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Isabel la Católica, 11
Madrid (Centro)
Santo Domingo (Línea 2)
91 548 94 50
15 - 25
La exótica cocina vietnamita ha llegado al centro de Madrid. El restaurante Vietnam Mekong ofrece una experiencia gastronómica 100% casera vietnamita repleta de tradición y cariño. El local está regentado por una familia originaria de Hanói que, desde que llegó a España, cocina para sus clientes como si fuera para su propia casa. Dispone de dos comedores con una capacidad total de 50 comensales. Su horario de apertura es ininterrumpido de 12:30h a 00:30h. No cierra ningún día de la semana.
3,0
Rayo: Todavía tengo pendiente en mi interminable lista de destinos turísticos visitar Vietnam, tanto por su cultura como por su alto nivel de biodiversidad. Y os estaréis preguntando vosotros: “Y como cucharete que eres… ¿No te apetece también por su gastronomía?” ¡Esa pregunta ya está contestada con este reportaje sobre el Restaurante Vietnam Mekong de Madrid! ¡Faltaría más! ¡Y bien rico que estaba todo! Pero me quedo con las ganas de poder disfrutar algún día de impresionantes atardeceres en la idílica Bahía de Ha-Long, que el 11 de noviembre de 2011 fue elegida internacionalmente una de las siete maravillas naturales del mundo. De momento, tendré que conformarme con las impresionantes fotografías que abundan en la red. ¡Deliciosas!
Sobre estas líneas, os muestro uno de los cuadros que nos hace viajar visualmente al extremo meridional de la península de Indochina, y que reproduce fielmente el apellido que acompaña al nombre del restaurante que analizamos hoy. La vida en el delta del Mekong gira completamente alrededor del río, incluso muchos de los pueblos suelen ser accesibles únicamente por ríos y canales, en lugar de por carretera. Los mercados flotantes de Vietnam, que es el segundo mayor exportador de arroz a nivel mundial después de Tailandia, son uno de sus grandes atractivos turísticos, pues nos permiten vivir en primera persona una experiencia realmente auténtica que representa una de sus señas de identidad.
No es el momento de soñar todavía con cucharetear los productos frescos de los puestecillos flotantes que pueblan el delta de Mekong al sur de Vietnam, regateando de barca en barca en un paisaje de lo más pintoresco. Pero sí que podemos degustar su cocina en pleno centro de Madrid de la mano del Restaurante Vietnam Mekong que Thuy y su familia abrieron en Enero de este 2014. ¡Probémoslo!
Los vistosos farolillos vietnamitas que iluminan el Restaurante Vietnam Mekong son prácticamente mágicos, pues sus cálidos destellos de luz transforman el espacio tras atravesar un simple papel de color. Un comedor sin pretensiones, con ausencia total de modernos ejercicios de diseño, pero aseado, limpio y con un aura que manifiesta el buen hacer de esta familia vietnamita oriunda de Hanói.
Thuy en sala y su mujer en los fogones ofrecen una cocina 100% casera vietnamita. ¡Por eso fuimos a cucharetearlo! En Madrid, la población vietnamita ronda los 100 ciudadanos, y los restaurantes vietnamitas se cuentan con los dedos de una mano; lo que sucede es que unos están regentados por chinos y otros dependen de socios de varias nacionalidades… Con lo que podemos deducir que, si queremos disfrutar de una velada 100% vietnamita, tenemos que desplazarnos a este pequeño rincón de la calle Isabel la Católica, próximo a la Plaza de España.
Aunque no nos sorprenda por su aspecto -sobre todo si estamos acostumbrados a lugares en los que el acero, las líneas rectas y las bodegas de cristal iluminadas con modernos robots leds seducen nuestra vista-, sí lo consigue con su oferta gastronómica, 100% casera, elaborada por la mujer de Thuy, como si para su propia familia se tratase. Algo tiene este lugar si la Embajada de Vietnam de Madrid lo visita asiduamente, así como gran parte del centenar de ciudadanos que habitan la capital. También observamos que lo visitan multitud de extranjeros, americanos y japoneses que admiran este tipo de cocina y que, aconsejados por otros clientes, terminan en el número 11 de esta céntrica calle madrileña.
