillo apesto por el humo de los ridiculos fumadores. NOsotros al estar en el reservado y no fumar nadie no hemos estado mal, pero habia bebes en la zona de fumadores,,,(de poca verguenza los padres y el hostelero) Lujo y humo son incompatibles. No creo que me vean mas por alli.
Hola! Lo primero, gracias por la Web! Soy seguidor desde hace mucho tiempo y lo seguiré siendo!
Lo segundo, entre los varios restaurantes que he probado por sugerencia de Cucharete, este es sin duda el peor. Fuimos mi mujer y yo un fin de semana que había poca gente, y como nos vieron jóvenes (supongo) nos atendieron de mala gana y con formas bastante desagradables. Para muestra, un botón:
Pedimos un vino medio de la carta, y pusieron la botella lejos para que fueran los camareros los que rellenaran las copas (cosa de la que no soy precisamente fan acérrimo, pero que respeto por constumbres del establecimiento). Después de esperar con la copa vacía durante casi todo el segundo plato, intentando reiteradamente que nos acercaran la botella, me levanté a cogerla yo mismo, y en seguida se acercó un camarero indignado con un ‘haga usted el favor de dejarnos hacer nuestro trabajo’…
En fin, sin comentarios… No se lo recomiendo a nadie
Cené en el restaurante con amigos una noche de domingo. No encontrábamos nada abierto y decidimos que un clásico como el Club 31 era una apuesta segura. Pues bien, nos equivocamos de pleno. No sé si fue porque éramos la mesa más joven del local (6 personas por debajo de 35 años), pero el servicio fue realmente pésimo. Entramos a las 21,30h, a las 22h por fin tomaron la comanda, algo sencillo ya que todos pedimos lo mismo, huevos poché (medias raciones), alcachofas con cigalas y villagodio de buey. Pues bien, hasta las 23h no llegaron los huevos que además estaban fríos, y eso después de quejarnos en un par de ocasiones. Hasta que llegaron las alcachofas otros 15 minutos, también frías. Después de otros 15 minutos, ya a punto de irnos y dejar la cena a la mitad ya que veíamos continuamente como mesas que habían llegado más tarde cenaban y se iban, llegó la carne. Habíamos pedido 3 para 6 personas y la cantidad que nos sirvieron era irrisoria. He comido mucha chuleta en mi vida y la carne que sirvieron no se correspondía ni con 2 unidades pequeñas, aparte de estar demasiado hecha y la ración de patatas para 6 personas era ofensiva la verdad. Y la guarnición de pimientos que comentan aquí, inexistente. Tomamos el vino de la casa, que se quedaba muy corto, y no había forma de tener la copa llena (no porque bebiéramos sin parar, sino porque la botella estaba escondida y el camarero ausente). No descorchan la botella en tu presencia y es imposible controlar cuánto vino bebes ya que no dejan la botella a la vista.
Por supuesto decidimos irnos sin tomar postre ni café y ante nuestras quejas el maitre sólo dijo que “se había puesto enfermo un camarero”. Salimos de allí francamente enfadados, y no pensamos volver.
El servicio es malo y escaso, el pan vulgar y congelado y la comida no vale lo que cobran. Aparte de eso, los bancos que hay en las mesas son incomodísimos, demasiado profundos y a una altura que te hace estar toda la cena intentanto encontrar una postura cómoda y un sitio donde meter las piernas. De preguntarnos si queríamos dejar el abrigo en el guardarropa por supuesto nada, y el aparcacoches debía estar de vacaciones o en el baño…….
En resumen, no se lo recomiendo a nadie, no vale lo que te cobran.
Hola, me estoy inspirando mucho de Cucharete para probar nuevos restaurantes. En el caso del Club 31 quería hacer un comentario porque estuve hace unas semanas con pareja y la experiencia fue decepcionante. Todo en este restaurante me pareció “Kitch”, fuera de tiempo. Nos sentaron en una mesita con sillas de plástico y la sala no es nada lujosa. Y que decir de la entrada! Todo queda en el intento de perecer. El nombra suena perfecto porque todos los clientes, mayores en mayoría, parecían salir del mismo molde, como si fueran todos miembros de un club. El estilo muy presumido. En cuanto a la comida, nada del otro mundo. Una cocina básica con productos regulares y precios demasiados altos. El servicio muy frió. Para que me entendáis os digo que entre este restaurante y el Club Allard por ejemplo hay, en mi opinión, una diferencia abismal en favor del segundo. Quizás necesitaría un “update” de Cucharete. Saludo a todos.