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Calle de Casarrubios S/N
Navalcarnero (Madrid)
91 811 23 00
15 - 25
La Plaza de Toros de Navalcarnero da cobijo a un restaurante familiar que rompe con el entorno, presentando una oferta gastronómica basada en unos pintxos de lujo y raciones originales y modernas elaboradas al momento con excelentes materias primas. Sus comedores tienen capacidad para 90 y 40 comensales, además, dispone de terraza. Los fines de semana ofrecen, acompañando a las entradas de su carta, cochinillo y cordero. Disponen de un menú del día a 12 € y de diversos menús de grupo que comienzan en los 25 €. Su horario de apertura es de 8:00h de la mañana -sirviendo desayunos- a 2:00h de la madrugada -terminando con cócteles y gin tonics tras las cenas-. Cierra los lunes.
4,0
Rayo: ¡En esta ocasión nos fuimos hasta Navalcarnero! ¡Y vaya si mereció la pena! Hemos descubierto una joyita de talla brillante en el mundo del pincho que tenéis que experimentar en primera persona… Ya veréis a lo largo del reportaje cucharetero… Todo ¡rico, rico! Esos 30 km. que separan a este pequeño municipio de 30.000 habitantes, situado en el suroeste de la Comunidad de Madrid, del centro de la capital, se recorren en un suspiro por la autovía de Extremadura.
Si hay algo que destacar actualmente de Navalcarnero es su clara vocación turística, inspirada en la calidad de su oferta gastronómica, su belleza arquitectónica, y el cuidado de su espacio histórico. La Villa Real de Navalcarnero es, a día de hoy, uno de los cinco municipios turísticos más importantes de la Comunidad de Madrid -acompañando a Chinchón, Aranjuez, Alcalá de Henares y El Escorial-. Esta población madrileña de orígenes segovianos, ha sido protagonista de grandes hechos históricos a lo largo de sus más de cinco siglos de existencia. Pasear relajado por el casco antiguo de Navalcarnero es descubrir su glorioso pasado: La Plaza de San José -con su fuente del mismo nombre-, la Puerta del Sol -como cruce de las calles más importantes-, la Plaza de Segovia, la Plaza de la Cruz -hoy denominada Plaza del Mercado-, la Plaza de Alonso de Arreo, la Casa de la Cadena -cuyo nombre viene dado por una vistosa cadena que existió en su puerta, fijada a unos guardacantones rematados por bolas del tamaño de una cabeza humana-, el Teatro Municipal -de finales del siglo XIX-, el Monumento a los Encierros -realizado por Feliciano Hernández en 1996-, la Cruz del Santísimo -situada detrás del ábside de la iglesia-, el Monumento al Labrador, la Casa de la Cultura y, sobre todo, su emblemática Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, declarada Monumento Artístico por Real Decreto cuya construcción comenzó allá por 1520.
Testigos del célebre pasado de Navalcarnero son los numerosos blasones que todavía hoy pueden verse en los dinteles de algunas casas, pertenecientes en el pasado a hidalgos y caballeros. Así mismo, la Villa Real fue uno de los primeros municipios españoles que consiguió el permiso real para celebrar una corrida de toros anual -privilegio otorgado en 1651-, cuyo renovado coso ha recibido el nombre de “Félix Colomo”, en recuerdo del que fuera matador de toros entre los años 1930 y 1940, oriundo de este municipio. Y muy cerca de la escultura al maestro que preside la entrada principal a la plaza nos encontramos con Pintx’aki, un genuino y fresco restaurante moderno cuya cálida y cuidada iluminación no pasa desapercibida para los viandantes.
Os ha gustado la foto que acompaña a estas líneas, ¿verdad? ¿Os ha sorprendido? ¡Os presento a David! ¡Que está “literalmente” para comérselo! Un guapísimo renacuajo de tan sólo 4 añitos que ya solo juega con utensilios de cocina. ¡En ningún lugar del mundo se come mejor que en un negocio totalmente familiar! ¡Palabra de Cucharete! Y que una fotografía como ésta, acompañada de un mensaje tan entrañable, te salude nada más cruzar la puerta de entrada, es toda una garantía. Los fogones del Restaurante Pintx’aki están a cargo de David Cardeña, y el servicio de sala corre por cuenta de su esposa Tamara Bodas -padres de la criatura protagonista-. Ambos vienen del mundo de la hostelería y conviven entre bambalinas con más familiares que forman parte del proyecto. Sin lugar a dudas, estamos ante un restaurante especial, donde el comensal será mimado durante toda su estancia, porque… detrás de su oferta gastronómica, detrás de su servicio de sala, detrás del momento de ocio del cliente, está la vida y el duro trabajo de una familia -de Navalcarnero de toda la vida- que pone toda la carne en el asador -nunca mejor dicho- para salir adelante. Dicen los sabios… “Como en casa en ningún sitio”, y ésta es su casa, que comparten con todos sus clientes.
El Restaurante Pintx’aki dispone de varios espacios representativos: una terraza exterior, una amplia zona de barra que los fines de semana se atiborra de vistosos pintxos, un comedor a pie de calle con capacidad para 90 comensales que se subdivide en dos secciones -unas mesas montadas con mantelitos individuales de papel y otras vestidas con manteles y servilletas de tela-, y un espacio superior que amplía la capacidad del local en 40 personas con un par de mesas que llaman mucho la atención -una amplísima mesa circular para 8 comensales y otra rectangular tutelada por modernos pufs-.
La barra de Pintx’aki está gobernada por los grifos de Mahou, que regentan un ejército de “boinas verdes” en formación que constituyen parte de la decoración del local. Esa hilera de botellas soldadito unicolor enfatiza más si cabe su variada oferta de Ginebras Premium -más de 25 referencias-, cuyos envases ganan atractivo gracias a la detallista iluminación.
Tras la barra, Pintx’aki muestra parte de las referencias de vino disponibles -que se van rotando a medida que van descubriendo cosas interesantes-. Podemos apreciar en la siguiente fotografía un fresco albariño Mar de Frades, un sabroso Matarromera Crianza, un clásico y elegante Muga… ¡Pero entre esa lista de presentación despertó mi atención un vino de Navalcarnero! Un Asido 2008 con 14 meses de crianza de las Bodegas Ricardo Benito que no había probando nunca. De modo que… ¡Qué mejor manera de regar nuestra cena cucharetera en un restaurante familiar que con un vino de la zona! Pues elegido quedó desde un principio.