El Restaurante Vietnam Mekong consta de dos comedores con una capacidad total para 50 comensales, por lo que resulta perfecto tanto para visitar en grupo como para ir en pareja y reservar alguna mesa para dos como las que pueden verse en las fotografías. Cierto es que te encontrarás con congeladores, cajas de refrescos e incluso un frigorífico en el centro del establecimiento, detalles que afianzan más si cabe ese aspecto 100% casero y totalmente informal.
Siempre tendrás cerca un farolillo vietnamita que te acompañe durante la degustación, únicamente has de elegir el color y… ¡A por la carta! Lo que más se agradece cuando visitamos un local de esta índole, con una cultura gastronómica tan diferente a la nuestra, es que reproduzca fielmente su naturaleza, sus materias primas, sus sabores… En definitiva: ¡Que sea una experiencia auténtica! Y este banquete ha concluido en un gratificante recuerdo que me llevo de este local en lo que, si algo brilla, es su cocina.
La carta de vinos es muy discreta, contiene escasas referencias españolas conocidas y muy asequibles, por lo que la bebida no influirá negativamente en la cuenta final -la gran mayoría están por debajo de los 15 € +IVA por botella-. La mayor parte de su carta contiene platos típicos de Hanói -ciudad natal de la familia- aunque podemos encontrar alguna que otra vianda de otras regiones, como por ejemplo el Bún Bò Nam Bộ, típico del sur de Vietnam. Importar género vietnamita no es tarea sencilla, y más todavía para un local tan reducido. El arroz vietnamita se importa a través de Tailandia o de Francia, pero el resto del género se compra directamente en Madrid.
El Restaurante Vietnam Mekong tiene en carta la cerveza 333 Export -Ba Ba Ba en vietnamita- que a pesar de ser una cerveza muy comercial, es equilibrada y sabrosa -nos gustó mucho más que varias tailandesas y chinas que hemos probado anteriormente-. Es originaria de Francia -allí se conoce como 33 Export-, que desde 1893 se elabora con los mejores ingredientes alemanes -como reza su historia-. Su producción se trasladó a la ciudad de Ho Chi Minh en Vietnam, y fue en 1975 cuando la marca cambió a 333 Export. A día de hoy podemos también encontrarla en los Estados Unidos, Canadá, Hong Kong, Japón, Singapur y Australia, a parte de en Vietnam, donde es muy conocida. ¡Y por supuesto en el Restaurante Vietnam Mekong de Madrid!
Algo que los extranjeros agradecen al Restaurante Vietnam Mekong es que se pueda comer a cualquier hora del día a partir de las 12:30h del mediodía, porque no cierran la cocina en ningún momento. Sara, Lucía, Ninillas, Miguel, FlashBack y yo nos decantamos por el blanco verdejo Real Castelo 2013 de la D.O. Rueda para regar nuestra cena, del que finalmente cayeron dos botellas -aparte de las latas de cerveza de las chicas, que obviamente probamos también nosotros-. Es un vino fresco y muy agradable al paladar, combina muy bien con la cocina vietnamita y ya no digamos con el calor de Madrid en verano.
Comenzamos con un combinado de rollitos de diferentes tipos que despertaron nuestra atención en la carta -que se acompaña de fotografías, para ayudar en la elección-. El de la izquierda es el Gỏi cuốn tôm -Papel de arroz que envuelve langostinos cocidos acompañados de lechuga, pepino y hierbabuena-, en el centro tenéis el Gỏi cuốn bò -En este caso el papel de arroz rodea una capa de carne de ternera, seguida de otras de lechuga, hierbabuena, pepino y fideo de arroz-, y por último a la derecha, un Gỏi cuốn đậu -donde el papel de arroz encierra fideo de arroz y tofu como ingredientes principales, con lechuga, pepino y hierbabuena-. Todos ellos merecen la pena ser probados. ¡Muy ricos!
Se sirven con una tacita de salsa Hoisin -también llamada salsa negra (tương đen en vietnamita)- que, aunque es originaria de China y se utiliza en platos tan típicos como el pato pequinés, también es un condimento habitual de la cocina vietnamita. Nos gustó mucho esta salsa a todos.
