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San Bernardo, 106
Madrid (Chamberí)
San Bernardo, Bilbao
91 445 66 72
30 - 45
Más de siete años avalan el buen hacer de esta reconocida sidrería madrileña que ofrece especialidades honestas que responden a un recetario arraigado en la riquísima cocina Vasco-Navarra. Un espacio cálido y acogedor en el que poder disfrutar de excelentes materias primas, tanto de carnes como de pescados. Dispone de varias salas con capacidad total para 110 comensales -con amplia separación entre mesas-, entre las que destaca un reservado muy solicitado. Acompañando a las entradas de su carta, destaca un fantástico Menú Degustación a 24 €/persona +IVA -sin bebida, mínimo dos personas- que se sirve únicamente por las noches. Así como un llamativo Menú Sidrería a 35 €/persona +IVA -que incluye barra libre de vino o sidra- todos los días de la semana. Los menús de grupo oscilan entre los 39 y los 49 €, aunque dependiendo de las exigencias del cliente, los elaboran a medida. Su horario de apertura es de 13:00h a 16:00h y de 21:00h a 00:00h. Cierra los Domingos por la noche. Parking concertado en calle San Bernardo, 95 -Garajes Modelo-.
4,9
Rayo: Si estás buscando un restaurante exquisito en el que celebrar con total garantía tu primera cena de este 2011 que se presenta lleno de sorpresas… ¡Estás en el artículo cucharetero apropiado! Nosotros hemos acertado de lleno al seleccionarlo para nuestra cena de despedida de 2010 hace unos días. ¡Menuda cena que nos pegamos los cucharetes! Cuando nos reunimos los amigos para disfrutar realmente de la buena mesa, de un servicio cercano a la vez que amable y cordial y, sobre todo, de una calidad en las materias primas que no nos deje indiferentes, preguntamos una y otra vez a nuestro entorno por “el lugar” que satisfaga nuestras expectativas. Y los que nos seguís semana a semana… ¡Ya sabéis que somos exigentes! Pero, como de costumbre… ¡Los amigos nunca fallan! Los de verdad claro, pues los conocidos te envían a cualquier sitio… Que esa es otra historia que os contaré otro día…
En esta ocasión tuvimos la suerte de cruzarnos con el Restaurante Zarracín, una atractiva sidrería enclavada en la céntrica calle San Bernardo -número 106- que ofrece una cocina honesta a la vez que sabrosa. Una de las condiciones que puse a la hora de aceptar recomendaciones a mis rastreadores gastronómicos -vamos, a los “colegas comilíngües”, esos que “hablan” varias “lenguas”: carnes, pescados, arroces, mariscos, pastas…-, es que la carne que ofreciese el local confiado estuviese a la altura de un carnívoro de pro experto en ese “idioma”, tanto a nivel gramatical como fonético. Y… ¡El Zarracín cumplió esta premisa y muchas más! Ya veréis que reportaje nos ha quedado. Nadie puede negar que… ¡Disfrutamos de una excelente velada! ¡Y de una carne exquisita!
Su fachada impone y promete. Uno puede aventurarse a pensar que no saldrá defraudado, al menos estimulando el sentido de la vista… Aunque a medida que discurre la visita, los cuatro sentidos restantes cobran protagonismo y se compenetran a la perfección. ¡Se disfruta en el Zarracín!
La barra, con semblante señorial, marca el inicio de una función gastronómica que tardará horas en finalizar, y de la que es habitual colgar el cartel de “No hay localidades” por parte de sus responsables, pues el aforo del “teatro” Zarracín se completa en las funciones de fin de semana a pesar de ofrecer un gran número de “butacas” -110 disponibles-. Cuando la “obra” que se representa es “rica” y está bien interpretada… ¡Es lo que tiene!
Dejando atrás la zona de barra, un botellero vertical ensamblado en madera nos guía hacia la primera sala. A primera vista apreciamos que luce una bodega clásica y repleta de vinos elegantes y reconocidos, valores seguros que resultan confortables para paladares conservadores y exigentes y, por lo que pudimos comprobar más tarde entre sus más de 60 referencias, a precios comedidos… ¡Algo que se agradece por estas fechas!
El comedor del Restaurante Zarracín se presenta, ante todo, espacioso. La intimidad entre mesas viene marcada por la distancia entre las mismas, lo que nosotros reconocemos como un minucioso y cuidado estudio previo que resulta totalmente necesario para satisfacer a un comensal que reivindique un nivel de atención y disfrute singular. Fijaos en la imagen, incluso se montan mesas para parejas cuando podrían haber sido destinadas a un grupo de cuatro comensales con total comodidad.
El suelo se muestra rústico a la vez que refinado, no hay que olvidar que estamos en una sidrería, y no podemos perder ese encanto que envuelve el conjunto: la delicadeza de los matices tradicionales, el ímpetu del mobiliario, la seducción de sus velas, la originalidad de sus “manzanos florecientes”, la calidez de su luminiscencia… Muy agradable resulta esta antesala de la cocina tradicional Vasco-Navarra. Cocina que, como os podréis imaginar, veremos a lo largo de este artículo… ¡Qué rico estaba todo!
La estética tradicional preside con firmeza alguna de sus mesas, otorgando este mando a vistosas kupelas que antaño almacenaron sidra y que, a día de hoy, guardan recuerdos de vidas pasadas.
Una discreta celosía divide al primer comedor en dos estancias análogas, permitiendo que la sensación que produciría encontrarse en un local considerable pierda protagonismo a favor de la calidez que consiguen estancias más recogidas. En esta zona, encontramos el acceso a los servicios, que corre a cargo de unas amplias escaleras que bajan al sótano y que podéis observar en la sección de Ninillas.
Si continuamos avanzando hacia el interior del local, podemos vernos reflejados en un alargado espejo que manifiesta y apoya la amplitud del espacio. La visión del Restaurante Zarracín desde cada una de sus múltiples esquinas condimenta la sensación de profundidad y desahogo que transfiere al comensal. El espacio es un lujo, y el Zarracín indiscutiblemente, lo tiene. El tiempo también es un lujo, y ese debes sacarlo de donde puedas para poder ir al Zarracín. ¡Ahí queda eso!