Ninillas os muestra en su sección una amplia oferta de cervezas que podemos disfrutar en Pintx’aki. ¡Hay de todos los colores y para todos los gustos!
Desde la barra se tiene acceso al comedor. Un amplio pasillo, revestido con enormes fotografías de barricas y cuidadosamente iluminado, nos guía hacia nuestro destino: una mesa en el Restaurante Pintx’aki de Navalcarnero, lista para que comiencen a desfilar ricas viandas por ella. ¡Qué bien cenamos esa noche! ¡Y todo gracias a visitar a una amiga navalcarnereña que hacía tiempo que no veíamos!
Un vez frente al comedor, los diferentes tonos de luz colorean un espacio que ya a primera vista resulta de lo más acogedor. ¿Quién no desea sentarse en una mesa como las que os muestro a continuación? Luz tenue, sillas cómodas, mesas vestidas… ¡Y una barra de cócteles preparada para hacer realidad nuestros gustos! Porque esta vez cenamos con cócteles, ya lo veréis, y es uno de los puntos fuertes de Pintx’aki.
También apreciamos una pantalla enrollable en la esquina superior derecha, perfecta para esos días de fútbol en los que la afición demanda un proyector con entusiasmo; o para una presentación de empresa en la que el catering de pinchos sea tan importante como el proyecto que se presenta. ¡Pintx’aki está a la altura en eso!
Una gran cristalera separa la sala de la plaza, por lo que las vistas transmiten mucha amplitud al local. ¡Se está muy a gusto en Pintx’aki! Recorriendo el espacio, nos sentimos atraídos por el formato de la carta que está presente en cada una de sus mesas; parece un cuento infantil, con múltiples ilustraciones y dibujos, incluso muestra en su portada y contraportada el logotipo habitual que encontramos en juguetes y utensilios para niños (No apto de 0 a 3 años). ¡Fijo que ha sido una idea de David! ¡La estrella de la primera instantánea! El “cuento” ¡lleva dedicatoria y todo!: “Gracias a mi novia Tamara, que es la que siempre me aguanta y me apoya en ¡estas locuras! Gracias también a toda mi familia, en especial a mi padre, a todos mis amigos y todos los que han colaborado en montar esto.” Ante un despliegue de cariño como el que nos muestra el Restaurante Pintx’aki en cada esquina, es completamente imposible que no se coma de lujo. ¿Alguien opina lo contrario?
La amplitud del espacio es perfecta para dar cabida a todo tipo de eventos: Cumpleaños, bautizos, comuniones, e incluso se han atrevido con bodas pequeñas en las que el resultado ha sido de lo más exitoso. Una opción más para, en estos tiempos de crisis, comer de lujo mientras se ahorra dinero.
Otra de las zonas en esta planta baja, ofrece mesas desenfadas para una comida más informal, aunque la carta está disponible igualmente. Si se decide estar cerca del gran ventanal, podemos optar tanto por las sillas como por el banco corrido -más mullidito- para comenzar nuestra velada.
La iluminación en el Restaurante Pintx’aki está cuidada con esmero: azules, malvas, pastel, dorados… tonos cálidos y fríos conjugan a la perfección. Diría que un maestro afinador de pianos con un “máster en luces cromáticas” comprobó la escala repetidas veces hasta que la dejó perfectamente armonizada.
En la época medieval no existía la armonía -referida a la música-. Se creó el concepto con la introducción del jazz, sin embargo, que no haya existido en la antigüedad no quiere decir que no haya estado presente, pues la armonía es algo intrínseco de la música. El Pintx’aki es una de esas melodías que te gusta escuchar: afinado, elegante, vívido… Los reflejos en sus cristales conforman los acordes necesarios para que la composición suene de lujo.
La estrella material indiscutible del Restaurante Pintx’aki es el exquisito carrito de Gin-Tonics que guardan al final de la sala. El coqueto grifo de anhídrido carbónico que enfría sabiamente las copas de balón marca la diferencia y consigue sorprender a los clientes a través del mundo de las ginebras Premium con una infinidad de combinaciones de tónicas: Schweppes Original Premium, Fever-Tree, Markham, Me Tonic, Me Orange, Me Citrus, Origin Tonic…
Subiendo unas cómodas escaleras que os muestra Ninillas fotografiadas en su sección, accedemos a un comedor elevado con capacidad para 40 comensales, donde el suelo de pizarra da paso a uno más cálido de tarima flotante. Desde esta altura es posible disfrutar de las vistas de la planta inferior, donde la barra de combinados luce de azul y da un expresivo toque de color a todo el conjunto. ¿Os gusta el Pintx’aki?
Una mesa redonda, pensada para que ocho comensales se sienten ampliamente, es la primera que nos encontramos en nuestro camino. Sobre ella, una gigantesca lámpara circular que cuelga de un techo de diseño industrial se encarga de iluminar puntualmente el mantel, para que mientras se disfrute con luz exuberante de la velada, las sombras de alrededor se encarguen de mantener una atmósfera de privacidad con el resto de comensales.
Un botellero decorativo marca la ruta a seguir para acceder al resto de mesas de esta estancia superior; además, se encarga de proteger otra de las mesas fetiche del Pintx’aki: una mesa pensada para 10 comensales rodeada de modernos pufs que quedan integrados con la misma -podéis verla en la sección de Ninillas-.
La barandilla de cristal a media altura que permite la vista de la planta inferior, impresiona. Fijaos en la siguiente imagen, cómo se ve la barra de abajo… ¡Me encantan los techos altos! A medida que empezó a llegar la gente, el ambiente en el Restaurante Pintx’aki era estupendo, desde arriba, desde abajo, desde fuera… Se nota en las caras y charlas de los clientes que el público está muy confortable.
