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San Nicolás, 8
Madrid (Centro)
Ópera (Línea 2)
91 547 22 22
35 - 45
El Restaurante Belalúa de nueva apertura en Madrid -además de presentarnos un agradable y romántico espacio interior- destaca por su atractiva terraza de verano cuyo enclave, dentro del casco histórico madrileño, resulta envidiable. Ofrece una gastronomía del Norte con raíces gallegas y ciertos rasgos personales. Sus cálidos comedores -para fumadores y no fumadores- dan cabida a 50 comensales. Cuentan con un menú del día a 14 € y también se puede optar por medio menú a 11 €, siendo el Jueves el día de su cocido gallego completo a 12 €. Los Domingos podemos disfrutar de un brunch especial por 18 €. Tienen disponible zona WIFI y su horario de apertura es de 13:30h. a 16:00h. de Lunes a Viernes, ampliándose hasta las 16:30h. los Sábados y Domingos, y de 20:30h. a 00:00h de Martes a Sábado. Cierran las noches de los Domingos y los Lunes.
4,0
El Restaurante Belalúa ha cerrado.
Rayo: El querido y desaparecido Alnorte de la calle San Nicolás da paso al nuevo y potenciado restaurante Belalúa (”bellaluna” en español), pues sus propietarios gallegos no dudaron en plasmar sus raíces en un nombre agradable y seductor, que representa un cambio sustancial en su cocina y su trayectoria.
Acompañar a la iglesia más antigua de Madrid -San Nicolás-, próxima a lugares de obligado peregrinaje turístico como pueden ser el Palacio Real, la Almudena o la Plaza Mayor, y ofrecer una terraza de mesas vestidas de blanco que nos aleja de los ruídos del tráfico de la ciudad, lo convierten en un lugar que puede presumir de un enclave envidiable frente a la competencia. ¿Quién no busca una terraza en esta época?
Quizás esta instantánea muestre la mesa más romántica del restaurante, cercana a la entrada, perfecta para una cena a la luz de las velas que requiera cierta intimidad acompañado de la pareja, en la que los comensales difruten no sólo de su cocina, sino también de un espacio que les arrope y les hechize con sus tonos rojos, sus espejos y su aplique de luz baja. ¡Reservadla que es complicado conseguirla!
Pero la simple presencia de flores frescas en cada una de las mesas, convierten cada rincón en un espacio apetecible donde destacan los detalles. El mantelito individual (de agradable tacto) permite lucir la madera de las mesas, envolviendo el conjunto en un clima cálido y distinguido.
En el comedor principal -el de fumadores- las mesas se encuentran correctamente distribuidas, y aunque no destacan por la distancia de separación entre las mismas, sí lo hacen por la elegancia que transmiten sus tonos oscuros jugando con los colores claros de las paredes.
Los puntos de luz que brotan del techo le confieren personalidad propia y un aire de vanguardismo controlado. Del mismo modo, el perímetro lo marca un interminable sillón rojo pasión, base del romanticismo que se espera de un local como el que nos ocupa, donde el mar también está presente mediante un lienzo que nos invita a correr por el muelle y de un saltito zambullirse en aguas… ¿de las Rías Baixas?
A medida que discurría la cena… bajaba sutilmente la intensidad de luz del local y la noche sellaba los enormes ventanales dejando únicamente visibles destellos de la cálida iluminación de la calle, con lo que no pude evitar tomar alguna que otra foto, para mostraros el misterio que inundó la sala. ¡Habelas hailas!
Y llegada la hora de ojear la carta y decidir las viandas, aprovechamos que éramos 5 personas y no reparamos en probar un montón de platos distintos, alguno de ellos obligado a pesar de ser para dos comensales. Así que optamos por cuatro entrantes para compartir y cuatro segundos que en realidad eran seis, porque el Arroz con bogavante y el Baby Beef eran para dos personas, con el consiguiente incremento del precio final en la factura -ya que realmente pedimos un plato de más-.
