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Agustín de Foxá, 27
Madrid (Chamartín)
Chamartín
913147818 - 913157576
20 - 30
Hace unos meses abría sus puertas en el Distrito de Chamartín un nuevo restaurante de cocina oriental en Madrid. El Restaurante Asia Té, en el que podemos degustar platos de la cocina japonesa, vietnamita, tailandesa y cantonesa, ofrece a todos sus clientes la Ceremonia del Té, todo un ritual completamente gratuito los miercoles por la noche, el resto de la semana a 6,90 € +IVA por cada 4 personas. Dispone de una atractiva terraza de verano con capacidad para 50 comensales, así como un amplio y cálido comedor interior que da cabida a 90 comensales. Además de las entradas de su carta, ofrecen un Menú Primavera a 16.90 € +IVA y un Menú Degustación -mínimo 2 personas- a 23.60 €/persona +IVA. Así mismo, de lunes a viernes al mediodía ofertan tres menús: un Menú del Día a 9.80 € +IVA, un Menú Asia Té a 12.90 € +IVA y un Menú Japonés a 12.90 € +IVA. Su horario de apertura es de 12:30h a 16:30h y de 20:30h a 00:00h. No cierra ningún día de la semana. Parking concertado para clientes, con la 1ª hora gratis y la 2ª al 50%, además, con el ticket del parking hacen un 10% de descuento en la factura de la comida o la cena.
4,0
Rayo: ¡Únicamente seis meses lleva abierto en el distrito de Chamartín de Madrid este llamativo restaurante asiático! De modo que… ¡A estrenarlo y cucharetearlo toca! Que siempre se agradece un nuevo restaurante para visitar este veranito en Madrid. ¡Que tiene terraza! Además, me parece a mí que nos vamos a ver por allí algún que otro jueves, pues… ¡Apuntad! Todos los jueves por la tarde realizan cursos de cocina TOTALMENTE GRATUITOS para iniciar a sus clientes en el mundo del sushi y de los tés. Así que, nosotros por lo menos, nos pasaremos algún jueves entre las 20:00h y las 21:00h por la C/ Agustín de Foxá, 27 para aprender mil cosas que desconocemos. Nos han comentado también que si el sushi sale bien, el cliente puede comerse lo que ha hecho… ¡Miedo me da!
Quedaos con el nombre del restaurante: Asia Té, porque os encantará el ambiente que se vive entre sus mesas. Y prestad atención sobre todo a su apellido “Té”, que lleva implícita parte de la magia de este coqueto local asiático madrileño. Allá por el 2500 a.C., mucho antes de que el té entrase en contacto por primera vez con los europeos en la India, en China surgía la costumbre de añadir hojas de té al agua hervida para otorgarle un buen sabor. ¡Y hasta nuestros días la esencia de su significado no ha cambiado! En el Restaurante Asia Té, te seducen con… ¡La Ceremonia del Té! Pero no nos adelantemos, ya os comentaremos al final de este reportaje de qué se trata…
No hay más que acercarse en coche a la calle Agustín de Foxá, para observar claramente desde la carretera el número 27 -con dígitos enormes- donde se encuentra situado el Restaurante Asia Té. ¡No tiene pérdida! Y está al lado mismo de la estación de Metro y Cercanías de Chamartín. Pero recalco que, para los que os aproximéis en coche, ofrecen 1 hora de parking gratuita -y la segunda hora al 50%- en un parking concertado con entrada al lado mismo del gigante establecimiento de Harley-Davidson. ¡Pero eso no es todo! ¡Con el ticket del parking te hacen un 10% de descuento en la factura! ¡Eso sí que mola!
La terraza del Restaurante Asia Té es muy llamativa, no hay más que ver estas tres fotografías -además de las que tiene Ninillas en su sección-. La entrada al local está flanqueada por dos enormes macetas luminosas sobre las que descansan gruesos troncos de bambú. La luz de color sombrea el suelo y consigue un efecto atractivo y elegante que imprime un marco muy actual al conjunto. Todo el recinto está rodeado de plantas y arbustos, que se encargan de mantener a salvo la intimidad de los clientes, cuya mayoría disfruta de una velada romántica a la luz de las velas.
Si el calor aprieta, se activa un moderno dispositivo que rocía polvo de agua sobre la terraza, para refrescar el espacio sin molestar a los comensales. ¡Un lujo!
La terraza del Restaurante Asia Té da cabida a 50 comensales y, el interior, proporciona 90 cubiertos en un gran salón dividido en varios escenarios que se encargan de conseguir un ambiente más selecto y menos grupal. A primera vista, tras atravesar la puerta de entrada, el restaurante te seduce. Luces cálidas se entremezclan cuidadosamente con otras más frías y te sumergen en un clima gobernado a media luz en el que las velas centellean demandando protagonismo.
Las mesas del Restaurante Asia Té recorren el local correctamente espaciadas, algo que se agradece -sobre todo en un local asiático, pues estamos acostumbrados a verlos excesivamente saturados-, por lo que tanto una pareja como un grupo -ya sea de 4 o de 10 personas- pueden disfrutarlo a gusto. La clave de la delicada distribución del espacio son las vistosas jardineras interiores que, con una base de relajantes piedrecillas blancas, sustentan variadas plantas y bonsáis que forman parte intrínseca de la decoración de la sala.
Aquí tenéis una mesa de pareja bajo la atenta vigilancia de un gigantesco grabado en madera que sólo puede pronosticar buenos augurios. A las elegantes sillas del Restaurante Asia Té, le acompañan en algunas zonas unos bancos corridos en tonalidades acordes al resto del local. Nosotros nos sentamos en una mesa del centro, por lo que desconocemos si son cómodos o no. ¡Las sillas sí lo son! ¡Comprobado!
Me encantan las mesas redondas, sobre todo para disfrutarlas en grupo -con los amigos, con la familia, con los compañeros de trabajo…-, pues permite que todos los comensales nos veamos las caras, y ayuda mucho a entretenerse con una velada distendida en la que participen en la conversación todos y cada uno de los miembros de la mesa. En el Restaurante Asia Té encontramos dos, una de ellas nada más entrar a la derecha y otra al fondo a la izquierda que veremos más adelante.