Este cartel y las recomendaciones de Sara -nuestra amiga-, fueron los responsables de que cenásemos acompañando las viandas con unos cócteles para ir abriendo camino al tinto elegido en el mismo muestrario de la barra -como os había comentado anteriormente-. También podéis observar que tienen una tarjeta de fidelización “Club Pintx’aki” que por cada 10 € de gasto acumulas 1 punto -que es exactamente 1 €-. ¿Sabéis cuántas han repartido ya? ¡Más de 1500 tarjetas! ¡Ahí es nada! ¡A la gente le gusta el concepto Pintx’aki! Nosotros ya nos llevamos muchos puntos -euros- acumulados gracias a nuestra cena para la próxima vez que volvamos a Navalcarnero, que será pronto. Tenemos que ir más a menudo, porque además… ¡Se llega en un pis pas!
¡Y aquí tenéis el primer cóctel de la noche! Que la gente en Pintx’aki se está acostumbrando a cenar con cócteles y eso es porque merecen la pena -5 € sin alcohol y 6,50 € con alcohol-. Y nosotros no íbamos a ser menos, aunque también salen a las mesas muchas jarras de sangría -a 12 €-, por lo que hemos comprobado. Pues lo dicho… Os presento el ¡Sex on the Beach elegido por Ninillas! Un cóctel con base de vodka preparado por Marlex al que se le añade: licor de melocotón, zumo de naranja, granadina y zumo de arándanos, decorado con parte de las frutas que lo representan. ¡Riquísimo!
Así mismo, pedimos una Piña Colada, una Crema de Coco y, ya sin alcohol, un Tropical Runner, un Gold Medalist y un Mango Maithaï. Ninillas os detalla lo que lleva cada uno de ellos en su sección y os muestra una fotografía.
El reconocido Restaurante Pintx’aki se ha hecho un hueco en Navalcarnero en sus cuatro años de andadura gracias a sus pintxos -tanto tradicionales como de creación propia, algunos de ellos ya con su pedestal en su salón de la fama-. Ya no digamos su cordero y cochinillo, que tienen disponible los fines de semana, cuando todo Navalcarnero se llena de clientela foránea buscando disfrutar de estos manjares. Su público es joven y les visita muchísima gente de fuera, gente que se acerca desde Madrid -como hemos hecho nosotros- y desde municipios colindantes. Los platos se elaboran en cocina en el momento en que son comandados, todos, los fríos y los calientes, utilizando materia prima fresca del día, y eso se hace notar en el resultado final. ¡Ahí es donde Pintx’aki se metió al equipo de Cucharete en el bolsillo!
La primera bandeja de pintxos fríos en llegar a la mesa fue la que veis a continuación. De izquierda a derecha y de arriba abajo tenemos: Tosta de sardina marinada -con una cama de tomate confitado-, Falso cebiche de gambón/perdiz -con cilantro, lima y cebolla-, Hilda -a base de piparra, aceituna y anchoa-, Burrata con tomate dulce -con un toque de aceituna negra y orégano- y, por último, Foie con queso caramelizado -un micuit que se acompañaba con manzana confitada-. ¡Todos ellos estaban riquísimos! No le pusimos pegas a ninguno, se notaba una muy buena mano en cocina construyendo los sabores. ¡Pero todavía había más! ¡Continuad y veréis!
Aquí me tenéis con la segunda “bandeja pintxera” mientras disfruto de mi cóctel Tropical Runner, que estaba de muerte. Tosta de bakalao con naranja -del que os hablo más abajo-, Tartar de salmón fresco/ahumado -con galleta de jengibre, cebolla, aceituna, mostaza y salmón-, Rollito de salmón/queso/albahaca -a base de queso cremoso y salpicado por parmesano rallado-, Tosta de anchoa cántabra y boquerón –con base de salmorejo y coronado con piparra- y, Ensaladilla rusa con langostino y aceituna.
El primer plano de la Tosta de Bakalao con naranja habla por sí sola. La combinación de sabores era deliciosa, tremenda esa mezcla de la cebolla caramelizada con el bacalao y la naranja, con el toque justo de cremas de alioli, guisantes y aceitunas. ¡Tenéis que probarlo!
FlashBack os enseña la tercera bandeja de pintxos que llegó a nuestra mesa, esta vez de pintxos calientes: Langostino gabardina -con alioli y salsa brava-, Bolsita rellena de queso cremoso y gambas, Solomillo de cerdo al cabrales, Tako de bakalao rebozado -en tempura- y, la espectacular Tosta crujiente de rabo… de toro que comentaremos a continuación.
¡Aquí tenéis el pintxo estrella del Restaurante Pintx’aki de Navalcarnero! La flamante y vistosa Tosta crujiente de rabo… de toro. Nos han comentado que hay clientes que antes de reservar en Pintx’aki, preguntan por teléfono para saber si ese día está disponible ese pintxo de rabo de toro con esa presentación tan peculiar, marca propia de la casa. ¡Increíble! El vaso está cargadito de salsa brava, y los daditos de rabo de toro -bañados con una crema- están sobre un crujiente “receta secreta” elaborado por David. ¡Riquísimo!
Un nuevo repertorio de pintxos calientes aterrizó en nuestro mantel: Espectacular el pintxo de Vieira frita con tocino ahumado -acompañado de alioli de espinacas-, muy ricas las Croquetas de jamón ibérico -con crema de patata-, genial la Morcilla (de Burgos) con tomate, deliciosa la Cebolla confitada con queso de cabra, y perfecta combinación del Foie plancha con manzana. ¡Es que estaban todos buenísimos! ¡Y ya llevábamos 20 pintxos en nuestra lista particular!
Roberto presume de su Piña Colada mientras os enseña la ración de Turrón de foie con papel de arroz que viene acompañado de unas rodajas de pan tostado. Este plato únicamente está disponible durante el mes de diciembre, así que los que vayáis a Pintx’aki en enero os lo habréis perdido. Se trata de unos triangulitos de turrón de foie sobre bizcocho de chocolate; el toque de sal maldon y, obviamente, la mezcla con el papel de arroz hacen del conjunto una vianda de lo más original y sabrosa.