Empezamos disfrutando de una excelente ración de Jamón de bellota con “pa amb tomaquet” que os muestran mis compañeros, y he de decir que para estar a 18 € +IVA en carta, es un jamón ¡exquisito! Estaba realmente impresionante y lo pudimos acompañar del pan tostado con aceite y tomate, previamente acariciado con un ajo tierno. Espero que cuando se termine esa pieza traigan otra de la misma calidad, ésta era de 10.
Le siguió un Salpicón de mejillones y vieiras con reducción de Albariño que nos gustó mucho a todos. El sabor amargo de las endivias conjugaba perfectamente con el jugo del resto de ingredientes del mar. Un divertido picoteo que se ganó nuestro paladar.
(1) Acudimos a sabiendas de que los dueños eran gallegos… (2) Había pulpo en la carta… (3) ¡Cómo no íbamos a pedir pulpo!
Y así fue, cayó una ración como Dios manda de Pulpo a la gallega con cachelos, del que podría decir que le faltaba un puntito de cocción para que estuviese más suave, pero no tengo nada que decir de su calidad, muy aceptable. Y observando lo poco que duró en la mesa… pues no hay más que decir…
Otro plato obligado… ¡Pimientos de Padrón con tempura de chistorra! Bien buenos… picar no picó ninguno y ya sabéis que “unos pican y otros no”, cuestión de buena selección de la materia prima. Quizás no me convenció la tempura de chistorra que los acompañaba, pero nada que no pudiese solventarse con… ¡otro pimiento! Además… para gustos, colores -pero me quedo con el verde-.
Regamos la cena con dos botellas que cumplieron perfectamente su cometido. Una de Albariño Leirana Barrica 2005 con la D.O Rías Baixas de la bodega Forja del Salnés que estaba bien bueno, un vino equilibrado y elegante de una añada calificada como excelente. Y otra de tinto Museum Real Reserva 2002 -añada muy buena- de la D.O. Cigales que presentaba una estilizada botella que lucía una llamativa etiqueta metálica y que me sorprendió después de su necesaria oxigenación.
La mesa babeaba -literalmente- con la presentación y la pinta que tenía el Arroz con Bogavante (para dos). ¡Y… Cómo estaba! Repito… ¡Cómo estaba! ¡Buenísimo! Sabía a mar… Delicioso, y con un arroz en su punto perfecto.
Cristóbal, uno de nuestros acompañantes cuchareteros del día, os muestra el Entrecot con pimientos asados, patatas horneadas y tuétano. Una ración generosa de la que he de confesar que un trocito le robé, y que la carne, a pesar de no ser el punto fuerte del local, ofrecía una calidad respetable.
El Sr. FlashBack y yo optamos también por un plato principal carnívoro, y nos aventuramos con el Baby Beef con guarnición de patatas y calabaza (para dos). Que como veis en la imagen, es una ración más que suficiente. Y se agradece que la salsa venga en un cuenco a parte, lo que te permite disfrutar del sabor de la carne sin añadidos.
Y aquí tengo que entonar el “mea culpa”, porque a muchos lectores os puede parecer que está pasado de punto, y el error en ese caso es nuestro, pues cuando lo solicitamos y nos preguntaron cómo queríamos la carne, entre explicaciones y risas varias en la mesa, reconozco que dimos a entender que los preferíamos “punto +” por lo que no podemos decir nada al respecto. La carne como tal, muy correcta, y no llegó a eclipsar el espectacular Arroz con bogavante que nos costará olvidar.
Terminamos completamente llenos -no me extraña, 6 segundos para 5, si es que…- pero no podíamos dejar pasar la oportunidad de probar los postres para disfrutar la sobremesa. Eso sí, únicamente pedimos dos, y eso que estaban muy bien de precio: 4,50 € +IVA, que a día de hoy se ve cada cosa por ahí…
Pedimos Filloas Gallegas, pero que el chef realiza con una mezcla entre las filloas que todos conocemos y el panqueque, con su dulce de leche como protagonista. Estaba… ¡EXQUISITO! Nueces de por medio… ¡Pedazo postre! Contundente, sin lugar a dudas, pero ¡riquísimo! No os lo perdáis por nada.