En las estanterías del Restaurante Asia Té de Agustín de Foxá 27, encontramos gran cantidad de Budas y teteras de todo tipo, algunas de ellas son realmente sorprendentes, ya sea por su antigüedad -como la que os muestro en la fotografía- o por su diseño tan peculiar -si le hubiese hecho fotos a todas necesitaría “dos folios más” para publicarlas-. También me fijé en un típico paisaje chino de corcho tallado a mano, así como en un plato de la Plaza de Tiananmen, que no sé si sabéis que ocupa un espacio de 40 hectáreas -¡la plaza! ¡no el plato!-, siendo la mayor plaza pública del Mundo, en el corazón de la ciudad de Beijing -que al parecer fue un regalo de la Embajada de China al Restaurante Asia Té -¡el plato, no la plaza!-.
Hacia el fondo del comedor desaparecen las jardineras que dividen los espacios, dejando paso a diferentes fotografías de la cultura asiática que, enmarcadas con luz y bajo la atenta mirada de los budas, se encargan de decorar este rincón. Sin duda alguna, el Restaurante Asia Té cautiva a los clientes. Se está realmente a gusto en su sala.
Una distinguida y elegante “cortina fija de flecos de madera” separa la sala del Restaurante Asia Té de la zona de barra. Al fondo, acompañando a las escaleras que dan acceso a otro comedor instalado en la primera planta -donde se hacen los cursos gratuitos de sushi y té los jueves que os había comentado anteriormente, y donde están los servicios-, se muestran algunas botellas que forman parte de su bodega. El juego de luces y sombras de este peculiar enrejado resulta de lo más atractivo.
La mesa redonda encarcelada por la madera, resulta perfecta -al igual que la de la entrada- para una comida o cena de 5 comensales. Cuanto más visualizo fotografías del Restaurante Asia Té más me gusta el espacio. Creo que la combinación de azules y naranjas se funden tras una colisión apacible de luz sin permitir ningún tipo de tonos heridos. Claro que, es la cámara la que transforma los blancos en azules, por la temperatura de color de la lámpara.
Las parejas que visiten la zona más romántica del Restaurante Asia Té, estarán debidamente separadas del resto de comensales, dando la espalda a otras mesas de dos, algo que resulta esencial para disfrutar de la velada asiática que nos proponen, manteniendo en secreto nuestra conversación, protegiendo nuestra intimidad.
Las vistas del Restaurante Asia Té en este espacio son agradables incluso hacia abajo pues, bordeando el perímetro, tenemos a ras de suelo otra jardinera abarrotada de piedrecillas blancas y negras iluminadas. En la siguiente instantánea también podemos observar cómo cuidan la presentación de los utensilios de la mesa: la cubertería aparece cuidadosamente arropada en una cama de servilleta, y no nos queda otra que despertar a los adormilados cuchillo y tenedor antes de hincarle el diente a la comida, siempre y cuando no nos apañemos bien con los palillos, que son custodiados por un gracioso y pequeño patito de madera pintado a mano. ¿Nos sentamos a la mesa?
También disfrutamos de buenas vistas en las mesas que dan a la gran terraza del Asia Té, un escaparate que gana enteros por la noche, con todas sus plantas iluminadas y rociadas con agua, mientras, desde dentro, nos deleitamos con un aire acondicionado suave y refrescante. ¡Qué viene el calor y esto hay que tenerlo muy en cuenta!
Después de haberos enseñado cómo es por dentro y por fuera el Restaurante Asia Té -y todavía tenéis más fotografías en la sección de Ninillas- vamos con la cena cucharetera que disfrutamos un miércoles Esteban, Vanessa, Roberto, Sara, Ninillas y un servidor. ¡Seis comensales que nos pusimos literalmente las botas! ¡Menuda cena! ¡Ya veréis, ya! Me encanta cuando tenemos tiempo para quedar con amigos y así salir muchos a cenar por Madrid, porque nos da pie a pedir varios platos diferentes y podemos probar un montón de cosas.
Como no podía ser de otro modo en un restaurante asiático, lo primero que se nos antojó fueron unas cervezas “de la tierra”: las japonesas Kirin y Sapporo y la china Tsingtao. Unas más fuertes, otras más suaves… ¡Ya sabéis cómo va esto! ¡Para gustos colores! Yo me quedo con la Sapporo, nombre que coincide con la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1972, donde Paquito Fernández Ochoa consiguió la primera medalla para un español en una prueba masculina en unos Juegos: Medalla de Oro en Slalom. ¡Qué grande! Una cerveza mucho más suave que las que habitualmente solemos tomar por estos lares, aunque con un cierto toque amargo muy personal que la diferencian del resto de cervezas asiáticas -extremadamente suaves para nuestros paladares-.
El aperitivo varía según el día, a nosotros nos trajeron Té japonés -en la siguiente imagen-, que estaba bien bueno. De sabor resultaba suave y muy agradable -sedoso en el paladar-. Venía acompañado de una bandeja presidida por una grulla de zanahoria con una mezcla de makis variados en los que las algas nori eran sustituidas por anillas de calamar atadas con un lazo de alga, todos ellos coronados con algas y huevas de pez volador -os los presenta Ninillas en su primer plato-.
El Restaurante Asia Té nos ofrece una cocina japonesa, cantonesa, vietnamita y tailandesa. ¡Así que hay muchas culturas que probar! Nosotros, como buenos cucharetes, recorrimos la carta y fuimos pidiendo un poquito de aquí y de allá.
Comenzamos con una sopa tailandesa: Tom Yan Khung. Me encantó el punto picante de esta sopita tan especiada. Para algunos puede resultar un plato fuerte, pero a poco que te guste el picante… ¡Te encantará esta sopa! A parte de jengibre y lima, lleva dos langostinos que “nadan” en su interior. ¡Los pescamos sin problema!