Las mesas visten de blanco inmaculado y, si se opta por una redonda, tendremos la disposición perfecta para disfrutar del local en grupo, viéndonos las caras, participando activamente en la conversación, con la intimidad que nos brinda su ubicación.
La cocina del Restaurante Zarracín no tiene nada que ocultar a sus clientes, se muestra como tal y sin disimulos tras una cristalera que permite al espectador ser público y concursante a la vez, prueba fehaciente de la honestidad de las sugerencias de su carta.
La sidra proviene del zumo fermentado de la manzana, y la manzana surge de unas flores enormemente llamativas y muy aromáticas. ¡Y además decoran las paredes del Zarracín! Me recuerda las hermosas vistas de Mayo en el valle de Valdedios de la Aldea de Puelles -Villaviciosa, Asturias-. Lo ideal sería que una milicia de minuciosas y exigentes abejas fuesen las artífices de su polinización, y convirtiesen las pinturas en vigorosos manzanos el próximo otoño. ¡Todo es posible!
Dejando a nuestra izquierda la cocina vista del Restaurante Zarracín llegamos a su comedor central, más amplio que el anterior y perfectamente distribuido, sin caer en el agobio que producen otros locales similares, en los que no queda hueco para situar ninguna otra mesa, ¡ni aunque se quiera! El Zarracín cuida su espacio, ¡se ve a leguas!, permitiendo elegir una mesa en la que nos sintamos arropados y a gusto. Resulta un establecimiento perfecto tanto para parejas, como para familias o celebraciones de empresa.
Las baldosas mantienen el semblante rústico en primera línea, aunque esta vez se ven flanqueadas por vistosos muros de piedra y gruesas vigas de madera que prolongan las tonalidades pajizas de las salas anteriores. Una estancia moderna a la vez que sencilla, que mantiene la armonía del paso del tiempo con elegancia y distinción. Las sillas ganan protagonismo gracias a unos respaldos rectilíneos que generan una cuadrícula en su parte superior, imprimiendo un toque refinado al conjunto.
El Restaurante Zarracín “esconde” dos mesas de auténtico lujo, un rincón secreto amurallado que ofrece total intimidad a sus comensales. Por supuesto… ¡Una de esas eligió el equipo de Cucharete! Sin lugar a dudas… ¡La mejor mesa del Zarracín! Al fondo de la siguiente fotografía podéis vislumbrar y apreciar lo que os estoy comentando… ¡Que a gusto estábamos allí los seis!
La cubertería de diseño mantiene la pauta marcada por el resto de componentes, se trata de piezas que encajan en un puzle de fondo blanco que se desmonta paulatinamente con garbo a medida que avanza la degustación. El conjunto luce monocromático en un principio, hasta que las notas de color hacen acto de presencia con los platos que van aterrizando en la mesa de una manera muy acertada, ampliando la variedad de la vajilla que se muestra a los comensales.
Óleos de antaño presiden las mesas del reservado, pinceladas repletas de historia que custodian el espacio más solicitado del Restaurante Zarracín.
Cualquier esquina del Restaurante Zarracín es válida si buscamos comodidad y exclusividad. La imagen que os muestro a continuación lo deja claro: amplitud en el espacio, intimidad en la zona y, a pesar de ser una mesa pensada para cuatro comensales, una pareja estará encantada de poder disfrutar de su magnífica situación. ¡Mesa para dos, por favor!
¡Vamos adelante con la velada cucharetera! ¡El punto fuerte del Restaurante Zarracín! No nos resultó complicado seleccionar los vinos de la noche, pues los precios que reflejaba su carta gozaban de buena salud “anticrisis”, no hay más que decir que ninguno de ellos sobrepasó los 20 €. Y aunque la carta es extensa -supera las 60 referencias- mantiene un claro predominio de Riojas y Riberas que, aunque satisfacen a los paladares clásicos más exigentes, llegan a eclipsar a otras Denominaciones de Origen que a día de hoy triunfan en la península, de las que se han seleccionado también las marcas más tradicionales . Entre su amplia lista de caldos: blancos, tintos y rosados, se abren camino unas notas de cavas y champagnes.
Comenzamos acompañando los entrantes con un sabroso Guitian de la D.O. Valdeorras, que a pesar de ser el vino más básico de la Finca A Tapada (sus hermanos mayores son criados sobre lías y fermentados en barrica) se presenta fresco y con la acidez muy bien integrada. Suele gustar mucho este blanco realizado con uva 100% godello. ¡A nosotros nos encanta! Si lo vemos… ¡Lo pedimos siempre!
Para los cursos principales nos fuimos directos a una recomendación de la casa, un Ondarre Reserva 2001 de la D.O. Rioja, añada calificada como “excelente” por el consejo regulador, que no nos había defraudado en otras ocasiones. Un tinto criado con mimo en barricas de roble francés y americano durante 16 meses para su posterior reposo en botella. Perfectamente equilibrado, muy sabroso, y muy amplio… ¡Perfecto para las carnes del Zarracín! ¡Ñam!
¿Estáis preparados? ¡Ahora viene lo bueno! ¡La esencia de Cucharete! ¡El disfrute del paladar! Vamos allá… Bueno, primero debo anunciaros que por las noches, a parte de las entradas de su carta, tenéis disponible también un fabuloso Menú Degustación a 24 €/persona + IVA para un mínimo de dos personas. ¡Sí, sí! ¡Habéis leído bien! Se puede disfrutar de la cocina del Restaurante Zarracín por las noches a 48 € +IVA la pareja, ¡las dos personas incluidas! -sin bebida-, lo que nos parece altamente recomendable si no queréis superar ese límite. Así mismo, disponen de un Menú Sidrería a 35 €/persona + IVA todos los días de la semana, que incluye barra libre de vino o sidra… ¡Lo que nos viene genial para una reunión de amigos! Y también ofrece Menús de Grupo que van desde los 39 hasta los 49 € +IVA, aunque los elaboran a medida según las peticiones de cada cliente si es necesario, ajustando los precios.