No sólo pedimos un tinto D.O. Vinos de Madrid, si no que además ¡lo pedimos de Navalcarnero! Así que cayó una botella de Asido 2008 -reciente ganador además del Premio Internacional Bacchus de Plata 2012-. Una mezcla de Tinto Fino, Merlot y Cabernet Sauvignon que ha disfrutado de una crianza de 14 meses en barrica de roble francés bajo la supervisión de una bodega con más de 60 años de historia: Ricardo Benito. No estaba mal este vino de autor, tenía personalidad propia y era extremadamente complejo, aunque no era lo suficientemente elegante para mi gusto, porque carecía de cierta amabilidad en boca dada su fuerte expresión, quizás esperaba algo más equilibrado. No es un vino económico, pero en el Restaurante Pintx’aki lo tienen muy bien de precio -19,50 € la botella, de los más exclusivos de su carta-.
¡Qué ricas estaban las Croquetas de txangurro de Pintx’aki! Es una de sus sugerencias en carta, por lo que no estarán siempre disponibles. Como buen gallego, tuve que examinarlas… ¡Id a probarlas cuanto antes! Están rebozadas con polvo de cáscara de gambón y patatas fritas. ¡Una delicia crujiente! Con ligeros toques de regaliz y presentadas sobre una fina crema de verduras.
Nada que envidiarles a las croquetas anteriores las Albóndigas de carabinero -una ración exclusiva de Navidad-, que vienen rellenas de bacalao y se presentan sobre una rica espuma de espinacas. ¡Un curioso y agradable bocado para el disfrute del paladar!
Me toca mostraros los graciosos Soldaditos de Pavía inyectados -un plato presentado en un vaso-. Mojarlos en la salsa brava que ya nos había conquistado a través de sus pintxos -especialmente el de rabo de toro- era una delicia. Se trata de unos dados alargados de bacalao en tempura inyectados con mostaza, que le transmite un toque muy especial. Lo probamos todos los de la mesa -es una ración que se presta a compartir- y nos encantó a todos.
A pesar de ser una vianda más generalista, estaba muy rico el Burrito secreto -la tosta estaba en su punto-. Un poquito de lechuga, otro poquito de tomate, unas láminas de cebolla, un toque de soja y, todo listo para acompañar a las lascas de un buen secreto de cerdo ibérico. Todo ello se abraza con una tosta de trigo y… ¡Pa dentro!
Me encantó la generosa ración de Cochifrito confitado que sostiene Roberto entre sus manos. ¡Qué rico estaba! No me extraña que haya sido confitado durante 3 horas en grasa de pato antes de su fritura. Salpicado con crujientes de quicos y sal maldon, se convierte en un plato espectacular. ¡De los mejores que he probado a lo largo de esta andadura cucharetera! ¡Os lo aseguro! Como diría Ninillas, este plato ¡es un imprescindible!
Excelente materia prima la carne del Solomillo de ternera, foie y uvas. La salsa de uvas mezclada con los jugos de la carne estaba para mojar pan, sin duda, pero la calidad de la carne era suficiente para que el plato mereciese una ovación. Cuando disfruto de una carne tan tierna y sabrosa como ésta, me sobra siempre el foie, cuestión de gustos personales.
¡Cómo no íbamos a pedir la Hamburguesa de buey de Pintx’aki! Si ya nos había comentado nuestra amiga Sara que se había tomado unas cuantas a lo largo de estos años. Doscientos cincuenta gramos de buena carne triturada por ellos mismos presentada sobre pizarra. Se nota la calidad de la carne en cuanto le hincas el diente. Lleva lechuga, tomate, cebolla, y la personalizan a su estilo con jamón york, queso y bacon. ¡A los carnívoros les encantará! Ni os imagináis la de hamburguesas que llegan a salir de su cocina a lo largo de un fin de semana.
Terminadas las viandas principales le echamos un ojo a los postres. Cierto es que habíamos cenado tan bien que difícilmente entraba más materia en nuestros estómagos -ya lo habréis visto vosotros en las fotos-, pero entre que estábamos seis cucharetes para repartírnoslos, que se trataba de postres totalmente caseros elaborados allí mismo, y que su precio era increíble comparado con los precios de la capital -entre 3 y 3,95 € cada uno-. Ordenamos cuatro para compartirlos y probarlos. ¡Cómo nos íbamos a despedir del Pintx’aki sin haber disfrutado sus sobremesas! ¡Y menos a ese precio!
Comenzamos con un Brownie de chocolate con helado -que se acompaña de crema de chocolate caliente-. El brownie no sólo estaba esponjoso y riquísimo, si no que os aseguro que es de los mejores que he probado en mi vida. ¡Espectacular el brownie! El helado que lo acompaña era de café, y lo elegimos nosotros, pues te permiten escoger el sabor que prefieras. Un helado muy cremoso y de calidad, también hay que reconocerlo.
En la siguiente fotografía os presento la Milhoja de hojaldre, crema y manzana confitada. La crema era de arándanos y mezclaba perfectamente con la manzana. ¡Muy rica! Todavía pudimos probar un trocito cada uno… Pero es que el brownie… ¡Cómo estaba el brownie!
El Tiramisú de galleta del Restaurante Pintx’aki es un postre para muy cafeteros. Al alma mater de esta sobremesa le encanta el intenso sabor a café y así lo aplica en su creación, confiando en su instinto. Para mi gusto es un poco excesivo, pero sobre gustos no hay nada escrito: He de deciros que tengo amigos que se pirrarán por él y se relamerán una y otra vez. Se acompaña de helado de café y la espuma de leche combina muy bien con el conjunto.
La Tarta de queso con arándanos que os muestra Ana y que, a primera vista puede parecer una tarta industrial que pasa por la mesa sin pena ni gloria… ¡Estaba de lujo! ¡Deliciosa! Muy esponjosa y con un corte y textura de lo más elegante. Rápidamente desapareció del plato y llegamos a pensar por un momento si pedíamos otra más -¡por 3 € merecía la pena volver a disfrutar del momento!-
¡Sensacionales los postres caseros del Restaurante Pintx’aki! Y de este modo, pusimos punto final a la velada con unos cafés -con leche y capuccino- y unos atrevidos y ricos tés -Maracuyá y naranja, Piña colada y Menta con chocolate- como de costumbre, para quien lo estimase oportuno en la mesa. Las teteras de hierro fundido son casi tan pequeñitas como las tacitas de café, y con lo que pesan ¡se nota que son de las buenas! La verdad, para estar ante un local que maneja una horquilla de precios de 15 a 25 €, la vajilla con la que atienden al cliente y las copas Das Schöne -por poner un ejemplo- están muy por encima de lo esperado.