A continuación, viene un plato que creo que le gusta a todo el mundo. ¡Empanadillas a la plancha! Más conocidas como Gyoza en los restaurantes asiáticos. Aunque se cuecen al vapor se terminan en la plancha. Estas empanadillas japonesas llevan en su interior verduras y carne, y son acompañadas con un vinagre chino donde se deben mojar para potenciar su sabor. El plato viene custodiado por otro pajarraco chino tallado artesanalmente en zanahoria, con cara de mala leche esta vez, pues la grulla del aperitivo que muestra Ninillas estaba más sonriente. ¡Cuidado que no os pique! ¡Que para eso ya pica la sopa! Tanto las empanadillas como la sopa, fantásticas, muy recomendables…
Vanessa os enseña los Mini Rollitos Vietnamitas de Buey -2 ud-. ¡Cambiamos de cultura! Como éramos seis, pedimos dos raciones para compartirlas y así poder por lo menos probarlos todos. Los rollitos se pueden aderezar con cualquiera de las salsas que los acompañan, elaboradas por ellos mismos (agridulce, soja y lima) -siendo la de lima la que mejor le queda-. Se envuelve el rollito con la mano en la hoja de lechuga que lo guarda -dejando entremedias la hoja de menta- y ¡pa’ dentro! Es curioso el sabor de la menta en el conjunto, quizás con excesivo protagonismo.
Dos zanahorias eran necesarias esta vez para conseguir una ardilla que custodiase semejante bandeja de Maki variado -también hay media ración disponible de esta vianda, si así se desea- que lleva un poco de todo. Podemos ver: Sashimi, California maki, Futomaki -los enormes negros con algas del fondo-, Uromaki, Philadelphia maki y pequeños Maki variados. ¡Muy colorido! De foto, vamos…
Con el permiso de la ardilla, os presento un primer plano de estos uromaki. ¡Qué buenos estaban! ¿Estáis intentando coger uno de la pantalla? ¡Pillines!
Y ahora… directo a la boca y haciendo el avión… ¡Otro uromaki riquísimo! Venga… ¡Abrid la boca que voy! Ziiiiiiiuuuuuuummmmmmm…
Después de las delicias anteriores, llegó el turno del Tataki de atún y aguacate. Se presenta en láminas intercaladas de los dos ingredientes y viene salpicado con una salsa de anguila. ¡Listo para compartir!
Ordenamos también una bandeja de Sushi variado (que constaba de 9 piezas): Anguila, Salmón, Pulpo, Langostino cocido, Langostino crudo, Atún, Pez mantequilla, Vieira y Sepia. Y cantando al ritmo que marcaban las cervezas aquello de: “Pito, pito, gorgorito. Dónde vas tú tan bonito. A la acera verdadera. ¡Pim! ¡Pam! ¡Fuera! Tú te vas y tú te quedas.” Íbamos rifándonos las piezas.
Fijaos en la pieza de langostino crudo. ¡Vaya primer plano! A unos nos parecía una polilla enorme y nos daba cierto respeto, a otros un Triceratops cabreado… Pero sí queréis saber cómo estaba realmente, se lo tenéis que preguntar a Esteban, ¡que le tocó a él! Aunque por lo que comentó en la mesa… ¡Bien bueno!
Siempre me llama la atención ver los langostinos “encaracolados” de los restaurantes asiáticos. ¡Muy vistosos! Así que pedimos unos Langostinos salteados con salsa de lima. Es una vianda tailandesa en la que una salsa dulce y sabrosa riega los trocitos de pepino, pimiento rojo, pimiento verde, cebolla y hongo chino que acompañan a los langostinos. También se paseaba por el plato sigilosamente un camaleoncillo de zanahoria… ¡No muerde!
Muy ricas las Delicias de buey crujientes al sésamo que pedimos como plato cantonés. Resulta una vianda también perfecta para compartir y viene regada por una salsa agridulce.
Esteban os enseña los tallarines de arroz salteados al estilo tailandés: Pad Thaï. El toque picante de este plato está muy conseguido, no creo que haya alguien a quien no le guste este salteado de langostinos, ternera, verduras y huevo que complementa los tallarines.
¡Al loro con el vino que pedimos los cucharetes! ¡Sí! ¡Sí! ¡Una botella de Cojón de Gato como la de la imagen! Un tinto multivarietal de 2009 con syrah, merlot y… ¡cojón de gato! -un tipo de uva tradicional del Somontano-. Este vino de la D.O. Somontano presenta tres meses de crianza en barricas de roble francés y, gracias a su particular variedad de uva utilizada en su elaboración, resulta muy personal y singular. La uva “cojón de gato” no es muy afamada en el mundo del vino debido a su aspereza, pero mezclada por expertos con la syrah y la merlot se consigue un vino ante todo original, tanto en sabor como en el nombre. ¡Probadlo a ver qué os parece! ¡Nosotros ya lo hemos hecho! ¡Miau!
Otro de los platos que nunca dejamos escapar en los asiáticos es el Pato laqueado. Nosotros pedimos media ración -para dos personas-, y como suele ser habitual en restaurantes de este tipo, se sirve en tres platos diferentes: Piel crujiente de pato con crepes, Carne salteada con verduras y Sopa de pato.
La vianda del Pato laqueado es todo un ritual en la mesa adyacente que montan para la ocasión. Primero cortan sutilmente la piel tostada del pato y la recogen en un plato. Después, montan los crepes con salsa de maíz y verduritas entremezcladas con las láminas de piel crujiente -podéis ver la metodología en imágenes en la sección de Ninillas-. ¡Quedan muy ricos, crujientes y sabrosos! Además, es todo un espectáculo ver cómo lo van haciendo todo paso a paso.
Luego –aparte de los crepes- te sirven otro plato con la carne del pato salteada con verduras, una ración más que generosa –que os muestra Ninillas- y, finalmente, la Sopa de pato que os presento a continuación que está muy rica. ¡Tres platos en uno! Si os gusta este tipo de carnes… ¡Adelante! ¡No os cortéis!
¡Menuda pinta tienen en la foto los Teppanyaki de solomillo con salsa Teriyaki! Ya no recordaba lo buenos que estaban si no llego a tener que escribir el artículo. Si es que comimos tantas cosas, que me viene de perlas tener las imágenes de los platos para saber qué pedir cuando vuelva al Restaurante Asia Té. ¡Y este plato no me lo pierdo! La carne estaba tierna y la salsa teriyaki muy sabrosa.
Os enseño yo mismo en la siguiente imagen la curiosa presentación de la Hoja de bambú rellena de arroz de la casa. Se trata de una generosísima ración de arroz salteado con verduras, maíz y guisantes. Estupenda vianda para compartir mientras disfrutamos de los daditos de solomillo anteriores. ¡Me encantó este arroz! ¡Muy colorido!