También debo reseñar que no hay problema en desplazarse en vehículo propio al Zarracín, ya que dispone de parking concertado en la misma calle San Bernardo, exactamente en el numero 95 -Garajes Modelo-. ¡Y esto para nosotros es esencial! Excepto para el que conduce, que tiene que olvidarse de disfrutar de la uva fermentada…
Las especialidades del Restaurante Zarracín –que lleva 7 años ya al pie del cañón- son las carnes rojas, los bacalaos, los sapitos… Y… como os podéis imaginar… ¡Todo eso lo cuchareteamos! Pero, tiempo al tiempo… ¡Comenzamos por los entrantes! ¡Vamos paso a paso!
La Ensalada de bacalao con granada resultó fresca y exquisita. Un entrante a base de lechuga, tomate triturado y bacalao, acompañado de unos coloridos granitos de granada y con un toque final de ajo y buen aceite de oliva virgen extra. ¡Una ensalada en condiciones!
Sorprendente el Carpaccio de boletus con foie. Aunque en un principio la vista pueda traicionarte y te indique que te encuentras ante sabrosas láminas de queso con aceite, no es así. Lo mejor es probarlo para darse cuenta de lo que os comento, además, el foie es casero y está bien bueno; combina perfectamente con el paradójico carpaccio.
En la siguiente fotografía podéis ver a parte de nuestros acompañantes de la noche (Sara nunca quiere salir en las fotos): Roberto con unas exquisitas Croquetas de txangurro y Jose con unas finas Tostas de jamón ibérico. De las tostas poco se puede decir, buen jamón y buen pan. En cambio, de las croquetas se puede presumir más, el txangurro es como se conoce al centollo en el País Vasco, y como os podréis imaginar unas croquetas de centollo… ¡Son un manjar! Se acompañan de tomate rayado y paratas rejilla. Y con el godello Gitian… ¡Un lujo!
Nos llamó la atención en la carta la originalidad del nombre del Nido de patatas con huevo y salmón, así que… ¡Apuntado quedó en la comanda cucharetera! Las patatas paja hacen de nido y el resto… ¿De huevos? ¡Pues claro! ¡Y de alguno ya ha nacido el “polluelo de salmón”! Un plato de lo más sabroso, sin duda. ¿Se me nota cara de felicidad?
¡Atención ahora lectores carnívoros! Porque… ¡Hay que ver lo buena que estaba la carne del Restaurante Zarracín! Ahí tenéis un primer plano del producto tal y como llegó a la mesa, carne roja de excelente calidad, marcada sutilmente por el exterior y salpicada con gracia por escamas de sal. Cómo se notaba que la carne era gallega… “¡Galicia calidade!” -Y no es que lo afirme un gallego como yo, sino que también lo corroboró una conquense (Ninillas) y cuatro madrileños que me acompañaban ese día (FlashBack, Sara, Roberto y Jose)-. ¡Magnífica carne!
¡Ahí le tenéis! -Si tuviese ahora más gente a mi lado mientras escribo le haríamos la ola a esta bandeja- Todo un flamante Chuletón de buey gallego a la parrilla de carbón. Nosotros pedimos 1 Kg, que al venir presentado sin hueso se manifiesta de forma considerable. Claro que, con lo bueno que estaba, como si llegan 2 Kg a la mesa… ¡No quedaría ni la muestra! Ya en la sección de carnes de la carta, aparece disponible tanto para dos personas como para una, lo que se agradece, pues no resulta habitual en otros locales. El chuletón viene acompañado de pimientos y paratas gajo, imagen que os muestra Ninillas en su sección.
Al ser un plato de “carne al hierro” no me queda otra que mostraros un vídeo del proceso -primero se “acaricia” el hierro con la grasa, y después…- ¡Nos encanta este plato! ¿A quién no le gusta hacerse su carne al punto? El tinto reserva cumplió su cometido y regó con madurez y prudencia un producto ejemplar. ¡Qué carne más sabrosa!
No puedo olvidar lo riquísimas que me estuvieron las Albóndigas de rabo de toro. ¡Qué ricas! La salsa melosa que las humedecía estaba de escándalo -Alguno de la mesa tuvo que pedir más pan, para mojar claro, con eso os lo digo todo-. Sin duda alguna es una manera muy peculiar y distraída de tomar rabo de toro, evitando el tortuoso proceso de deshuesado con cuchillo y tenedor.
Al ver la siguiente imagen me saliva el paladar… La verdad es que la Merluza rellena de txangurro estaba impresionante en el Zarracín. Puede parecer a simple vista que la salsa -de gambas- y los ingredientes de aderezo -champiñones, cebolla, patata cocida, tomate a la plancha- eclipsen el potencial original del componente principal, pero nada más lejos de la realidad, todos los elementos están perfectamente integrados, consiguiendo un resultado de lo más sabroso. ¡Fantástica la merluza!
Jose -obviamente nombre de chica en este caso- os muestra el Bacalao con manzana y pasas que podéis disfrutar en el Restaurante Zarracín. Nos comentó nuestro camarero que lo desalan ellos mismos, y la verdad es que le tienen muy cogido el punto. Estaba delicioso y se laminaba con facilidad, a la altura de la merluza. ¡Otra salsa para mojar pan!
¡A ver si os va a morder el Sapito a la parrilla que viene a continuación! Que la boca bien abierta que la tiene. Es una vianda que se puede ordenar para dos o para una persona en solitario -como en el caso del chuletón-. Como veis, nosotros lo pedimos individual, y se presenta el “rapito” con la mitad del lomo. Viene acompañado de patatas panadera y resulta un pescado muy, muy rico. Saben cocinar en el Zarracín… ¡Se nos acaba el pan en cada plato!
A estas alturas estábamos… Cómo podría definirlo… ¿Perjudicados? ¡Sí! ¡Exactamente! Perjudicados de lo rico que estaba todo… Pero aun con esas, los postres… ¡No se nos podían escapar! Eran caseros, y esa premisa era suficientemente potente como para que hiciésemos hueco donde pudiésemos. Así que empezamos con un postre vasco por recomendación de la casa, la Pantxineta: Un hojaldre relleno de crema pastelera que llega templado a la mesa y que se acompaña de una singular gelatina de pacharán. Un auténtico manjar de sobremesa que quizás no hubiésemos pedido si no nos lo llegan a recomendar, pensando que el hojaldre sería excesivamente pesado, pero… ¡Todo lo contrario! ¡Muy rico!