Y pedimos una Tabla de quesos acompañados para que pudiésemos picar un poquito todos sin problema, ¡que éramos cinco! Y la verdad muy ricos… aunque eché en falta más referencias gallegas, atendiendo al guiño que hace el local a esta tierra -la mía, que soy de Pontevedra-. Los quesos a degustar fueron un Grana Padano, un Brie, una Mozarella ahumada, un Cabrales y uno de cabra.
El Restaurante Belalúa es indiscutiblemente un espacio romántico, moderno, detallista y elegante que no defraudará a sus clientes. Regresaremos para vivir la experiencia de cenar en su acogedora terraza, ya que por desgracia ese día hacía todavía un poco de frío -si es que el tiempo está un poco loco- y no os podéis imaginar la pena que nos da que a fecha de publicación de este artículo estemos viendo un sol brillante que acompaña a un día magnífico por la ventana. ¡Tendremos que volver hoy mismo!
FlashBack: Dando respuesta a las informaciones que todos los lectores nos habíais comentado acerca del anterior Restaurante Alnorte de la calle San Nicolás, nos decidimos a comprobar personalmente la evolución -según vuestros comentarios todo indica que ha sido para bien- que ha realizado este acogedor rinconcito del corazón de Madrid a medio camino entre la Plaza de la Villa y la Plaza de Oriente.
Aún manteniendo aquellos detalles -como es la agradable terraza exterior- que siempre han hecho de este establecimiento un enclave especial, el primero de los cambios con el que nos topamos es el elegante atril que nos recibe situado en la mismísima entrada del local. Adherido sobre él, no falta su imagen de marca en blanco y rojo sobre negro.
A nuestra izquierda, nos aguarda una barra perfecta para acompañar nuestra espera con un pequeño aperitivo si hemos acudido a nuestra cita con prontitud. Sobre ella nos acompañan unos estilizados jarrones con flores en su interior y alguna que otra vela decorativa que acompaña perfectamente el sosegado ambiente de luz creado por los focos halógenos distribuidos por el área superior.
La decoración es una combinación entre rojos y negros que se expande a lo largo del local sobre un suelo de madera. Tanto si somos de un carácter más cómodo y disfrutamos de un buen sillón acolchado y alguna que otra almohada como complemento, así como si lo nuestro es sentarnos en una buena silla que no nos distraiga de la cocina que vamos a disfrutar, en el Restaurante Belalúa han pensado en nosotros.
Las paredes completan su vestido con una colección de cuadros con motivos paisajísticos tales como anocheceres en el desierto o entornos marítimos. A nuestros oídos ha llegado que la procedencia de sus propietarios es de tierras gallegas por lo cual, para el segundo de los casos, seguro que esta influencia de la tierra natal ha tenido algo que ver.
Se mantiene de su predecesor el robusto enrejado que divide el espacio interior del exterior provocando reacciones diversas entre los comensales, sin dejar a ninguno impasible. Desde los que lo aprueban y agradecen por aportar un ambiente más íntimo y apartado hasta los que lo harían desaparecer con el fin de permitir que la luz externa invada el interior y la amplitud tome lugar dentro del salón comedor.
Decididos a tomar sitio, observamos que se utilizan materiales en un noble tono oscuro haciendo uso de unas tablas cuyo tamaño resulta perfecto para realizar composiciones de grupos u orientarlas hacia parejas. Nos asombra la idea de que algunas de las mesas comienzan a tener sus propios clientes asíduos como ocurre habitualmente en los restaurantes con solera, carisma y ese toque necesario de personalidad. Incluso, a modo de curiosidad, el servicio de sala ha compartido con nosotros el secreto de la gran popularidad de la mesa número 24, cuya particularidad parte de ser la más deseada para realizar peticiones de mano.
Una vez nos hemos ubicado, agradecemos los originales manteles individuales dispuestos como base para el resto de elementos. Servilletas de tela, una vajilla y cristalería estilizadas o pequeños detalles en cerámica completan perfectamente la composición que forma el escenario ideal sobre el que actuarán cada uno de nuestros platos.