Al terminar la cena, nos trajeron unas toallitas húmedas calientes para limpiarnos las manos y nos dejaron en la mesa un cuenco repleto de cacahuetes dulces que hacen en su cocina. ¡Qué vicio! Incluso aunque estés completamente lleno y no te entre nada más… ¡Puedes comerte un bol de esos de cacahuetes! ¡Riquísimos! ¡Ni se os ocurra iros sin pedírselos!
Pedimos un postre para cada dos, porque nos era imposible pedir uno para cada uno, como os podréis imaginar después de ver el listado de viandas que habían desfilado por la mesa aquella noche. Así que comenzamos con el que os muestra Roberto: Machintosh. Un saquito de pasta rellena de manzana y queso frito sobre un chorrito de miel. ¡Rico pero raro! -Quizás por el queso- A ver qué os parece a vosotros… Si le quitáis una “h” os comeréis la computadora más famosa de todos los tiempos diseñada por la marca de la manzana… ¿Estarán relacionadas?
La mejor de todas las sobremesas para mi gusto fue la del Helado frito. Otro plato que lleva implícito un ritual personal. Se trata de una gran bola de helado rebozado y posteriormente flambeado delante del comensal con licor. ¡La primera vez que pruebo un helado frito! Os lo recomiendo…
Por último, llegaron los Rollitos de chocolate. Estos cilindros han coincidido conmigo en muchas ocasiones, y tienen siempre adeptos y detractores. No es un postre que personalmente me satisfaga, pero siempre hay en la mesa alguien al que le encanta, de ahí que al final siempre caiga una vianda como esta en un grupo. ¡A vuestra elección!
¡Ahora viene la sorpresa de la noche! ¡La Ceremonia del Té del Restaurante Asia Té! Que, por ser miércoles, ¡nos salió completamente gratis! Es el único día de la semana que no la cobran a 6,90 € +IVA -incluyendo en el precio servicio para 4 personas- De modo que… ¡Nos aprovechamos!
El té que se utiliza en este ritual es Té de Montaña Alta, ahí os presento un primer plano en el mismo instante en que salió del saquito sobre uno de los utensilios que acompañan a la vistosa bandeja de madera sobre la que se realiza la ceremonia completa.
Se utilizan cinco tacitas en la Ceremonia del Té (cuatro para nosotros y una más), porque la Maestra de Ceremonias se toma el té con los comensales. En nuestro caso fue Liying la que lo organizó todo. El Té forma parte de la cultura China desde hace miles de años, y Liying resultó ser una gran anfitriona.
En la siguiente fotografía, podéis ver a Liying en acción. La Ceremonia del Té lleva más de 10 minutos, es todo un acontecimiento visualizarla en directo. Ninillas os la explica detalladamente en su sección, con todos los pasos a seguir. ¡No os perdáis la Ceremonia del Té en el Restaurante Asia Té!
Yo me decanté por el Té Eterna Juventud… ¡Cómo iba a dejar escapar semejante oportunidad! ¿Quién no desea quitarse unos añitos de encima? De todos modos, no creí que sería tan sorprendente como pude apreciar una vez llegó a la mesa. El vaso llega vacío y únicamente se presenta sobre él un tupido capullo. Al rociarlo con agua hirviendo comienza a abrir lentamente, muy lentamente, y tras varios minutos luce una enorme flor como la que os presenta Ninillas (abierta completamente). ¡Muy rico! Aunque la verdad, no sé yo si me notaréis algunos años menos…
Sara optó por el Té de Flores, que resulta ideal para mujeres -según nos comentaron allí mismo- pues, además de ser purificante, no tiene teína. Lleva bayas de Goji y flores de rosa y margarita. ¡Muy cuca la teterita de cristal! Además, en el Restaurante Asia Té también tienen té tailandés y japonés. ¡Por tés que no sea!
Como habéis podido ver, el Restaurante Asia Té no sólo es llamativo por su decoración, sino que ofrece una variada oferta gastronómica basada en las cocinas japonesa, cantonesa, vietnamita y tailandesa. Nosotros disfrutamos mucho de la velada. ¡Y esperamos que la próxima vez sea en la terraza! ¡Qué llega el calorcito!
PD. Repito, repito: No os olvidéis sobre todo de que los miércoles la Ceremonia del Té es gratuita y que los jueves dan cursos de sushi y de té a sus clientes en la primera planta. ¡También gratuitos! ¡Seguramente coincidiremos allí algún día!
Ninillas: He estado echando un vistacito al blog y, definitivamente, el inicio de la “temporada terracil” no es lo nuestro. Año tras año nos sucede lo mismo. Miramos y “requetemiramos” y, cuando por fin nos decidimos por una terracita mona para inaugurar la temporada estival… ¡Zas! ¡Se nos impone la cruda realidad! Unas veces porque nos cae el diluvio poco menos que universal, otras porque hace un viento que no hay quién lo soporte y, esta vez, que parecía que todo iba a ir sobre ruedas… Pues no, en esta ocasión la temperatura, demasiado fresca, hizo que desistiéramos de una noche al raso y nos pusiéramos a cubierto. Está claro, no tenemos suerte a la hora de “inaugurar”. En cambio, en lo que sí tenemos suerte es en encontrar restaurantes de nueva apertura en Madrid que ofrecen buena cocina a buenos precios. Sólo tenéis que seguir leyendo para daros cuenta de lo que hablo. La diferencia es que, si vosotros decidís conocerlo, seguramente podréis disfrutar de él al aire libre. Claro que, no me dais envidia, pues en cuanto saque un huequecito, volveré.
El Restaurante Asia Té, así se llama, está ubicado en la Calle Agustín de Foxá, 27, justamente enfrente de la estación de Chamartín. Con este emplazamiento, como podéis imaginar, el público que lo visita es de lo más heterogéneo, debido sobre todo a la gran cantidad de hoteles de la zona. Hombres de negocios, turistas de todas las nacionalidades, curiosos varios y, cómo no, vecinos de la zona, componen un abanico lo suficientemente amplio de población, pero con un denominador común: el gusto por la cocina oriental. O como al propio restaurante le gusta indicar: “Alta cocina oriental”.
Pero al margen de su cocina, que ya os adelanto que merece la pena conocerla, si por algo se hace apetecible en estos momentos descubrir este restaurante es por su tranquila y cómoda terraza. Con los calores a punto de hacer su aparición, conviene ir haciéndose con un buen número de direcciones con las que hacer frente a las tórridas noches veraniegas y, sin duda, la de hoy es una de ellas.