Muy generosa la Crema de arroz con helado de canela. El arroz se presenta triturado y adquiere la textura de una espesa y sabrosa crema. ¡No olvidéis mezclar crema y helado en cada cucharada! De otro modo se os hará un poco pesado terminaros la copa. La combinación, en este caso, es de lo más acertada. Para mi gusto personal, quizás pecaba un poco el potente toque agrio del limón, pero para gustos, colores. ¡Y limones!
La manta de chocolate que cubre esta Tarta brownie con helado de vainilla hizo las delicias de los “chocolateros cuchareteros” -bonita combinación-. El chocolate… ¡Nunca falla!
Menos sorprendente resulta la Tarta de merengue con helado de yogurt. Me refiero a la tarta en sí, porque el helado estaba de lujo… ¡Delicioso! Claro que, yo tampoco soy mucho de merengue, quizás por eso este postre no se ganó mi aceptación.
Otra historia era la Tarta tatín templada. ¡Riquísima! Claro que, en mi cara se empezaba a apreciar que las botellas de vino que iban cayendo afloraban por momentos y ya no estaba en condiciones de posar ante la cámara -no hay más que ver la fotografía, estaba bueno el vino ¿eh?- La tatín viene acompañada de helado de vainilla y se presenta sobre un lago de crema de nata en el que se zambullen peces de sirope de fresa. ¡Con mi cuchara pesqué un par de ejemplares! Muy rico todo el conjunto…
¡Una gran cena! Cuchareteamos minuciosamente las especialidades del Restaurante Zarracín -la carne, la merluza, el sapito y el bacalao- y las acompañamos de una gran variedad de platos de su carta. Seis comensales que salimos completamente satisfechos con cinco entrantes, seis platos principales y cinco postres. Terminamos nuestra aventura gastronómica con la última fotografía de la noche: los 6 servicios de tés y cafés variados -cada uno siempre lo pide de su madre y de su padre- que, a parte de venir acompañados de una tejas de frutos secos muy sabrosas -os las muestra Ninillas en una fotografía-, nos mostraron unas teteras muy atractivas a juego con la vajilla.
A partir de hoy mismo, el Restaurante Zarracín forma parte de mi guía personal de restaurantes de Madrid. He disfrutado enormemente narrando y compartiendo mi experiencia en este local vasco-navarro con todos vosotros, pues la sensación que se me ha quedado es la de reservar mi primera mesa de 2011 en cuanto regrese de las vacaciones y reúna a unos amigos carnívoros que sé de primera mano que no se dejarán nada en el plato. Voy a ponerlo una vez más, disculpadme… ¡Qué sabrosa es la carne gallega del Zarracín!
Ninillas: ¡Feliz 2011! No se me ocurre una forma mejor de empezar este post que deseándoos a todos un próspero año, pese a que este 2011 no sea excesivamente redondo y sonoro. Pero aún así, es el que toca, y espero de corazón que todas vuestras ilusiones se vean cumplidas. Por nuestra parte, no se nos ha ocurrido mejor manera de comenzar esta nueva década que haciendo lo que más nos gusta: presentaros la última cena cucharetera del 2010. Espero que os guste, porque el sitio merece la pena y a buen seguro sacará a más de uno de algún que otro apuro.
En pleno distrito de Chamberí, entre las glorietas de San Bernardo y Quevedo, concretamente en el número 106 de la calle San Bernardo, nos encontramos con el Restaurante Zarracín, podría parecer uno más, pero lo cierto es que ya desde la calle se hace notar con una vistosa entrada que incita al viandante a hacerle una visita. Si a esto le unimos que no es un restaurante a secas, sino que también es sidrería, el asunto va sumando puntos, y más aún si la cocina que allí se ofrece es vasco-navarra. Desde luego, a nosotros nos salió de perlas y disfrutamos mucho de la cena, sólo espero ser capaz de transmitiros nuestra experiencia.
Lo primero con lo que uno se encuentra nada más cruzar el quicio de su puerta, es con una elegante barra que hace las veces de recibidor para todo aquél que esté dispuesto a sentarse en una de sus mesas. No sé si alguna vez habrá ejercido de barra de pintxos al uso, desde luego a día de hoy es sencillamente la antesala del restaurante, y su horario de apertura es el mismo que el de la cocina.
Desde su barra se puede observar una enorme kupela que antaño estuvo llena de rica sidra procedente de Astigarraga, porque no podemos olvidarnos que el Zarracín no sólo es un restaurante sino también una sidrería, y por tanto una excelente opción para aquellos que prefieran disfrutar de su cena con una bebida más refrescante.
El Restaurante Zarracín tiene capacidad para 110 comensales distribuidos en dos comedores y un reservado. Precisamente es la kupela quien preside la primera sala donde llama poderosamente la atención la gran distancia existente entre mesas. No debería ser así, pero lo cierto es que a día de hoy lo normal es el hacinamiento, y ver un local donde cada mesa cuenta con una intimidad tan grande… pues sorprende muy positivamente.
En este primer comedor los tonos anaranjados y ocres combinan a la perfección con celosías y vigas en madera oscura tan típica de las sidrerías vascas, creando un ambiente muy propicio para reuniones de todo tipo, ya sean familiares, de amigos o de negocios, sin olvidarnos por supuesto de que también puede ser el lugar idóneo para una cena romántica, ya que las celosías lo dotan de ese toque íntimo que te hace invisible al resto de mesas.
Como ya os he comentado antes, en la zona de barra no se sirven pintxos, simplemente ejerce de antesala del restaurante. Y ahora vosotros pensaréis que qué tipo de sidrería vasca es si no tiene pintxos… Pues es una buena pregunta, pero para ella tengo una mejor respuesta. El Restaurante Zarracín ofrece por la noche una carta muy especial a base de pintxos, tostas y raciones de su propia carta, pero con el aliciente de que se toman cómodamente en su restaurante. Es una opción tremendamente interesante sobre todo a la hora de hacer una cena más rápida antes de ir al cine o al teatro, pero con todos los servicios que ofrece el restaurante y, claro está, más económica.