Lucía os enseña el Nem Rán, unos sabrosos rollitos de papel de arroz que llevan en su interior: brotes de soja, cebolla, zanahoria, setas, huevo, fideos de judía y, como ingrediente principal, carne de cerdo. Para disfrutar del Nem Rán como lo haría un vietnamita, se toma de la siguiente manera… Se envuelve primero con un poco de cilantro, luego una capa de menta y, por último, se recubre de lechuga. Posteriormente, cada bocado se humedece en la salsa de pescado ligeramente picante que acompaña a la vianda -la podéis ver en primer plano en la sección de Ninillas-. La cocina vietnamita hace mucho uso de las salsas de pescado y, dependiendo de la estación en la que nos encontramos, toman más carne o más pescado. ¡No os perdáis el Nem Rán! ¡Probadlo que os encantará! Multitud de sabores al unísono, bien definidos, y con ese toquecillo ligeramente picante que tanto nos gusta.
Realmente curioso el plato que os presento a continuación: el Cơm cháy chà bông. Se trata de unos cuadraditos de arroz crocante espolvoreados con carne de cerdo seco por encima, además de pequeñas tiras de cebollino y guindilla.
¡Cocina vietnamita en pleno centro de Madrid en el Restaurante Vietnam Mekong! Muy agradables en el paladar, vienen siendo como unas palomitas de arroz a modo de “tosta asiática”. ¡Geniales! ¡Deliciosas!
FlashBack posa con el Tôm tẩm vừng. En este caso se aprecia claramente que son unos langostinos rebozados rodeados de sésamo. Apetitosos y crujientes. Mordisquito “langostinero” y sorbito de vino blanco rico y fresco… ¡Mmmmmm!
Una montañita de arroz blanco acompaña a las costillas de cerdo en salsa agridulce en este primer plano del Sườn chua ngọt. Para los carnívoros, un plato digno de ser demandado. ¡Me encanta la salsa agridulce en la carne de cerdo! -Pero esto no es de ahora… Me viene de lejos ya…-
Nos gustó mucho también el Vịt sốt gừng. Pequeños filetes de pechuga de pato bañados en salsa de jengibre y acompañadas de arroz blanco. Una carne realmente tierna y sabrosa. ¡Me lo apunto para cuando vuelva al Vietnam Mekong en otra ocasión!
El Bún chả que os muestro en la fotografía estaba riquísimo. El secreto ibérico se presenta en dos cortes -en filetitos y picado-. El plato se completa con espaguetis de arroz, vegetales y hojas de hierbabuena. Además, se acompaña de un bol de salsa de pescado -ligeramente dulce- para humedecer los ingredientes del plato principal. Una combinación tierra/mar de lo más sencilla y sabrosa. ¡Nos encantó a todos! ¡No parábamos de mojar!
Obviamente, ya que nos encontrábamos en un restaurante 100% de comida casera vietnamita, pedimos un Phở bò -el plato más típico de Hanói y uno de los más populares de todo Vietnam-. ¡No te puedes ir del Restaurante Vietnam Mekong sin haber probado el Phở bò! Se trata de un caldo de ternera repleto de sustancia, y es que lleva: tallarines de arroz, cebollita, cilantro, jengibre y carne de ternera. Además, se acompaña con lima, menta, brotes de soja y picante. El primer puesto de Phở se abrió en Hanói en 1925 y sus orígenes se remontan hacia finales del s. XIX, cuando un cocinero vietnamita que trabajaba en una fábrica textil, creó un guiso intentando agradar a oriundos y franceses que tuvo un éxito inmediato en todo el país, combinando los tallarines de arroz con la carne de ternera.
Este caldo se disfruta incluso mucho antes de llevarlo a la boca, pues resulta muy aromático. ¡Pídete un Phở bò en el Vietnam Mekong de Madrid y siente la gastronomía vietnamita de cerca! Las calles de Hanói están repletas de tenderetes que sirven este caldo a cualquier hora del día, tanto para desayunar, como para comer o cenar; los locales, sentados en una banqueta, lo disfrutan entre tragos de cerveza.
Tampoco podéis iros del Restaurante Vietnam Mekong sin probar el Lẫu bò -una vistosa fondue de ternera que se sirve para un mínimo de dos personas-. Llega a la mesa una tartera con agua hirviendo con diferentes verduras sobre una base cuya llama mantiene la cocción y, a partir de ahí, nosotros decidimos la sustancia que irá cogiendo el caldo, echándole más o menos espinacas de agua y repollo según nuestro criterio. Poco después añadimos los fideos de arroz y, mientras tanto, con los palillos -o con los cucharones para los menos manitas- cocemos las tiras de carne de ternera al gusto antes de darle el último toque con la salsa que más nos apetezca de las cuatro diferentes que acompañan a la vianda: carne, soja, jengibre y hoishi. Nos lo pasamos en grande con el Lẫu bò. Al finalizar toda la “operación”, puedes solicitar una tacita para beber el caldo que ha quedado… ¡Espectacular! ¡Delicioso! No os olvidéis de este detalle porque merece la pena.