Otros rasgos menos perceptibles son los que impulsan aún más nuestros sentidos. Se cuida escrupulosamente la presencia de alguna atractiva flor sobre las mesas, de discretas velas con un tamaño de los que acompaña pero no molesta y una suave potencia de luz en todos los focos de luz que aporta una atmósfera relajante. En cuanto al acompañamiento musical, la confabulación de piezas clásicas con temas de ritmos más cercanos al rap, le imprime al restaurante un ligero toque de vanguardia.
Puestos a elegir una referencia de vino para nuestra cena, tenemos la opción de decantarnos por alguno de los diversos blancos de procedencia muy distinta que se ofrecen dentro de la geografía de nuestro país, tintos más centrados en la Ribera de Duero o La Rioja, además de cavas y espumosos para los más exquisitos. Los cucharetes escogemos dos de los que destaco un Vino Tinto Museum Real Reserva del 2002 D.O. Cigales. Hay que reconocer que resulta muy llamativo por su etiqueta de metal. Se realiza con una uva tempranillo, goza de un aroma intenso y un sabroso gusto ligeramente afrutado.
Mientras disfrutamos de un delicioso aperitivo de foie con jamón -detalle de la casa, que varía en función de la ocasión-, ojeamos la carta compuesta de una estructura sencilla. En ella se aprecia una clara influencia de la gastronomía del Norte con ciertos toques de innovación, sobre todo en las guarniciones. Así pues, se identifican una media de unas cinco opciones en cada una de las secciones de Para compartir, Entrantes, Pescados y Carnes.
Influenciados por el título de la carta, nos decidimos a compartir un plato de Jamón de bellota con “pa amb tomaquet”. Un plato por decir algo, ya que el acompañamiento aparte son raciones más que suficientes de ajo, tomate, aceite de oliva virgen y tostadas. Respecto a la calidad del jamón, simplemente espectacular.
No tiene desperdicio ninguno el Salpicón de mejillones y vieiras con reducción de Albariño. Su nombre lo dice todo, un salpicón elaborado con los ingredientes mencionados, acompañados de pimiento verde y pimiento rojo. La reducción de Albariño le da ese toque dulce que compensa con el aspecto un poco más amargo de las endivias sobre las que viene presentado. Si queremos experimentar con los sabores, éste puede ser nuestro entrante.
Aquí tenemos a Cristóbal con los Pimientos de Padrón con tempura de chistorra, a quien ya conocéis por acompañarnos en alguna que otra ocasión y siempre nos aporta su más sincera opinión. El punto de preparación de la chistorra en este plato pasa por no ser el típico “muy hecho” sino todo lo contrario, por lo que conviene tenerlo en cuenta si la pedimos y nos gusta de una forma más tradicional.
Seguramente el personal de sala, como Manu en nuestro caso, a quien le agradecemos el buen trato que nos prestó, podrá indicarlo en la cocina antes de su elaboración. A pesar de que la tempura quizás sea de lo menos logrado, no deja de ser una elección recomendable si estamos en uno de esos días en los que se nos antojan unos buenos pimientos de padrón con chistorra.
Para continuar, su elección es un Entrecot con pimientos asados, patatas horneadas y tuétano que me lanzo a probar antes de comenzar con el plato que se me está sirviendo en este mismo momento. La materia prima es destacable y el punto bastante logrado: sabroso por dentro y churrascado por fuera. El tuétano le da ese toque de originalidad especial y las patatas horneadas realmente me encantan como guarnición.
A modo de plato principal, tanto D. Rayo como yo compartimos un notable Baby Beef con guarnición de patatas y calabaza (para dos). Una carne de calidad aunque cometemos el error de no fiarnos del punto del cocinero y pedirlo bastante más hecho. Puesto que se trata de cuestión de gustos, seguramente podáis leernos muchos lectores a los que os parezca un grado perfecto de elaboración. Dejando este detalle a un lado, cabe destacar la estupenda salsa de vino con anarcardos con la que se sirve, así como las generosas guarniciones de patata y calabaza.