Alternando con las mesas, pero sin dar sombra, podemos encontrarnos dibujados en sus paredes unos bonitos manzanos que con su blanca flor pone nun toque de alegría al comedor. Es como si a la mesa se sentase uno más, sólo que no come ni bebe, sencillamente… acompaña.
Es evidente viendo las imágenes, que el Restaurante Zarracín ofrece multitud de combinaciones para que a su mesa se pueda sentar cualquier número de comensales. Mesas de dos, de cuatro, redondas de cinco o de seis… En definitiva, cualquier número es bien recibido, porque tienen espacio y medios para configurar todo tipo de grupos y que éstos se sientan cómodos y sin estrecheces, cosa que es de agradecer.
El segundo comedor continúa teniendo el mismo encanto que el anterior, pero aquí las paredes están cubiertas por piedra, lo que unido a las vigas vistas de madera le da un toque más rústico. Por lo demás, sigue siendo un espacio sobrio y elegante e igualmente indicado para disfrutar de una comida o una cena. Por supuesto, en esta sala tampoco han descuidado la distancia entre mesas y la intimidad sigue estando garantizada.
El Restaurante Zarracín también cuenta con un coqueto y confortable reservado en ladrillo visto y piedra con capacidad para 12 comensales, perfecto para una reunión de amigos algo más numerosa de lo normal y con el aliciente de seguir preservando la privacidad de las conversaciones. Sin duda, un reservado así es la perita en dulce de cualquier local, pues raramente los encontramos, y la verdad es que hacen falta en multitud de celebraciones.
Las mesas del Zarracín se nos presentan elegantemente vestidas con manteles y servilletas de tela, acompañadas -como no podía ser de otro modo- de una vajilla, cristalería y cubertería acordes a la categoría del restaurante. Tampoco falta una velita para dar ese puntito romanticón cuando la situación lo requiere.
Ha llegado la hora meternos en faena y ver lo que nos ofrece el Restaurante Zarracín en lo que a gastronomía se refiere. Como os he comentado a lo largo del post, estamos hablando de una sidrería vasco-navarra, con lo que su cocina tira hacia esos lares como no podía ser de otro modo. En su carta podemos encontrar Entrantes, Ensaladas, Guisos, Pescados y Carnes, todo en número suficiente para satisfacer cualquier paladar. Aunque sin duda, llaman poderosamente la atención sus platos de Bacalao, de Sapito, sus Albóndigas de rabo de toro, sus Carnes rojas o sus Alubias de Tolosa. Todos ellos con un profundo sabor del norte pero servidos en pleno centro de Madrid.
Además de su carta tradicional, el Restaurante Zarracín también cuenta con diversos Menús de grupo desde 39 a 49 € +IVA, o si se desea pueden elaborarte uno propio. Por supuesto, no podía faltar tampoco un Menú sidrería -disponible todos los días a 35 €/persona +IVA- que incluye barra libre de vino o sidra. Así como un Menú degustación -sólo noches- para un mínimo de dos personas que incluye 4 entrantes, un principal y un postre, al interesantísimo precio de 24 €/persona +IVA.
Al llegar la noche, junto con su carta encontramos otra más indicada para disfrutar de una cena de un modo más informal. En ella encontramos Pintxos, Tostas y platos a modo de raciones, así como el resto de platos de su carta tradicional. Es la opción perfecta para degustar el sabor vasco-navarro sentado cómodamente en una de sus mesas y no a pie de barra como suele ser habitual en otros locales.
Ahora sí, empezamos nuestra cena y como no podía ser de otro modo lo hacemos eligiendo una buen vino, concretamente un Guitian de la D.O. Valdeorras. No es por nada, pero últimamente me estoy aficionando al Godello y lo cierto es que éste cumple perfectamente su cometido, de hecho no es la primera vez que nos acompaña a la mesa.
Y qué mejor manera de abrir la cena que con esta Ensalada de bacalao con granada. Una manera refrescante y ligera de comenzar cualquier ágape a base de lechuga, granada, tomate triturado, ajo, bacalao y todo ello regado con buen aceite de oliva virgen. Sin duda, una excelente opción.
El Carpaccio de boletus con foie fue un acierto total, porque si bien sabía que la combinación de sabores iba a funcionar a la perfección, me daba miedo el boletus en carpaccio… Por suerte, nos gustó a todos muchísimo, sobre todo porque el foie era casero y eso se hacía notar.
Me parecieron realmente deliciosas las Croquetas de txangurro, no las había probado antes. Sin duda, el sabor a mar se hacía notar a cada bocado, y el hecho de que llegaran a la mesa bien fritas y nada aceitosas siempre es bien recibido. Como guarnición llevaban unas patatas rejilla y un tomate rallado, ni qué decir tiene que no quedaron ni croquetas ni patatas en el plato. ¡Qué ricas!
No pudimos evitar probar sus tostas, en concreto las Tostas de jamón ibérico, francamente bueno, sólo hay que ver el veteado de las lonchas. Nos quedamos con las ganas de probar más tipos de tostas y pintxos, pero la verdad es que preferimos pedir a la carta para poder probar platos más contundentes. ¡Estábamos de celebración cucharetera!
Tremendamente original me pareció la presentación de este Nido de patatas con huevo y salmón. Era un revuelto de patatas con huevo, como el de toda la vida, sólo que aquí las patatas paja hacían un nido y sobre él se disponían los huevos y el salmón. Desde luego, es un plato que siempre gusta, pero si además te lo ofrecen con un toque novedoso… aún más. Lo que está claro es que este “nido” no defrauda ni a las cigüeñas ni a quienes se lo comen.
Una vez concluimos los entrantes, que dicho sea de paso nos habían satisfecho plenamente, decidimos que de cara a los principales había que cambiar de vino. La verdad es el Ondarre Reserva 2001 de la D.O. Rioja nos satisfizo de lleno. Cierto es que la elección no fue a ciegas, pues ya lo habíamos probado en otras ocasiones, así que tal vez no fue tanto mérito nuestro sino nuestra experiencia. Lo que está claro es que nos pareció el vino idóneo para acompañar este Chuletón de buey gallego a la parrilla de carbón.