Habíamos disfrutado tanto del concepto Pintx’aki que decidimos por unanimidad que no nos podíamos despedir del local sin estar un rato en la barra de Gin-Tonics Premium disfrutando de la música. ¡Nos estaba llamando a gritos! Además, había que probar las diferentes posibilidades de combinaciones con los “toppings” que tenían listos para maridar las ginebras -sacrilegio para unos y refuerzo para otros-. Así que… Uno de G’ Vine: con frambuesa, uva y tónica Original Blue, además, con hielos artesanos esféricos hechos exclusivamente por Marlex -coctelero peruano en Pintx’aki, que aparece en la fotografía-, otro de Ish: con frambuesa, twist limón y tónica Original Pink, otro de Martin Miller’s: con tónica Markham, otro de Bulldog: con naranja, lima, twist de limón, regaliz y tónica Fever-Tree, y otro de Gin Mare: con cardamomo, twist de limón, y tónica Schweppes.
¿Adivináis cuál era el mío? ¡Exacto! ¡El de Martin Miller’s! Que por primera vez combiné con Markham, una Premium Indian Tonic Water que no había probado anteriormente y que me encantó, finísima burbuja y sabor muy equilibrado. ¡Se conoce como la tónica del elefante! Ya sabéis lo que dice un antiguo proverbio hindú: “Camina como un elefante” -Disfruta del momento, sé tú mismo, disfruta la vida sin preocupaciones…- Eso mismo estaba haciendo yo en Pintx’aki bien acompañado.
¡Poned en la sección de favoritos de vuesto GPS la Plaza de Toros de Navalcarnero! O lo que es lo mismo, la C/ de Casarrubios esquina con C/ de las Moreras. ¡Allí está el Restaurante Pintx’aki esperándoos! Para disfrutarlo a buen precio ofreciendo una calidad en sus materias primas muy superior a lo habitual en su horquilla de precios. ¡A los que vayáis desde Madrid os encantará!
Ninillas: ¡¡Hacía siglos que no nos veíamos!! Por unas razones o por otras hacía muchísimo que no quedábamos con Sara. Sí, sé que no sabéis cómo es, pero sí quién es, “Doña fotos NO”. El caso es que el pasado sábado decidimos que había que quedar sí o sí, que la cosa no se podía demorar más. De modo que sí, quedamos, pero como Sara tenía el coche en el taller… Pues en lugar de venir ella a Madrid, fuimos nosotros a… ¡¡Navalcarnero!!
Navalcarnero, como muchos de vosotros ya sabéis, está situada al Suroeste de Madrid, más o menos a unos 30 Km de la capital si vas por la autovía de Extremadura. Es una villa castellana encantadora donde cualquier fin de semana uno puede disfrutar de un paseo tranquilo por sus sugerentes calles y plazuelas. Por supuesto, una vez finalizado el paseo, lo típico es acabar reponiendo fuerzas en los mesones y cuevas que hay por el casco antiguo. Y, desde luego, es lo que muchísima gente hace, pero cuando en Navalcarnero cuentas con una guía local, que además gusta del buen yantar… Entonces los planes cambian ligeramente y acabas cenando en un local moderno y fabuloso que está situado un poco más a las afueras, nada más y nada menos que en la misma Plaza de Toros. Por cierto, su nombre es Restaurante Pintx’aki.
El Restaurante Pintx’aki es un local amplísimo que nada más entrar te recibe con una zona de barra donde multitud de botellas parecen estar preparadas para darte la bienvenida. Sorprende encontrarte con un espacio tan moderno en Navalcarnero, donde los clásicos mesones castellanos abundan por doquier.
El Restaurante Pintx’aki está abierto desde las 8 de la mañana, así que, como podéis imaginar, en esta barra se empieza el día sirviendo desayunos, se pasa por el aperitivo, la comida, el cafecito de media tarde, el afterwork, la cenita y, para rematar el día, unos cócteles o unos gin tonics. Es un restaurante polivalente que se presta a todo y con el que quedas bien en cualquier momento del día o de la noche. Y no sólo eso, si no que además ofrece una gran variedad no sólo de pintxos -con el nombre que tiene era obvio que por ahí iban los tiros- sino también de ginebras -hasta 25 referencias- y multitud de marcas de cerveza aparte de la Mahou de grifo. Inedit, Alhambra Reserva, 1906, Carslberg, Franziskaner, Koronita, Kronengbourg 1664, San Miguel, Heineken… Son una pequeña muestra de la diversidad cervecera de este restaurante.
Anexo a la barra nos encontramos con la zona de sala propiamente dicha. Aunque haciendo honor a la verdad hay que decir que son dos los salones que ofrece el Restaurante Pintx’aki, uno en la planta baja con capacidad para 90 comensales y otro en la planta superior con capacidad para 40.
La zona de sala sigue con la misma tónica que la barra, un amplio espacio bordeado por una enorme cristalera que da a la calle y por la que de día debe entrar la luz a raudales. Los techos son altísimos y con un toque industrial, ya que han dejado las vigas de hierro vistas, creando un local moderno y muy actual. De vez en cuando, las paredes olvidan su tono monocromático y se dibujan en ellas barricas añejas que dotan al local de personalidad.
Ese aire industrial que se respira en el Restaurante Pintx’aki, se ve reforzado con elementos como unas originales sillas retro de madera, y roto con otros como por ejemplo la luminosa barra que gobierna el comedor desde el fondo. Es precisamente esta barra el centro de atención cuando llega el fin de semana y un coctelero se encarga de servir deliciosos cócteles -con y sin alcohol- y gin tonics Premium.
La iluminación del restaurante está muy cuidada, jugando con luces indirectas y haciendo uso además de vistosas lámparas amarillas y negras que van marcando las mesas. Se consigue así crear un ambiente cálido y agradable donde la modernidad del espacio no está reñida con la elegancia. La verdad es que el Restaurante Pintx’aki ¡me encanta!