La terraza del Restaurante Asia Té cuenta con capacidad para 50 comensales distribuidos en mesas modulares de dos que, como podéis imaginar, se pueden acoplar para hacer combinaciones de 4, 6, 8… En realidad, cualquier número es bien recibido, pues la terraza es amplia y espaciosa. Acicalada con plantas, maceteros iluminados y velitas que van marcando las mesas, el ambiente que se respira es tremendamente íntimo, eso al margen de la tranquilidad que te embarga sobre todo al caer la noche.
Como habréis podido observar, la terracita tiene muy buena pinta, pero ahora es el momento de visitar el interior del Restaurante Asia Té, no sin antes mencionaros que, aunque por la noche la zona no está mal para aparcar, el local tiene concertado un parking al lado mismo del restaurante, justamente junto a la tienda de Harley-Davidson. Te ofrecen una primera hora gratuita y la segunda al 50%, además de que presentando el ticket del parking te harán un 10% de descuento en la factura de tu comida o cena.
Ya hemos aparcado el coche, hemos visto la terraza… Ahora sí, vamos “pa’ dentro”. Nada más cruzar el quicio de su puerta, sólo hace falta echar un vistazo para darse cuenta del marcado acento oriental que viste el Restaurante Asia Té. De sus paredes cuelgan algunos cuadros y tapices con antiguas letras chinas que a día de hoy pocos sabrían traducir, acompañadas, cómo no, por estanterías en donde reposan budas y algunas cerámicas orientales.
El espacio se nos presenta sobrio y muy bien distribuido, dejando entre mesas espacio más que suficiente para mantener conversaciones privadas sin invadir la intimidad de los comensales colindantes. Eso, unido a las jardineras que albergan piedras blancas y plantas, que ayudan aún más si cabe a crear un territorio propio dentro del restaurante.
Llama la atención la colección de teteras que muestran orgullosos en sus estanterías. Ya sean de hierro o de fina cerámica no dejan indiferente, y menos a mí, que soy “la tonta de las teteras”. ¡Me las habría llevado todas! Las tienen de todo tipo, tamaño y condición y, la verdad, es que son preciosas.
Aunque la gran mayoría de las mesas son modulares de dos, han dejado hueco para algunas redondas con capacidad para 5 ó 6 comensales, ideales para un grupo no muy numeroso donde gusta mirarse a los ojos mientras se cena y, por supuesto, perfecta para compartir viandas.
En la siguiente imagen, os muestro otra de esas mesas redondas, pero esta vez en lugar de tener vistas a la calle, se nos aparece custodiada por una hilera de listones de madera a modo de cortina que le confieren más privacidad. Sin duda, es uno de mis rincones preferidos del Restaurante Asia Té.
La iluminación proveniente de halógenos -perfectamente distribuidos- y de unas lámparas de pantalla naranja, otorgan al restaurante el ambiente idóneo para disfrutar de una cena en un entorno cálido e íntimo, pero no por ello falto de luz. Además, esa iluminación se ve reforzada por el tono romanticón que pone de manifiesto el tener una velita encendida en la mesa.
Y es que, digan lo que digan, a mí me gusta cenar a la luz de las velas. Me encanta que en los restaurantes se haga uso de ellas porque es como si la cena tuviera un “plus”. No me negaréis que la siguiente imagen no sería lo mismo sin la velita roja encendida…
En el fondo del restaurante podemos encontrar fotografías en blanco y negro de escenas cotidianas orientales: una jornada de pesca, una comida casera, una ceremonia del té… Hermosas imágenes que nos ponen en situación de lo que vamos a degustar y disfrutar en el Restaurante Asia Té.
Justamente al lado del botellero, unas escaleras nos conducen a un tercer comedor que en realidad está destinado a impartir clases de sushi y cursos de té. Éstos tienen lugar los jueves por la tarde de 20:00 a 21:00 horas. Son gratuitos y están destinados exclusivamente para clientes. De hecho, el sushi que se elabora en estos cursos si queda de acuerdo a los cánones, el cliente puede comerlo luego durante su cena.
Pero vamos a ir metiéndonos en faena, porque hoy hay mucha y se nos echa el tiempo encima. El Restaurante Asia Té según reza en su tarjeta, nos ofrece “Alta cocina oriental”. Vale, eso está muy bien, pero… ¿Qué cocina es ésa? Pues bien, paso a explicaros un poquito. En su larga y extensa carta nos presentan platos procedentes de la gastronomía japonesa, cantonesa, vietnamita y tailandesa. A base de Entradas orientales, Dimsum, Sopas, Verduras, Acompañamientos, Mariscos y Pescados, Carnes, Aves, así como una amplia variedad de Sushi, os puedo asegurar que el cliente tiene variedad más que suficiente donde poder elegir.
Además de su carta, cuentan con un Menú Primavera a 16.90 € +IVA y un Menú Degustación -mínimo 2 personas- a 23.60 €/persona +IVA. Así mismo, de Lunes a Viernes al mediodía ofertan tres menús: un Menú del Día a 9.80 € +IVA, un Menú Asia Té a 12.90 € +IVA y un Menú Japonés a 12.90 € +IVA. Eso sin olvidarnos de que elaboran menús para grupos que se ciñen perfectamente al gusto de los comensales. Vamos, que hay carta, hay diversos menús y, quien no cena en el Asia Té a gusto, es porque no quiere, porque facilidades hay a tutiplén.
En nuestra cena del miércoles por la noche nos reunimos en torno a la mesa 6 comensales: Vanessa, Esteban, Sara -no conseguimos que salga en las fotos-, Roberto, Rayo y una servidora. Vaya por delante que la cena que nosotros hicimos no fue precisamente liviana, al contrario, nos pasamos pidiendo platos. De hecho, Nacho -el metre- nos aconsejó que recortáramos porque era demasiada comida, pero ni con ésas conseguimos disminuir la comanda. ¡Qué le vamos a hacer!
Lo primero que hizo acto de presencia en nuestra mesa fue el aperitivo compuesto por un té japonés -os lo muestra Rayo en su sección- y una especie de makis donde el alga era sustituida por calamar. Culminaban el conjunto unas huevas de pez volador y unas algas. Debo añadir que el aperitivo es gentileza de la casa y que no se cobra por él, lo que es todo un detalle por parte del restaurante.