Thuy nos echó una mano con los ingredientes, indicándonos la cronología de la cocción de los mismos, explicándonos cuáles deberíamos echar primero y la forma de disfrutar plenamente de esta vianda como un vietnamita más.
Los fideos de arroz secos se presentan en madejas cuadradas, y siempre se agregan al caldo al final de la preparación, para que no se pasen de punto y queden pastosos. Es un producto muy sano -cero grasas- y además apto para celíacos. ¡Escúrrelos bien antes de echártelos en el plato y ya verás que ricos están! Estos fideos resultan muy sabrosos porque absorben perfectamente el aroma del caldo en el que son cocinados.
Aquí tenéis un primer plano de las espinacas de agua, muy utilizadas en la gastronomía vietnamita. ¡Acabamos con todas las hojas en nuestro Lẫu bò! ¡Qué ricas!
Los postres del Restaurante Vietnam Mekong de Madrid son caseros, elaborados todos ellos por la mujer de Thuy, de modo que… ¡Había que cucharetearlos! A continuación podéis ver la Tarta de Soja, que tenía una textura arenosa y que a mí personalmente me encantó, pero parte de la mesa eligió otros postres como sus preferidos. ¡Cuestión de gustos!
Miguel os enseña la Tarta de chocolate, una sobremesa que unificó criterios. Si es que el chocolate es lo que tiene, que le gusta a todo el mundo. ¡Pero yo me sigo quedando en esta ocasión con la de soja! ¡Que conste en acta!
La copa de Fruta Longan -que pertenece a la misma familia que el lichi, pero no es lo mismo- estaba deliciosa. ¡Viva la vitamina C! También se conoce como ojo de dragón -debido a su semilla- y es una fruta muy apreciada en Asia. Su sabor, aunque es dulce, presenta un ligero toque ácido. ¡Está buenísimo! Dicen que alivia mucho el estrés, así que bienvenida sea una copa de ésas de vez en cuando para los que vivimos en la capital.
Finalizamos la velada con unos Tés con hielo que os muestra Ninillas en su sección. ¡Súper refrescantes! Nos encantó esta experiencia 100% vietnamita en pleno centro de Madrid. El siguiente paso sería comprar un billete para disfrutar de esos atardeceres de ensueño que os comentaba al principio de este reportaje. De todos modos, el Restaurante Vietnam Mekong funciona porque el lema del matrimonio que lo regenta es “ofrecer lo mejor y siempre con una sonrisa”. ¡Así es como se hacen las cosas!
Al final, los farolillos vietnamitas sí resultaron mágicos, pues consiguen hechizarte durante la degustación y que el local, tal y como se presenta, ceda todo el protagonismo a su cocina. ¡Vietnam! ¡Pronto te visitaré!
Ninillas: En todos los grupos de amigos hay uno que es, cómo decirlo, más multicultural que el resto. En nuestro caso es una, Sara. Tiene conocidos de todas las nacionalidades habidas y por haber. Es una viajera incansable y le gusta probar todo tipo de cocinas, cuanto más exóticas mejor. ¿Por qué os cuento esto? Pues porque fue ella la responsable de que acabáramos en el restaurante que hoy os presento. Le habían comentado que habían abierto un restaurante vietnamita muy “cañí” donde iban a comer los apenas 100 vietnamitas que viven en Madrid. Por supuesto, también se dejan ver por allí los de la embajada vietnamita y muchos japoneses y americanos que están enamorados de esta cocina. Desde que se enteró del hallazgo, no paraba de decirnos que teníamos que ir, que era cocina vietnamita auténtica y que en Madrid eso es difícil porque… ¿Cuántos restaurantes 100% vietnamitas conocéis? Ya os lo digo yo, sólo éste. El resto, que son dos o tres más, son o de españoles, o de mitad vietnamitas, o de chinos, pero 100% no. No tuvimos más remedio que darle el gusto y, un jueves cualquiera del verano madrileño, allí que nos presentamos, en el Restaurante Vietnam Mekong.