Como ya he comentado anteriormente, el Restaurante Pintx’aki se presta a todo, ¡incluso para ver un partido de fútbol!. Por eso, justamente de la gran pared del fondo se despliega una enorme pantalla donde poder seguir bien las jugadas sin necesidad de esquivar la cabeza del de delante. Y es que, ante un partido importante, es una buena opción poder reunirte en un espacio como el Pintx’aki. Una excelente manera de unir gastronomía y deporte. La verdad es que a mí, hacer ejercicio así, me encanta, la única lesión que puedes tener ante una entrada peligrosa es que se te atragante un bocado, y el tratamiento es rápido, un buen trago de cerveza o de vino.
Al fondo del local, nos encontramos con unas escaleras que nos conducen al comedor superior. Ya os había dicho que los techos del Pintx’aki son altísimos… Pues bien, son tan altos que dan para dos plantas, consiguiendo crear dos ambientes dentro de un mismo espacio. Con el añadido de que desde la sala superior tienes una panorámica completa sobre todo el local, ya que la única separación que hay es una cristalera a media altura que hace las veces de barandilla.
La sala superior del Pintx’aki sigue la misma línea decorativa que la de la planta baja, si bien los apliques de las paredes y las lámparas rosadas le otorgan un aire un tanto más íntimo. El resto es prácticamente igual, aunque la presencia de dos mesas imponentes, una de ocho comensales redonda y otra alargada de diez que parece ir de incógnito, convierten esta zona en el lugar perfecto para una reunión de amigos en la que es importante disfrutar de un poco de intimidad.
Lo cierto es que en el Restaurante Pintx’aki se está bien, se disfruta simplemente “estando”, da gusto poder sentarse a una de sus mesas y no tener esa sensación de agobio tan común en los locales de la capital, donde muchas veces escuchas más la conversación de la mesa de al lado que a tus propios acompañantes.
Detrás del Restaurante Pintx’aki se encuentran David Cardeña -en los fogones- y Tamara Bodas -en sala-. Son pareja y naturales de Navalcarnero. Llevan en la hostelería toda la vida y se nota que les apasiona. Hubo un momento en que David parecía que iba camino de ser ingeniero, pero finalmente sucumbió al encanto de la cocina y se formó en la Escuela de Hostelería de Lago. Hace ya casi cuatro años se liaron la manta a la cabeza y decidieron crear su propio restaurante, uno que respondiera a la idea de local informal, pero que al mismo tiempo cubriera una oferta gastronómica amplia y de calidad. Así nació y es Pintx’aki: moderno, polivalente e innovador.
Moderno, porque sólo hay que ver el local para darse cuenta que sus líneas actuales están en boga con los tiempos que corren hoy en día. Polivalente, porque dadas sus dimensiones, en Pintx’aki se pueden organizar todo tipo de eventos, comidas de empresa, reuniones, bodas discretas, bautizos y comuniones. Todo un crisol de posibilidades. E innovadores… Éste tal vez sea el punto más interesante, puesto que hace falta tener valor para montar, en una localidad tan tradicional gastronómicamente hablando como Navalcarnero, un local tan diferente, no sólo por el continente sino también por el contenido.
Por cierto, no me digáis que no es espectacular esta mesa para una reunión de amigos. Con esa enorme lámpara sobre ella, da la impresión que sólo existiera esa mesa en la sala.
Pero vamos a ir metiéndonos en faena, que el Restaurante Pintx’aki es divino, se está fantásticamente bien y es muy amplio, pero nosotros a lo que fuimos es a cenar, y de eso es precisamente de lo que quiero empezar a hablar. El Restaurante Pintx’aki nos presenta una carta basada en un cocina moderna, pero pensada para todos los gustos, todos los bolsillos y todos las edades. Como es lógico y con ese nombre, los pinchos tienen especial relevancia en su propuesta gastronómica, por eso les dedican dos secciones: Pintxos fríos y Pintxos calientes. La gran mayoría de los pintxos fríos tienen un precio de 1,40 €, aunque hay algunos más exclusivos que rondan los 2 €, 3 € e incluso uno espectacular de Tartar de salmón de 4,90 € -nosotros lo probamos y estaba exquisito. Con los pintxos calientes el precio es de 1,50 € para casi todas sus entradas, a excepción de algunos que rondan los 2 € y 2,20 €.
El resto de su carta se estructura con otras dos secciones que han denominado Sugerencias y Raciones, ambas con un buen número de entradas. Con una particularidad, y es que todos los platos que salen de cocina se elaboran al momento y su materia prima es toda fresca del día, esto se ve en muy poquitos sitios. Además de su carta, de lunes a viernes a mediodía, ofrecen un menú del día a 12 €. Los fines de semana puedes optar por platos tan sabrosos como cordero y cochinillo asado. Y, por supuesto, también ponen a disposición de los clientes, diversos menús de grupo a 25, 32 y 38 €. Me hice con los menús y al final del post os los detallaré más detenidamente.
Para la cena del sábado nos juntamos al final 6 personas: Rayo, Flashback, Roberto, Ana, Sara y yo. Nosotros íbamos a ciegas, pero Sara sabía muy bien por dónde había que empezar en el Restaurante Pintx’aki: ¡Por sus cócteles! ¡Fijaos en la carta tan original que tienen!
Tienen cócteles con alcohol de ron, de vodka, de ginebra y de tequila, todos ellos a 6.50 €. También los tienen sin alcohol a 5 € y no se han olvidado de la sangría que la tienen Roja -3.50 € la copa-, Hawaiana -3.50 € la copa- y Pintxaki -12 € la jarra-. Nosotros elegimos 3 sin alcohol y 3 con alcohol. El mío y el de Sara fue el que os muestro a continuación, un Sex on the beach con vodka, licor de melocotón, zumo de naranja, granadina y zumo de arándanos. Estaba muy, muy rico.
El resto del equipo optó por una Piña colada -crema de coco, ron Bacardi, zumo de naranja, zumo de piña y piña natural-, Mango Maithaï -zumo de piña, granadina y mango natural-, Tropical Runner -plátano y piña colada mix- y Gold Medalist -piña colada mix, fresa natural y plátano-.