Como la noche se presentó más fresca de lo que esperábamos, las chicas nos quedamos un poco destempladas. No sé qué pasa, pero para los cambios de temperatura nosotras siempre salimos perdiendo. El caso es que teníamos ganas de sopa y Roberto os muestra la elegida: una Tom Yan Khung. Se trata de una sopa tailandesa que a mí, personalmente, me encantó. Estaba un poquito picante -lo justo- y tenía un sabor potente, con el jengibre, la lima y las especias dejándose notar en cada cucharada. Además traía dos langostinos que le daban ese último toque. Sin duda, un imprescindible en el Asia Té.
Otro de los platos que a mí me vuelven loca -si están ricos- son las Gyoza. En este caso estaban buenísimas y, desde luego, van para mi bolsa de imprescindibles. Las gyoza son empanadillas japonesas que se elaboran al vapor para posteriormente ser terminadas en la plancha. En su interior van rellenas de verduritas y carne y, para comerlas, se mojan en vinagre chino. ¡A mí me vuelven loca las gyoza!
Seguimos con estos Mini Rollitos vietnamitas de buey. La ración está compuesta por dos rollitos, de modo que pedimos dos para poderlos probar todos. Los rollitos vienen sobre una hoja de lechuga y una hoja de menta de forma que, para comerlos, se envuelven con las hojas, se mojan en salsa de lima y todo “pa’ dentro”. A mi me gustaron mucho, aunque la verdad es que la menta me sobraba, me daba la impresión de que eliminaba el sabor de la carne. La próxima vez me los comeré sin ella.
Esteban os muestra un enooooooorme plato de Maki variado. Nosotros pedimos la ración entera, pero se puede pedir media si se desea. Lleva un poco de todo: Sashimi, California maki, Futomaki, Uromaki, Philadelphia Maki y Makis variados.
Aquí os dejo un primer plano de los Uromaki que venían rebozados en sésamo. Estaban… ¡Riquísimos!
Esta primera parte de la cena donde el sushi fue el protagonista indiscutible, la acompañamos con cervezas. El Restaurante Asia Té ofrece tres marcas: Kirin Ichiban, Tsingtao y Sapporo -Rayo os las muestra en su sección-. El precio de cada una de ellas es 3 € + IVA. A continuación, ¡Tataki de atún y aguacate! Buena calidad del atún y mejor aún sabía al mezclarlo con la salsa de anguila que venía por encima.
Llega el turno de este plato de Sushi variado compuesto por 9 nigiris de anguila, atún, salmón, pulpo, langostino (crudo y cocido), pez mantequilla, sepia y vieira.
Aquí os dejo unos primerísimos planos de los nigiri de sepia, de anguila, de salmón y de vieira. ¡Ummmmmm!
Vamos ahora con otro plato tailandés: Langostinos salteados con salsa de lima. Visualmente no es un plato atractivo, pero estaba delicioso. Llevaba además de langostinos, pepino, pimiento rojo, pimiento verde, cebolla y hongo chino, todo ello rehogado con la salsa de lima que imprimía un sabor dulzón.
Vanessa os presenta las Delicias de Buey crujientes al sésamo. Un plato cantonés que se sirve con salsa agridulce. Me gustó, pero no me sorprendió tanto como otros platos, sencillamente era un plato más convencional, aunque eso sí, la carne era buena.
Y he aquí un primer plano de otro imprescindible: Pad Thaï. Son unos tallarines salteados con verduras, langostinos, ternera y huevo. Éste es un plato tailandés, tal vez por eso se deja sentir el picantito, que por otra parte le sienta de maravilla. Lo dicho… Imprescindible.
Llega el turno de uno de los platos más emblemáticos del Restaurante Asia Té: el Pato laqueado. Se ofrece en raciones para 2 personas -medio pato- o para 4 personas -el pato entero-. Nosotros optamos por la ración para dos personas. Lo bueno del Pato laqueado es que es como el cerdo, se aprovecha todo. El pato -en nuestro caso medio- llega a la mesa, y es allí donde van preparando los diferentes platos. Primero se van haciendo tiras finas con la piel crujiente del pato, dichas tiras junto con cebolla y pepino cortado en juliana sirven para elaborar un crep que previamente ha sido untado con salsa de maíz.
El segundo plato que surge del Pato laqueado es su Sopa, que recuerda a la sopa de tomate y lleva verduras, fideos y trocitos de pato -Rayo os la muestra en su sección-. Por último, llega el momento de la Carne de pato salteada con verduras y brotes de soja, que es la imagen que os presento a continuación. Desde luego, no diréis que no da de sí el pato…
Esteban y Vanessa os muestran los Crepes de crujiente piel de pato y la Carne salteada con verduras, una vez finalizado el proceso. ¡Y los cuencos de la Sopa de pato! Si en la primera parte de la cena optamos por la cerveza, para acompañar las carnes nos decidimos por un vino con un nombre un tanto especial: Cojón de Gato. Un tinto de la D.O. Somontano que no voy a decir que sea el mejor vino que he probado nunca, pero que oye… Para los 12.50 €+ IVA que cuesta… Pues no se puede pedir más.
Estando yo en la cena, no podíamos pasar por alto uno de mis platos preferidos: el Teppanyaki de solomillo con salsa Teriyaki. He de decir que en el Restaurante Asia Té está francamente bueno y que, si como yo sois amantes de la salsa teriyaki, sin duda, será una excelente opción.
Como acompañamiento para las carnes, nos inclinamos por pedir un arroz, pero no un arroz cualquiera, sino esta Hoja de bambú rellana de arroz de la casa. La presentación me encantó, y el arroz… El arroz también. Venía salteado con guisantes, maíz, zanahoria, pimiento verde… Y, la verdad, es que estaba muy rico.
No diréis que no probamos bien el Restaurante Asia Té, aún así nos quedaron muchísimas entradas de su carta a las que hincarles el diente. Pero yo creo que esa noche cumplimos de sobra, tanto que casi no nos quedaba hueco para los postres. De hecho, sólo pedimos tres. Lo que os muestro a continuación son unos Cacahuetes dulces que sirven gentileza de la casa y que, nuevamente, es todo un detalle.