Ubicado en los aledaños de la Gran Vía, concretamente en la Calle Isabel La Católica 11, el Restaurante Vietnam Mekong se nos presenta como un local discreto y sin grandes aspavientos. No penséis encontrar una decoración extraordinaria avalada por el interiorista de turno porque, de ser así, estaréis en el lugar equivocado. Sin embargo, desde el momento que entras te da la sensación de entrar en la casa de alguien. Es como si un extraño te dejara entrar en su hogar y te invitara a su mesa. Así es como yo me sentí y, debo de reconocer, que me gustó esa sensación.
Nada más entrar, el Restaurante Vietnam Mekong te recibe directamente con su primer comedor con capacidad para 16 comensales. Se trata de una zona de sala sencilla y sin grandes pretensiones, y es que, si te decantas por este restaurante vietnamita, lo que vas buscando y de hecho encuentras, es cocina vietnamita casera. El restaurante está regentado por un matrimonio vietnamita. Thuy, el esposo, que atiende la zona de sala y su esposa al mando de los fogones. En definitiva, todo muy casero, muy de allí…
El restaurante, por su decoración, bien podría ser de cocina asturiana, castellano-leonesa o madrileña, si no fuera por unos farolillos de vistosos colores que dejan claro que allí no vas a comer ni una fabada, ni un lechazo, ni unos callos. Aquí se come cocina oriental, concretamente cocina vietnamita, la que podrías encontrarte en cualquier calle de Hanói.
Si vas recorriendo el local y te fijas más, caerás en la cuenta de que de sus paredes cuelgan cuadros con la Bahía de Hanói, el lago Hoan Kiem, el río Mekong o el casco histórico de Hanói. Mucho Hanói, puedes llegar a pensar, pero lo cierto es que Thuy y su esposa son de allí precisamente y les gusta tener cerca los paisajes en los que se criaron. Son 22 años los que han pasado desde que Thuy desembarcó de un carguero en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria y decidió que a partir de entonces se quedaría a vivir en España. Durante doce años regentó otro restaurante vietnamita junto a su mujer con gran éxito en Tenerife y fue a principios de año cuando inauguraron este nuevo Restaurante Vietnam Mekong al tener que trasladarse a Madrid por los estudios de su hijo.
Aquí en Madrid aspiran a conseguir la misma cota que alcanzaron en Tenerife: dar a conocer la auténtica cocina vietnamita. Ya que como ellos dicen, son muy poquitos expatriados y es muy difícil encontrar los exóticos sabores vietnamitas en España. Cuando hablan de la auténtica cocina vietnamita, se refieren a la que se elabora en los hogares, la que bien podría encontrarse en cualquier local del centro histórico de Hanói. En definitiva, la que come la población real.
Un pasillo comunica los dos comedores. No os extrañéis si veis algunas cajas de refrescos apiladas en él, parece ser, que es lo habitual y, lo cierto, es que te hace gracia y hasta le da cierto encanto al restaurante. Este segundo comedor es más amplio que el anterior y tiene capacidad para 34 comensales distribuidos en mesas modulares de dos, con lo que según la necesidad se consiguen mesas para cualquier número de comensales.
En este segundo comedor la discreción y sencillez vuelven a marcar el pulso decorativo del restaurante. Apenas unos farolillos de colores y unas lacas colgadas de las paredes te indican que estás en un restaurante oriental, el resto, pasa totalmente desapercibido. Un mantelito individual y una vajilla de todos los días unida a una copa y unos cubiertos, constituyen todo el montaje de la mesa. En definitiva, todo muy informal y muy casero.
Para la cena de aquella noche nos reunimos en torno a la mesa seis comensales. Lucía, Miguel, Sara y los tres cucharetes. Salvo Sara, que sabía qué se podía comer, el resto estábamos un poco… pez. A ver, uno se puede imaginar que siendo Vietnam el segundo exportador de arroz del mundo pues que vas a comer arroz. También puedes suponer que su cocina se puede asemejar a la China, pero como lo que aquí llamamos restaurante chino, muy chino no es… Vamos, que estábamos perdidos… no, lo siguiente. Así que cuando nos trajeron la carta, yo al menos sentí alivio. En ella venía cada plato con su foto y los ingredientes, así que no había confusión. Admito que me horrorizan estas cartas, pero cuando te sientes perdido y no sabes qué es cada cosa, es la mejor manera de aclararte y saber qué pedir en un restaurante. Aún así, necesitamos la ayuda de Thuy, quien muy amablemente nos fue sugiriendo platos y nos avisó que se nos estaba yendo la mano con la comanda.