El chuletón de buey se presenta troceado vuelta y vuelta para que cada comensal se lo pueda hacer a su gusto en la mesa con el hornillo y la plancha que te traen. Pero creedme cuando os digo que la carne tal y como viene se puede comer perfectamente porque está tierna y sabrosísima. Sé que en España tenemos carnes de excelente calidad, pero si he de elegir alguna, no tengo dudas de que para mí la gallega es la mejor, y la que se sirve en el Restaurante Zarracín es una muestra clara de lo que digo.
Se puede pedir para una persona o para dos, como fue nuestro caso, y además de la carne trae unos pimientitos y unas patatas gajo como guarnición. En serio, no quiero resultar pesada, pero si sois carnívoros… ¡No podéis dejar de probar el Chuletón -con mayúscula- del Zarracín!
Claro que… No se quedaron atrás estas Albóndigas de rabo de toro. Deliciosas, muy tiernas y con una salsa que estaba para morirse, de hecho todos mojamos pan, con esto queda dicho todo. Desde luego, es una magnífica forma de comer rabo de toro sin tener que estar retirando huesecillos en cada bocado.
Y… ¡Qué os puedo decir de la Merluza rellana de txangurro! ¡Estaba impresionante! Llevaba muchos ingredientes: champiñones, cebollita, salsa de gambas… Pero todos estaban muy bien integrados y cada bocado era un auténtico placer. Por supuesto, también mojamos en la salsa. ¡Faltaría más!
De los cuatro platos que el Restaurante Zarracín ofrece haciendo honor al bacalao nosotros nos decantamos por el Bacalao con manzana y pasas. Lo disfruté enormemente, el bacalao lo desalan ellos mismos y lo hacen francamente bien y, además, esa combinación dulce-salado le iba al pescado como anillo al dedo. Vamos… Que íbamos de acierto en acierto.
Roberto os muestra el Sapito a la parrilla. Se puede pedir para dos personas o para una, como fue nuestro caso. El metre nos lo recomendó, y menos mal que le hicimos caso porque… ¡estaba riquísimo!
El Sapito -rape-, en ración para una persona se presenta partido a la mitad y está elaborado de manera muy sencilla a la parrilla y acompañado por unas patatas panadera. Como veréis, algunas veces “menos es más”, y simplemente hace falta buena materia prima para obtener un plato de sobresaliente, como es el caso. Por cierto, como no somos muy buenos troceando pescados, los camareros lo hicieron por nosotros, y así quedó presentado en cada uno de nuestros platos.
Como podéis imaginar, tras cinco entrantes y seis principales… con hambre no estábamos, pero claro, la cosa iba tan bien que cómo nos íbamos a marchar sin probar sus postres caseros. En el Restaurante Zarracín los precios de los postres rondan los 5 € +IVA y además ofrecen dos surtidos: uno a 9,50 € +IVA para dos personas y otro a 16 € +IVA para cuatro. Nosotros íbamos seis, así que decidimos que los mejor era pedir cinco postres para que pudiésemos probarlos bien todos.
El primero en llegar a la mesa fue esta Pantxineta, un postre típicamente vasco elaborado fundamentalmente con hojaldre y crema pastelera. La sirven templada y acompañada con una gelatina de pacharán que le sienta fenomenal. Me gustó mucho.
La Crema de arroz con helado de canela, antes de probarla, me parecía que iba a resultar demasiado fuerte, pero lo cierto que el conjunto de crema y helado en la misma cucharada era una combinación suave y deliciosa, y eso que a mí no me gusta el arroz con leche.
FlashBack y Roberto os muestran una Tarta brownie con helado de vainilla y una Tarta de merengue con helado de yogurt -tarta de la casa-. Me gustaron ambas, pero no me sorprendieron como lo habían hecho la Pantxineta y la Crema de arroz.
En cuanto a la Tarta tatín templada… ¡Estaba riquísima! Venía acompañada de helado de vainilla, crema de nata y sirope de fresa. ¡Fue un éxito en la mesa!
Tras semejante cena, había que reposar los alimentos, y qué mejor manera de hacerlo que disfrutando de una sobremesa con unos cafés y unas infusiones -a 1,80 € +IVA-. Para sorpresa nuestra, junto a ellos llegaron estas Tejas de frutos secos -nuez y avellana- cortesía de la casa y de las que, por supuesto, dimos buena cuenta.
Dejé a mis acompañantes con una animada conversación y aproveché para hacer mi obligada visita a los baños que, por cierto, siguen la misma tónica decorativa que el resto del restaurante.
Me quedan un par de precios por dar, como el servicio de pan a 1,75 € +IVA y el agua -botella de 1/2 litro- a 1,95 € +IVA. Ahora sí, ahora ya estoy preparada para finalizar.
La verdad es que nada más pisar el Restaurante Zarracín tuve la impresión de que la última cena cucharetera del año iba a resultar bien, aunque me llevé una grata sorpresa al comprobar que no es que saliera bien, es que salió de sobresaliente. El servicio de sala comandado por José González y secundado por Ernesto y Alberto es eficiente, atento y tremendamente simpático. Da gusto con ellos. El local en sí es cómodo y tremendamente acogedor, además de amplio, lo que te hace sentir muy bien una vez te sientas a una de sus mesas. En cuanto a la cocina, tras cuyos fogones se encuentra Mª Luz Ribera, el Zarracín nos ofrece platos tradicionales vasco-navarros llenos de honestidad, sabor y, por encima de todo, buenas materias primas. Raciones generosas y platos bien elaborados a un precio razonable en pleno centro de Madrid. En definitiva, el Restaurante Zarracín es de los que no defrauda y de los que gusta volver de vez en cuando porque es una apuesta segura. Desde luego yo pienso volver, aunque será ya en este 2011.