El Restaurante Asia Té nos presenta una carta de postres con 16 entradas con precios que oscilan entre los 3.60 €+ IVA del más económico y los 5.10 €+ IVA del más exclusivo. Abrimos la sección “dulce” con este Machintosh, que nos es otra cosa que una pasta brie rellena de manzana y queso frito, regado por encima con un poquito de miel. A mí me gustó, pero no me entusiasmó, yo creo que el queso que habían utilizado resultaba demasiado fuerte para el conjunto, tal vez con uno más suave me habría gustado más.
El postre que más gustó a todos los de la mesa, entre los que me incluyo, fue el Helado frito, un rico helado rebozado y flambeado con licor que os muestra Rayo en su sección. Sin duda, un imprescindible del Asia Té. Por mi parte, os presento los Rollitos de chocolate, uno de esos postres que siempre van bien, bueno… siempre que te guste el chocolate, claro.
Tras los postres, ya estábamos pensando en qué infusión pedir para aligerar nuestros estómagos, pero estando en un restaurante oriental que se llama Asia Té, qué mejor forma de hacerlo que con un té. En el Asia Té hacen la Ceremonia del Té en vivo y en directo todas las noches de la semana. La ceremonia es totalmente gratuita, únicamente se abonan los 6.90 €+ IVA del té, que incluye servicio de té para cuatro personas. En la siguiente imagen podréis observar que son cinco las tacitas que hay, la razón es bien sencilla, las quinta taza es para la maestra de ceremonias, que en nuestro caso fue Liying. Además, si se va el miércoles por la noche, como fue nuestro caso, tiene el aliciente de que tanto la ceremonia como el té es totalmente gratuito, de modo que es un aliciente acudir ese día de la semana.
La Ceremonia del Té es un espectáculo lleno de movimientos armónicos y delicados oficiados siempre por la maestra de ceremonias. El té utilizado para realizarla es el Té de Montaña Alta, aunque antes de echarlo en la tetera son muchos los pasos a seguir.
En primer lugar, hay que calentar la tetera y las tacitas, esto es vital para que la ceremonia se realice según la tradición. Se vierte agua sobre la tetera y las tacitas para que éstas vayan adquiriendo temperatura, cuanto más calientes estén los recipientes, más aroma soltarán las hojas de té.
Una vez se ha realizado el proceso de calentamiento, se echan las hojitas de té en la tetera y se remueven con ella vacía, posteriormente se añade agua caliente, para retirarla nuevamente. Esto se hace para limpiar la tetera. Una vez retirada el agua se vuelve a empezar otra vez y se llena nuevamente la tetera con agua, vertiéndola tanto dentro como fuera de la tetera.
Cada té se elabora a una temperatura distinta, el Té de Montaña Alta normalmente se suele hacer entre 85º y 90º, por eso es tan importante que tanto la tetera como las tacitas vayan adquiriendo temperatura. Una vez el té ha reposado un tiempo en la tetera, se vierte sobre la jarrita para que absolutamente todos los tés sepan igual, y desde ahí se sirve en las tazas altas, las cuales se tapan con las tacitas más bajas. El té debe servirse siempre en tres tiempos: el primero es para la “bienvenida”, el segundo es de “muchas gracias” y el tercero “para que vuelvas”.
Por último, se produce el vuelco de la tacita alta sobre la baja para que el té se tome en esta última, aunque antes de degustarlo hay que olerlo pausadamente para aspirar su aroma. El resultado es un té con un ligero toque dulzón que, francamente, aunque sólo sea por el mimo con el que ha sido preparado, te gusta.
Como la ceremonia del té sólo era para cuatro personas, nos pedimos otros dos más. El primero fue el Té de flores, perfecto para purificarse -Rayo os lo muestra en su sección-, el segundo es éste que os presento a continuación: el Té de la eterna juventud. Se llama así porque está florido todo el año. En la sección de Rayo podéis ver cómo originariamente esta “eterna juventud” era un simple capullo, y con el paso de los minutos y la temperatura adecuada consiguió abrirse en todo su esplendor.
Disfrutamos de una plácida sobremesa degustando nuestros tés hasta que, la verdad, a tres miembros de la expedición cucharetera se les hizo demasiado tarde y tuvieron que marcharse. Claro que, yo aquella noche llevaba una idea clara en mente: la de inaugurar la temporada de terrazas. De modo que, Roberto, Rayo y yo nos tomamos una copa en la terraza, aunque sólo fuera por hacer uso de ella. Por cierto, el precio de las copas son 5 € + IVA.
Terminamos nuestras copas y, con algo de tristeza, pues la noche se nos había dado de maravilla, nos marchamos. No sin antes hacernos el juramento de que en el momento que el calor lo permitiera, volveríamos a disfrutar de una cena en el Restaurante Asia Té, pero esta vez en la terraza. De modo que no fue un adiós, sino un hasta pronto. Espero que os haya gustado y que, si decidís ir, lo disfrutéis tanto como nosotros.
Cucharete: ¡Nuevo restaurante japonés, cantonés, tailandés y vietnamita en Madrid! Mis chicos quedaron encantados con la Ceremonia del Té que coronó la velada en el Restaurante Asia Té. Además, tuvieron muchísima suerte al haber ido un miércoles, pues no conlleva coste alguno ese día de la semana. No tengo ninguna duda, en que el próximo día que vayan a cenar se apuntarán antes al curso gratuito de sushi y té que ofrecen a sus clientes. ¡Eso hay que aprovecharlo! Recordad: los jueves por la noche, de 20:00h a 21:00h, justo antes de quedarse a cenar. Mi equipo cenó por 30 €/persona, seis personas con 14 platos, 3 postres y una botella de agua. A lo que tendríamos que añadir 5 cervezas -a 3,00 € +IVA cada una-, y una botella de vino -12,50 € +IVA-. Claro que, debemos matizar, que mis chicos han cenado por 7 u 8 comensales, pidiendo muchísima comida, porque difícilmente en el Restaurante Asia Té se superan los 25 €/persona.
Su amplio, cómodo y cálido comedor. Su cuidada iluminación. La separación entre mesas, permitiendo total intimidad. Su extensísima carta. Su variada cocina oriental: japonesa, tailandesa, vietnamita y cantonesa. Su relación calidad/cantidad/percio. El atento y amable trato del servicio en todo momento. La ceremonia del té (gratuita los miércoles por la noche). Sus cursos de sushi y té gratuitos para clientes los jueves por la noche. Su amplia terraza. Su parking concertado. Aceptan todos los cheques de comida.