Abrimos este festival vietnamita con una selección de tres rollitos: Gỏi cuốn tôm -papel de arroz cubriendo lechuga, pepino, hierbabuena y langostinos cocidos-, Gỏi cuốn bò -papel de arroz envolviendo lechuga, hierbabuena, pepino, fideo de arroz y carne de ternera- y Gỏi cuốn đậu -papel de arroz, lechuga, pepino, hierbabuena, fideo de arroz y tofu-. Como habreís podido observar son tres rollitos de un tamaño considerable y con ingredientes muy parecidos, únicamente cambia el ingrediente principal: langostinos, carne de ternera o tofu. Se sirven con una salsa hoisin casera, típica de la cocina china y también de la vietnamita.
Continuamos con más rollitos, pero esta vez se llaman Nem Rán, el papel de arroz va rebozado y frito, y envuelve brotes de soja, cebolla, zanahoria, setas, huevo, fideo de judía y carne de cerdo. Están riquísimos y son un indispensable en el Restaurante Vietnam Mekong.
Los rollitos Nem Rán vienen acompañados de cilantro, menta y lechuga, de modo que para comerlos cogemos el rollito y lo envolvemos con el cilantro, la menta y por último la lechuga. Una vez hecho todo el proceso, se moja en esta salsa ligeramente picante que acompañaba al plato. El resultado es… Uhmmmmmm… Una delicia, el picantito de la salsa finaliza con el frescor que deja la menta, de forma que se consigue una mezcla de sabores muy interesante, eso sí, sin que se enmascaren unos a otros. ¡Tenéis que probarlos!
En primerísimo plano llegan estos Cơm cháy chà bông o lo que es lo mismo, cuadraditos de arroz crocante con carne de cerdo seco, cebollino y guindilla. A primera vista puede parecer que es un bocado reseco y sin gracia, pero lo cierto es que está muy bueno, esponjoso y equilibrado de sabor, ya que si bien es cierto que la guindilla está bastante picante, se contrarresta con el arroz. A mí me encantaron.
El siguiente plato: Tôm tẩm vừng, no es otra cosa que langostinos rebozados con sésamo. No son nada sorprendente, pero estaban ricos y bien desengrasados. Mojados en la salsa hoisin… ¡Están de muerte!
Miguel os presenta Sườn chua ngọt. Se trata de costillas de cerdo agridulce con arroz blanco. Este plato me gustó, pero sencillamente no me sorprendió, no dejaba de ser cerdo agridulce del que he comido tantas veces.
En cambio, el Vịt sốt gừng… Estaba riquísimo. Era pechuga de pato con salsa de jengibre y arroz blanco y traía a mi paladar sabores nuevos y exóticos. Un imprescindible del Restaurante Vietnam Mekong.
Lo mismo me pasó con el Bún chả, un plato compuesto por espaguetis de arroz, secreto ibérico -en dos cortes: trozos y picado- vegetales, hierbabuena y una salsa de pescado ligeramente dulzona, pero que entraba sola. En definitiva, un plato tremendamente recomendable e imprescindible en este restaurante vietnamita.
Lucía os presenta el que, tal vez, es el plato más representativo de Vietnam: Phở bò. En realidad es una sopa que puede ser de pollo o de ternera y que se toma en el desayuno, la comida, la cena… a cualquier hora del día. La nuestra estaba elaborada con caldo de ternera, trocitos de ternera, tallarines de arroz, cebollita, cilantro y jengibre. En un platito se acompañaba con lima, menta, brotes de soja y picante. La verdad es que no me extraña que la tomen a cualquier hora porque entra sin sentir. Me encantó. No podéis dejar de probarla, el toque cítrico que te deja al final la lima en el paladar es fantástico.
Por último, y como broche final a este desfile de viandas vietnamitas llegó el Lẫu bò . Es una fondue de ternera, pero no como la entendemos nosotros, con aceite. En Vietnam las fondues van con agua, o mejor dicho, con caldo. A la mesa llegó por un lado una cacerola con verduras y caldo de ternera dispuesta sobre un hornillo. Por otro, un platito con espinacas de agua y repollo para ir añadiendo a la cacerola. En otro lado los fideos de arroz, la carne de ternera en trocitos muy finos y cuatro salsas donde mojar la carne una vez que ha hervido. Las salsas eran de carne, soja, jengibre y hoisin.