Cucharete: ¡Espectacular cena cucharetera en el Restaurante Zarracín de la céntrica calle San Bernardo de Madrid! Mi equipo al completo, por estas fechas de celebraciones y “buenas mesas”, no se la juega e intenta cada año descubrir un local con garantía de éxito… ¡Y vaya si lo ha conseguido! ¡Hay que ver qué carnes y qué pescados! ¡Disfrutaron de lo lindo cuchareteando! No hay más que echar un ojo al reportaje para darse cuenta de que esta velada formará parte de su historia, inscribiendo al Restaurante Zarracín con letras mayúsculas en su “guía restaurantil madrileña” particular. ¡No dudéis en que os encontraréis más veces por allí a Rayo, FlashBack y Ninillas! Incluso me han comentado que el día que ellos cenaron, alguna que otra actriz famosa ocupaba una de las mesas vecinas. ¿Estará de moda? Si es por su cocina, no lo dudo… Mi equipo cenó por 44 €/persona, seis personas con 5 entrantes, 6 platos principales, 5 postres, 4 botellas de agua y 6 cafés y tés. A lo que tendríamos que añadir 2 botellas de vino blanco -a 17,95 € cada una- y otra de tinto -19,50 €-.
Su cálida decoración, rústica y elegante a la vez. La exclusividad que induce su pequeño reservado. La armonía del montaje de sus mesas. El cordial y amable trato del servicio en todo momento. Su cercanía y proximidad en el trato con el cliente. El mimo que dedican a su cocina -las salsas agotan el pan de la mesa-. La notable calidad de sus materias primas y la cuidada elaboración de las mismas. Su cocina vista. Su carne gallega. Sus pescados. Sus postres caseros. Una carta adicional especial para noches que ofrece tapas, tostas y pintxos -pensada para hacer una cena más liviana antes de ir al cine o al teatro-. Su Menú Sidrería: Disponible todos los días con barra libre de vino o sidra a 35 €/persona +IVA. Su Menú Degustación: Disponible únicamente por las noches a 24 €/persona +IVA -sin bebida, mínimo dos personas-. Los atractivos precios de sus referencias de vinos. Su relación calidad/cantidad/precio. Parking concertado en la calle San Bernardo, 95.
Se podría mejorar la presentación visual de algunas viandas.
4,9
23 comentarios a “Zarracín”
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Que rico!
Me gusta tu blog mucho. Es muy interesante, buen trabajo!
Saludos!
Pues estoy de acuerdo, ya he tenido el gusto de comer aqui y puedo decir que vale lo que cuesta.
Buen sitio para celebrar el 19 de enero la fiesta de San Sebastian!!!
Me encantó, gracias cucharetes por descubrirme un restaurante como éste. La carne me pareció escelente (como decís en vuestro artículo) Y el vino rioja reserva gratis que me dieron al ir de vuestra parte, cojonudo. Mil gracias por todo! Seguid así!
No sé si lo mejor fue la carne al hierro, jugosa y tierna, o la merluza, increíblemente fresca, pero lo que sí tengo claro es que no me defraudó en absoluto después de lo que había leído en vuestro post. Ah! Y gracias por la botella de vino gratis cucharetes, se agradecen promociones como esta, espero que pongáis más!
De los ultimos restaurantes que habeis sacado éste es en el que mejor sabor de boca me llevé. Mi marido encantado, ahora ya es fan vuestro también, porque le gustó mucho la carne, y es carnívoro hasta decir basta el tío, no os imagináis lo que me cuesta llevarlo a otro tipo de locales.
Saludos cucharetes!
SALUDOS A TODOS ¡¡¡ SOY DE ARGENTINA, Y HE TENIDO EL GUSTO DE PROBAR SUS DELICIOSOS PLATOS.. MIS FELICITACIONES AL CHEF…ESPERO VOLVER PRONTO A ESE PAIS MARAVILLOSO..Y PROMETO VISITARLOS OTRA VEZ.. ..DIOS MEDIANTE ¡¡¡¡ ————SONIA FUENTES
Acabo de reservar para el sábado, por supuesto, DE PARTE DE CUCHARETE!!Viajo mucho a Madrid, y cucharete es fantastico, he probado muchos de “vuestros” sitios.
Ahora a esperar a probar otro, ya os contaré “cuchareteros”.
Un saludo.
Hola cuchareteros:
El pasado viernes cenamos en Zarracin y, la verdad, debo decir que todo estuvo correcto. No me interpretéis mal…con correcto quiero decir que todo estaba conforme con lo que esperas de un restaurante que te cobra lo que te cobra y que no defrauda pero tampoco sorprende.
Mi mujer y yo disfrutamos de la cena por aproximadamente 120 € y si os parece caro os comento cuál fue nuestra comanda:
Anchoas de Motriko -> Buenas. pero por su coste sugiero mejor acompañamiento para dicho producto. Presentarlas sobre un tomate laminado no creo que sea la mejor opción.
Croquetas de changurro -> Buenas, un poco ligeras para mi gusto.
Bacalao con salsa de manzanas -> Fresco y sabroso.
Txuleta -> Según pedí, muy poco hecha, la pena es que acaba enfriándose antes de que te la acabes. Buena carne.
Crema de arroz con leche -> Muy rica.
1 botella de agua, 3 cervezas, 2 cafés y 2 Gintónics - Y por supuesto el vino de regalo - decir que tuvieron el detalle de cambiarnos la botella de vino por otra de la cava, ya que la nuestra había cogido más temperatura de lo debido al estar ya dispuesta en la mesa cuando llegamos.
Concluyendo, buen servicio y buen producto, mejorable la cocina y precio a nivel de tantos otros.
Un saludo.
Menos mal que di con vuestra web, pues me estaba volviendo loca, tenía que sorprender a mi marido con buen carne, bueno, no buena, sino excelente, y buscando y buscando por la red llegue a vosotros, no os conocía, pero ahora no puedo dejar de leer vuestros artículos, estoy completamente enganchada, sois como una droga, me encanta leeros!!!! Ni que decir tiene añadir que fuimos al Zarracín y acertamos de lleno, la carne aprobó con sobresaliente, y eso que mi marido es muy exigente, el próximo sábado iremos a cenar a otro de los restaurantes que habéis ido vosotros, espero que nos suceda lo mismo y salgamos con igual sabor de boca que con este. Gracias!!!
Yo estuve el domingo… lastima de resfriado, que no me dejo catar el vino, pero mis acompañantes decían que estaba de p. madre (cabrones!!!). Habrá que volver. Tremendo chuletón, por cierto.
Hola!