Para inaugurar nuestra cena empezamos con una selección de pintxos fríos. Comenzamos con una Hilda -de piparra, aceituna y anchoas-, otro de Foie con queso caramelizado, le sigue la Burrata con tomate dulce -sobre pan de aceituna negra y orégano-, pasando por un Falso cebiche de gambón-perdiz -con cilantro, lima, cebolla y gambón escabechado-, éste es el que comí yo y estaba… Uhmmm… Riquísimo. Y, para terminar, Tosta de sardina marinada -sobre la tosta, una cama de tomate confitado, la sardina marinada y, por encima, mayonesa y crema agria-.
Aquí os dejo un primerísimo plano del pintxo de Foie con queso caramelizado. ¡Tiene una pinta estupenda! Sobre una tosta de pan se dispone la manzana confitada y, sobre ella, el micuit de foie con queso caramelizado por encima.
En la otra pizarra llegaron el Rollito de salmón-queso-albahaca que fue el que yo probé y que constaba de un queso cremoso envuelto con salmón y queso parmesano por encima, fresco y rico. Le sigue en la rueda el pintxo frío más exclusivo, el delicioso Tartar de salmón fresco-ahumado. Era un espectáculo de sabores, de textura y de matices. Además de salmón llevaba jengibre, cebolla y aceituna. Merece la pena pedirlo. A continuación, una Tosta de Bakalao con naranja -un pintxo complejo que se completaba con cebolla caramelizada, aceituna y, por encima, crema de alioli y crema de guisantes. No podía faltar tampoco una Tosta de anchoa cántabra y boquerón -que se servía sobre salmorejo y se coronaba con una piparra- y, para terminar con los fríos, la tradicional Ensaladilla rusa con langostino y aceituna.
La primera pizarra de calientes llegó con el Tako de bacalao rebozado -excelente bacalao en tempura-, la Tosta crujiente de rabo… de toro, el Solomillo de cerdo al cabrales -con alioli sobre el pan tostado-, la Bolsita rellena de queso cremoso y gambas y el Langostino gabardina… en vaso -donde venía servida una salsa brava-. Todos muy ricos y sabrosos, pero sin duda el rey fue la Tosta crujiente de rabo… de toro que os presenta Rayo en su sección, por lo visto, el pintxo estrella en el Restaurante Pintx’aki. Es un pintxo con una presentación curiosa, en un vaso se sirve una salsa brava que está de muerte y, apoyado sobre el vaso, un crujiente sobre el que viene el rabo de toro. Para rematarlo, un poquito de crema alioli por encima. En serio, ir al Pintx’aki y no probarlo es considerado delito… Al menos en Navalcarnero.
Ana os presenta la otra tirada de pintxos calientes, compuesta por unas cremosas y sabrosas Croquetas de jamón ibérico -con crema de patata-, una Vieira frita con tocino ahumado, Cebolla confitada con queso de cabra, Foie plancha con manzana -el foie se presenta templado y la manzana caramelizada- y Morcilla (de Burgos) con tomate.
El pintxo de Vieira frita con tocino ahumado se presenta en un cuenco y en el fondo de él lleva un finísimo alioli de espinacas. La verdad es que los pintxos estuvieron todos muy ricos, sorprendiéndome no sólo la variedad sino también la originalidad de sus presentaciones y, por supuesto, el sabor, elaboración y materias primas de los mismos. Vamos que… ¡Los pintxos del Pintx’aki son una maravilla!
El siguiente plato es de los que llega al Pintx’aki por Navidad y sólo en estas fechas, tal vez por eso se llama Turrón de foie con papel de arroz. Me gustó mucho, me resultó curiosa esa textura para foie, y más aún descubrir que entre medias del turrón iban trocitos de bizcocho de chocolate. ¡Es un plato que hay que probar!
De la sección de sugerencias llegaron estas Croquetas de txangurro, ricas, sabrosas y contundentes. Venían presentadas sobre una crema de verduras y el rebozado estaba elaborado a base de regaliz, polvo de cáscara de gambón y patatas fritas. Lo dicho, otro acierto más del Restaurante Pintx’aki.
Al igual que el Turrón de foie con papel de arroz, las Albóndigas de carabinero sólo las encontramos en el restaurante en estas fechas navideñas. Las albóndigas iban rellenas de bacalao con espuma de espinacas y acompañadas de esféricos del jugo de la cabeza del carabinero. Eran bocados plenos de sabor y daban como resultado un plato muy elegante.
Los Soldaditos de Pavía inyectados gustaron incluso a Roberto, y eso que no le gusta el bacalao, el secreto fue que la inyección que llevaban los soldaditos era de mostaza, lo que hacía difícil distinguir el bacalao por su sabor. Se presentaban en un vaso con salsa brava al fondo para mojarlos de cuando en cuando. Como ya he dicho, gustaron incluso a los no amantes del bacalao.
FlashBack os presenta este Burrito secreto, aunque de secreto nada, yo más bien lo llamaría burrito sabroso, pues así estaba esta torta de trigo con lechuga, tomate, cebolla, soja y secreto de cerdo ibérico.
Sara insistió mucho en que había que pedir una ración de Cochifrito confitado y, una vez probado, sólo puedo hacer lo mismo que hizo Sara con nosotros: insistir en que si os dejáis caer por el Restaurante Pintx’aki degustéis este fantástico cochifrito que, por lo visto, se confita en grasa de pato durante 3 horas para luego freírlo con el aceite bien fuerte. Además lleva por encima un crujiente de quicos y sal maldon. El resultado no es otro que un bocado crujiente por fuera y tremendamente tierno y pleno de sabor en su interior. Es, sin dudarlo, otro imprescindible.
El Solomillo de ternera, foie y uvas tampoco decepcionó, buena carne -con un punto excelente- acompañada por una salsa de uvas muy fina. En definitiva, otro acierto.
La Hamburguesa de buey había que pedirla sí o sí. Nos gusta probarlas en los restaurantes a los que vamos. Puede parecer una tontería, pero si en un local la hamburguesa es buena, por regla general el resto de la carta va en la misma línea. De esta hamburguesa, ¿qué puedo decir? Pues que era de las buenas, se notaba que la carne era de calidad e incluso nos aseguraron que ellos pesan los 250 grs. de carne y la pican al momento. Como acompañamiento: lechuga, tomate, cebolla, jamón york, queso y bacon.