Lo cierto es que, en un momento, se nos llenó la mesa de cosas y nos quedamos un poco parados pensando qué íbamos a hacer con tanto plato. Thuy, muy amablemente, nos fue explicando sobre la marcha que debíamos ir añadiendo las verduras y los fideos de arroz y hacerlo a nuestro gusto, al igual que la carne.
Y eso hicimos, fuimos echando a la cazuela y aquello empezó a hervir y a desprender un aroma francamente delicioso y desconocido para mí. No sé si sería el caldo o las espinacas de agua, pero olía… Uhmmm…
Mientras tanto, íbamos cogiendo trocitos de carne pasándolos por la cacerola y, tras mojarlos en cualquiera de las cuatro salsas… ¡A la boca! Estaba riquísima, y mira que así a simple vista, tiene poca elaboración, pero lo cierto es que estaba deliciosa. La fondue es un plato imprescindible en el Restaurante Vietnam Mekong al tiempo que es tremendamente completo, porque lleva verduras, carne, pasta… Vamos, que sólo con la fondue cenas de sobra. Además, al final, puedes incluso tomarte un cuenco de caldo. Rayo lo hizo y nos dijo que estaba espectacular. Yo, la verdad, es que ya no pude probar ni un bocado más.
Regamos la cena con un correcto vino blanco D.O. Rueda Real Castelo 2013 y con unas cervezas vietnamitas -Rayo os las muestra en su sección- que la verdad es que me sorprendieron por su sabor, nada que ver con las insulsas cervezas orientales.
Para los postres, nos decantamos por tres de los cuatro que ofertaban. El primero de ellos fue esta Tarta de soja. Era casera 100%, pero a mí no me convenció ni su sabor ni su textura arenosa. Claro que, fui la única porque al resto del grupo les gustó, sobre todo a Rayo.
La Tarta de chocolate también era casera e hizo las delicias de los más golosos, pues el chocolate era contundente.
FlashBack os presenta la una copa de Fruta Longan, no la había probado nunca, pero para que os hagáis una idea, se parece al lychee. A mí me encantó, estaba fresca y no se hace nada pesada.
Nos ofrecieron tomar Té con hielo. Se trataba de un té verde con flor de loto y sin azúcar muy típico de Vietnam. A mí me gustó mucho y sobre todo me sentó fenomenal, tan fresquito. Su precio 1,50 € +IVA.
Tras la cena, no tuve más remedio que darle las gracias a Sara, efectivamente en el Restaurante Vietnam Mekong se servía auténtica cocina vietnamita llena de tradición, exotismo y frescura. Una muestra de la gastronomía vietnamita en pleno centro de Madrid y a precios aptos para todos los bolsillos. Es cierto que el local no es nada del otro mundo, pero eso se suple con creces con su cocina y la amabilidad con la que Thuy te trata en todo momento. Además, si lo que buscas es decoración, desde luego éste no es tu sitio, al Vietnam Mekong se va en busca de autenticidad y comida casera. En definitiva, que no creo que tarde mucho en volver. He encontrado mi Restaurante Vietnamita en Madrid.
Cucharete: ¡Hemos encontrado nuestro restaurante vietnamita en pleno centro de Madrid! Además… ¡Es 100% vietnamita! ¡Y con comida casera! En el Restaurante Vietnam Mekong te encuentras como en casa, y te tratan como a uno más de la familia, de esa experiencia gastronómica se encargan Thuy y su mujer. Mi equipo cenó por 24 €/persona, seis personas con 10 platos y 3 postres. A lo que tendríamos que añadir 2 botellas de vino -a 13,90 € cada una-, 3 latas de cerveza vietnamita -a 3,85 €- y 6 tés con hielo -a 1,65 €-.
Su céntrica situación. Sus farolillos vietnamitas de papel de colores. La separación entre mesas. La calidad de las materias primas y la elaboración al momento de las mismas. Su carta, pensada para todos los bolsillos. Su cocina 100% casera vietnamita. Su genuino Phở bò. Su completa Lẫu bò. El atento y amable trato del servicio en todo momento.
Su austera decoración. No aceptan tickets restaurante.
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