Hoy celebraba mi cumpleaños y queria que todo saliera perfecto y gracias a cucharete he acertado de lleno. Hemos ido a comer 2 personas, hemos tomado parrillada de verduras, laminas de boletus con foie (insuperable!!), buey al carbón y tarta de tiramisú (a compartir), 1 botella de agua, y 2 cafés además del maginifico vino con el que nos han obsequidado por venir de parte de cucharete todo ello 95€.
La calidad de los productos, la elaboración de la comida y la atención excelentes lo pienso recomendar a mis amigos. No hemos probado el pescado pero hemos visto salir los platos de la cocina y tenian una pinta exquisita.
Sin duda si queréis celebrar algo especial o tan solo daros el gusto de comer bien, este sitio no os defraudará en absoluto.
Un saludo
Es la primera que escribo, os conocí un dia buscando algun restaurante y el otro dia fui junto con mi mujer a este restaurante que recomendabais, Zarracín. Se lo recomiendo a cualquier persona, muy rico todo, platos con muy buena presentacion, bien atendidos. El totla fue 99€ , que no es barato ya que el vino era regalo, pero las materias primas lo valen. Solo una pega en la que coincidimos mi mujer y yo, nosotros estuvimos en la parte de arriba, sé que habia algo mas despues porque la gente salia como de un pasillo, pero en la sala donde estuvimos sobraba un poco de luz.
Muchas felicidades por tu blog, esta muy padre….hace poco tuve la oportunidad de visitar Madrid y desafortunadamente no pude ir al Zarracín pero para le proximo viaje usare tu guía para ir a los sitios recomendados.
un saludo desde México
Esta noche llevare a mi chico a cenar aqui , aver que tal ,
y si la oferta de la carne es cierta , el restaurante tiene buena pinta ya os contare …
La carne al hierro lo mejor del restaurante, no es que los entrantes no estuviesen a la altura, pero es que nos sorprendió la carne a todos, muy buena y de gran calidad, que no es nada fácil disfrutar hoy en día de un restaurante que sirva buena carne. De precio bien, ni caro ni barato, eso sí, con vuestra promoción carnívora el precio se queda de lujo, cosa que se agradece.
Pues yo he llamado varias veces y acabo de hablar con ellos hace unos minutos.
Les he pedido mesa para 4 para el domingo con la promoción cucharete y, en lugar de decirme que estaba completo, de manera inocente, me han comentado que solo les queda una de 6 personas y que no me la reservan porque van a llenar seguro…..
Vamos, que prefieren esperar a ver si tienen suerte y les llegan 6 comensales, que aprovecharla con 4 ya seguros. ¡COMO VAN A LLENAR…..!
No quiero hacer las preguntas que me he hecho pero seguro que os las imagináis.
Así que a celebrar el día de la madre en donde sí nos acepten…
Lei vuestra oferta de la carne, llegué, vi y vencí!!!! Me habéis hecho quedar bien con mis amigos porque me tocaba elegir a mí restaurante y al final el Zarracín fue de lo mejorcito que probamos en los 2 últimos meses (que habremos ido a 3 locales). Dudábamos de si pondrían cantidad o calidad (respecto a la carne de vuestra promoción carnívora) pero no nos imaginábamos que serían las dos cosas juntas. Gracias equipo cucharetil!! Siempre os leo y muy pocas veces me fallais!! Sois geniales
Gracias a vosotros el día de la Madre ha sido perfecto, fuimos toda la familia, 11 personas, y exceptuando dos que se pidieron pescado, el resto la carne que presentais en las fotos de vuestra oferta de cucharete. Todo fue genial, los entrantes, la carne, el vino, que pedimos ese que recomendáis de la rioja reserva, el precio, el ambiente, que estaba el local hasta los topes, la atención, todo todo. Os lo tengo que agradecer, porque ese día era muy importante para mí, ya que vine de fuera de Madrid con media family para invitar a la otra media. Os debo una chicos.
Hola a todos, ayer estube cenando en Zarracin con mi hermana y su marido, y todo lo que habia leido se cumplió y solo puedo decir que todo un 10 desde la comida, servicio (estupendo debo añadir) decoración todo en una palabra. Empezamos con algunas sugerencias como carpacio de boletus delicioso, las croquetas impresionantes y unas anchoas deliciosas, pedimos el chuleton de buey buenisimo y tambien pedimos medallones de solomillo con foie y boletus sin palabras y rape buenisimo, es que todo estaba estupendo. Volveremos sin dudarlo.
Un saludo a todos y muchas gracias por recomendarlo
Buenos días,
Acabo de realizar una reserva para el próximo miércoles con vuestra oferta del Chuletón, a ver que tal … seguro que bien. Ya informare.
Un saludo y gracias Cucharete.
Hemos comido hoy 19.6.2011 reservando de parte de cucharete. Fuimos a la expectativa y hemos salido realmente satisfechos. A destacar el chueltón de la oferta, tierno y con gran sabor. Tampoco se quedan atrás los pimientos del piquillo rellenos, las verduras a la plancha, la pantxineta, el tocino de cielo. Volveremos seguro.
Un saludo y muchas gracias a cucharete.
Fenomenal, fuimos el viernes a comer cuatro personas con la oferta del vino del vino gratis. Las boletus buenisimas, lo mismo que las croquetas de txangurro o los callos…. De s egundo todos carne y albondigas de rabo de toro, de postre tocinillo de cielo y tatin de manzana, todo estupendo, muy bien presentado, bien atendido, con amabilidad. Con una botella de vino habriamos comido, pero no se lo pensaron y terminando el s segundo plato abrieron la segunda botella sin solicitarla (muy buen detalle) VOLVEREMOS SEGURO.
Nos encantó. Fuimos a cenar el sábado y todo estaba estupendo. Los camareros muy atentos, el local acogedor y la comida muy rica. Pedimos boletus a la plancha y parrillada de verduras como entrante y de segundo Medallones de solomillo con foie y bacalao al ajoarriero.Me sorprendió el tamaño de los platos y eso de que la cantidad está reñido con la calidad aquí no se cumple. La comida fue abundante y de muy buena calidad. De postre tomamos brownie para compartir y menos mal!porque era un pedacito bien hermoso. En fin, sí lo recomendaría si quereis disfrutar de buena comida y ambiente tranquilo. Ah! y por supuesto nos invitaron a la botella de vino así que nos salió a un precio muy bueno (87 euros).