Algunos postres podrían mejorar.
4,0
8 comentarios a “Asia Té”
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Es un sitio estupendo, dan una calidad extraordinaria y el precio es muy asequible. Ademas la los camareros son super simpaticos. Yo tambien lo recomiendo.
Anoche estuve cenando con unos amigos en este sitio, y he de decir, que me sorprendió gratamente. Todo estaba riquisimo, y la atención fue muy buena. Los makis variados, sin duda, estaban buenisimos y creo que son un imprescindible (aunque he de decir que el nuestro no llevaba ardilla de zanahoria). Pero le veo dos pegas. El helado frito me decepcionó bastante, el rebozado del helado creo que era excesivo, los he probado mejores. Y en cuanto al precio, creo que la orquilla de 20 a 30 € solo se respeta si cenas el menú degustación, el cual sale por unos 23 € sin IVA ni bebida, si pides fuera de menú y pides vino y agua, sale por unos 35 - 40€. En nuestro caso eramos cuatro y salimos en total por 148 €. (aunque también dependerá de lo que comas). Sin duda, altamente recomendable.
El sábado por la noche teníamos reservado para ir mi marido, mis hijas y yo, pero al final mi marido por motivos de trabajo no pudo y fuimos mis hijas y yo. Nos encantó y volveremos pronto. Nosotras conocíamos el China té y creo que aquí se mejora todo en general. Las raciones son más grandes, el restaurante también y el servicio estupendo, desde el metre hasta los camareros/as. Nosotras cenamos en el restaurante y estuvimos muy a gusto y muy tranquilas, porque la mayoría de los comensales prefirieron terraza. Coincido con la entrada anterior que los Makis variados es un plato impresdincible si vas a este sitio, ¡ah!y el nuestro iba con un pollo de zanahoria muy original y artístico. Empezamos con unos rollitos vietnamitas de carne, unos rollitos de aguacate y queso, tempura de langostinos, Makis variados, salteado de fideos con gambas, setas y bambú y lonchas de buey a la salsa barbacoa. Luego tomamos de postre para las tres unos rollitos de chocolate y el helado frito (coincido en que hay que mejorar esa masa, pues resulta muy basta), después un te de jazmin. Para beber tomamos una cerveza de tercio, una coca cola y una fanta de naranja. Después 2 botellas de agua. A mí me pareció un precio muy bueno, pues salimos con propina a 24€ y cenamos muy bien. Además ibamos a pedir más cosas y el metre muy amable nos recomendó en un punto de la comanda que era suficiente. Tenía razón y se lo agradecimos mucho, porque no hubiésemos podido con todo lo que habíamos pensado. Y es que se te meten muchas cosas por los ojos cuando miras la carta… te apetece todo. Muchas gracias Cucharete por enseñarnos este sitio y que sepáis que yo también lo recomiendo. Gracias
Un saludo
Estuvimos mi mujer y yo anoche en Asia Té y lo que podemos decir es que repetiremos la visita. El local muy amplio y comodo, el servicio esplendido y la comida estupenda.
Pedimos unos rollitos vietnamitas de carne, maki y sushi variado, y pato laqueado para dos. Queria haber probado el tepanyakki de solomillo pero el maitre amablemente nos indico que ya era bastante, que como mucho pidieramos un arroz para acompañar, decidiendonos por el arroz al curry con piña y marisco.
Ni que decir tiene que acabamos a reventar de comer, menos mal que finalizamos con un té eterna juventud que fue bastante digestivo.
En definitiva una experiencia que repetiremos en breve.
Muy contento con la relación calidad-precio.
Cenamos los rollitos vietnamitas, sushi, pato laqueado, empanadillas a la plancha y arroz. Todo riquísimo y muy bien presentado.
Las camareras muy atentas y profesionales a la vez que simpáticas.
Repetiremos.
PD: gracias cucharete por complacer nuestro estómago en los mejores sitios!
¡Que maravilla de restaurante! Lo visitaré en mipróximo viaje a madrid.
Saludos
Lijuan
Cada vez que mi chico y yo pensamos en salir a cenar o comer fuera nos cuesta mucho decidir. Por eso encontrar esta web nos ha ayudado a probar cosas nuevas. Gracias!
A los dos nos apetecía probar la comida asiática pero no nos fiábamos del todo de nuestra inexperiencia. Anoche visitamos el Asia Te de Agustín de Foxá y nos ha impresionado.
Antes de empezar, por gentileza de la casa, nos trajeron un té frío con un rollito de sushi para cada uno… Y etsaba muy bueno.
Siguiendo vuestros consejos probamos los Rollitos Vietnamitas de Buey y, viendo vuestros comentarios, le quitamos las hojas de menta… Las salsas muy buenas, pero a nosotros nos gustó más la salsa agridulce que la de lima.
A continuación los Makis variados… Estupendos pero muuuuchos jejeje Casi nos morimos al probar el wasabi y nos sorprendió el jengibre que tampoco habíamos probado. A nosotros tampoco nos pusieron el conejito de zanahoria…
El maitre, un tipo encantador, muy amable y super simpático nos dijo que era suficiente y cuando le dijimos que nos petecía el arroz de la casa sobre hoja de bambú casi le da un algo… Nos lo trajo y menos mal… Estaba riquísimo, impresionante y la presentación exquisita.
Antes del postre, de nuevo, por gentileza de la casa, nos trajeron los famosos cacahuetes garrapiñados… Buenísimos.
Para terminar nos animamos con el Machintosh con la pasta rellena de manzana y queso. Estaba bien pero no nos termina de convencer de postre algo frito…
Antes de volver a casita nos tomamos cada uno un licor (nada raro) una crema de orujo y uno de manzana a cuenta de la casa.
Y para beber durante la cena… Una botellita de Cojón de Gato. Buen vino.
Precio total: 65€
Es la tercera vez que voy.
Buena relación calidad precio.
Atención agradable y elegante.
Tiene una gran variedad de platos, tal como explica el reportaje, sabrosos, vistosos, jugosos, apetitosos y rico-rico.
Me gusta mucho.