Regamos la cena con un vino tinto D.O. Vinos de Madrid de Navalcarnero, Asido 2008. Lo pedimos con mucha ilusión, pero la verdad es que a mí no me entusiasmó, tal vez con otro tipo de cocina funcione mejor, pero desde con los platos que degustamos aquella noche… No sé, no me pareció un vino elegante.
Llegados a este punto, había que decidir si queríamos postre o no. La verdad es que si los postres hubieran sido industriales pues no los habríamos pedido, pero cuando nos dijeron que eran caseros 100%… Ahí la cosa cambió. De modo que pedimos cuatro para hacernos una idea. Por cierto, los precios de los postres en el Restaurante Pintx’aki oscilan entre 3 y 3.95 €. No me digáis que no son competitivos.
Abrimos con este Brownie de chocolate con helado. En nuestro caso el helado fue de café, por cierto, muy buen helado, cremoso y de gran calidad. En cuanto al brownie, estaba riquísimo, súper esponjoso y nada mazacote. Este es un postre imprescindible, en serio. Además se servía también con una crema de chocolate caliente que era la guinda del pastel.
La Milhoja de hojaldre, crema y manzana confitada estaba buena, pero no me entusiasmó. Es un postre que lo he visto tantas veces, que no me dice nada.
El Tiramisú de galleta en cambio, me pareció original, tenía un intenso sabor a café, tal vez demasiado para mi gusto, pero aún así sabía rico. Se acompañaba con una bola de helado de café y espuma de leche por encima.
Para finalizar, una Tarta de queso con arándanos con una puesta en escena nada convencional. Estaba deliciosa. Era una tarta de queso fina, ligera y muy elegante. Vamos… que es otro imprescindible.
La sobremesa la acompañamos con unos riquísimos Tés Gourmets de Maracuyá y naranja, Piña colada y Menta con chocolate -todos a 2,25 €-. ¡Fijaos en su intenso color! No faltó tampoco el clásico café con leche -1,50 €- y un capuccino -1,75 €-.
Tras la sobremesa, lo suyo es que nos hubiéramos marchado cada uno para su casa, peeeeero… Era sábado, el ambiente en restaurante estaba animado, el coctelero se dejaba ver y… ¡Nos pedimos unos gin tonics y punto! Así que, menos el que tenía que conducir, el resto nos pedimos uno. Ana optó por una ginebra Ish con Original Pink, frambuesa y twist de limón -8 €- y yo una G’ Vine con frambuesa, uva y tónica Original Blue -9 €-. Por cierto, los hielos eran artesanos, grandes esferas elaboradas por el propio coctelero.
Sin prisa, disfrutamos de nuestros gins aprovechando que al día siguiente no teníamos que trabajar. Yo aproveché para hacer mi obligada visita a los aseos y descubrir que incluso ¡tienen uno exclusivo para minusválidos!
Ésta fue nuestra noche de sábado, y el Restaurante Pintx’aki fue la joyita que Sara descubrió para nosotros. Iba con la idea de haber tomado las típicas raciones en cualquiera de los mesones de la zona, sin embargo el Pintx’aki me gustó muchísimo más. Pintxos ricos, bien ejecutados y con buena materia prima, raciones y sugerencias que se salen de lo habitual con cuidadas presentaciones y plenas de sabor y, todo ello en un espacio en el que te apetece estar y a unos precios aptos para todos los bolsillos. En definitiva, que en mi próxima visita a Navalcarnero, me verán por la Plaza de Toros, me verán en Pintx’aki.
PD: Al salir me hice con una hojita donde venían sus menús de Navidad: ¡Apuntad para estas fechas!
Menú 1 -25 €-
Al centro de la mesa:
Jamón y lomo D.O. Extremadura
Risotto con hongos y trufa
Croquetas de txangurroSegundo a elegir:
Tartar de salmón y jengibre
Cochinillo tostón carne roja fileteada
Bakalao rebozado con pimientosSurtido de postres. Vino de Navalcarnero, aguas y café.
Menú 2 -32 €-
Cebiche de pulpo
Surtido de crujientes
Tosta de cebolla con hongos y queso
Ensalada de rúcula
Lenguado relleno de centollo
Cochinillo confitado
Piña coladaVino de Navalcarnero, agua y café
Menú 3 -38 €-
Sardina marinada
Turrón de foie
Risotto de sémola con trufa
Verduras y vinagreta de tomate concasé
Albóndigas de carabinero
Solomillo con foie y uvas
Tiramisu de galletaVino de Navalcarnero, agua y café
Cucharete: ¡Habrá que regresar a Navalcarnero! Está a un paso del centro y tenemos puntos para consumir en nuestra tarjeta de socios del Club Pintx’aki. Rayo quiere volver a probar ese preciado pintxo de rabo de toro, y Ninillas desea volver a degustar el fantástico tartar de atún. ¡Y ya no hablemos del cochifrito! Dejó a todo el equipo cucharetero sorprendido con su sabor. ¡Qué buena mano tienen en la cocina de Pintx’aki! Mi equipo cenó por 22 €/persona, seis personas con 20 pinchos, 8 raciones, 4 postres, 2 botellas de agua y una cesta de pan. A lo que tendríamos que añadir 6 cócteles -a 6,50 € con alcohol y 5 € sin alcohol- y una botella de vino tinto -19,50 €-. Los tés gourmet fueron a 2,25 € y los cafés, a 1,50 € el con leche y 1,75 € el capuccino. Los gin tonics Premium a 8 y 9 €, dependiendo de la ginebra base.
Su moderno acabado de aspecto industrial. Su cuidada iluminación con toques de color. La separación entre mesas. Su barra de cócteles. Su gran variedad de pinchos fríos y calientes. La calidad de las materias primas y la elaboración al momento de las mismas. La originalidad de algunos de sus platos. Su carta, pensada para todos los bolsillos. Su exclusivo pintxo de rabo de toro. Su cochifrito. El precio reducido de sus referencias de vino. El atento y amable trato del servicio en todo momento. Su servicio adaptado para minusválidos. Aceptan todos los tipos de cheques de comida.
Pequeñas pinceladas, prácticamente insignificantes.
4,0
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