Una vez hemos satisfecho nuestro estómago, ha de tenerse en cuenta que también de postre vive el hombre -y la mujer claro está-. Dicho lo cual, compartimos la Tabla de Quesos Acompañados entre los que encontramos brie, mozzarella ahumada, cabrales y queso de cabra. Se acompañan de higos, membrillo y un pequeño cuenco de reducción de albariño. Un plato que a mí me fascina, aunque habría cambiado la mozzarella italiana por un buen Tetilla Ahumado D.O. San Simón de Acosta o el brie francés por un Queixo D.O. do Cebreiro o un buen Arzúa-Ulloa. En algún caso no comparables en sabor, pero Galicia lo vale.
Algo más dulce resultan las Filloas Gallegas. ¡Realmente auténticas y geniales! Se utiliza como ingrediente el dulce de leche argentino y desprenden un suave toque alcohólico debido a una pequeña cantidad de orujo gallego. En algún punto debía destacar la distinción del jefe de cocina Rafael Ferreyra procedente de Argentina. La presentación llama igualmente la atención de nuestros ojos.
Unos buenos cafés como despedida, que se agradecen por su buena calidad, acompañados por azúcar blanca, azúcar moreno, edulcorante y unos cuantos caramelillos como detalle para los más dulzones. Un buen cierre para una completa velada.
Hay que tener en cuenta que el Belalúa se encuentra abierto desde el 22 de Octubre de 2007 y aún así parece demostrar grandes potenciales en nuestra visita. Apuesto con buenas expectativas por deleitarme con su brunch uno de estos domingos. Teniendo además en cuenta que disponemos de conexión WIFI en todo el establecimiento y de la prensa del día si de acompañar nuestro almuerzo con lectura se trata. Aunque sinceramente, seguro que vendré acompañado de amigos a quienes deseo sorprender.
Ninillas: El restaurante de hoy estaba, pero no estaba. Sí que empiezo fina hoy. Lo que quiero decir es que el restaurante físicamente ahí ha estado, pero desde hace unos meses cambió de manos, ahora es regentado por los hermanos Villanueva, y por supuesto cambió su nombre por otro que a mí al menos me resulta muy poético y muy de su “terriña”. Os presento el Restaurante Belalúa. Vamos “pa dentro”.
El Restaurante Belalúa presenta ciertas características que lo diferencian positivamente de otros muchos locales de Madrid. Por un lado su ubicación, en pleno corazón del Madrid de los Austrias, en una zona muy tranquila que convierte a su terraza en un oasis perfecto para las cálidas noches de verano. Por otro, su distribución, muy cómoda y funcional. Siempre me ha gustado mucho este local, con una luz que entra a raudales por sus enormes ventanales durante el día y que se presenta coqueto e íntimo durante la noche.
Nada más entrar, a mano izquierda, nos recibe su barra, ni grande ni pequeña, el tamaño justo para hacer más breve la espera y tomar la primera copa.
El restaurante cuenta con 12 mesas en su tranquila terraza y con 50 cubiertos en su interior, distribuidos en dos salas contiguas. Las mesas son en su mayoría modulares de dos, que se van recomponiendo dependiendo del número de comensales. Aunque qué duda cabe, hay una que resalta sobremanera y es la que os muestro en la siguiente imagen. No me digáis que no es ideal para una cena romántica…
Su decoración es sencilla, pero con un punto moderno que lo dota de personalidad propia. Paredes blancas, muy blancas, suelos de madera, una iluminación apropiada y bancos corridos color rojo que le dan ese toque del que os hablaba antes. ¡Ah! Y por supuesto este cuadro, con ese azul intenso que te sitúa en la costa gallega.
Lo cierto es que el lugar es acogedor y se presta para una cena tranquila ya sea con tu pareja o con un grupo de amigos, porque se está muy, pero que muy bien.
Las mesas están vestidas parcialmente, me explico, en lugar de mantel han optado por manteles individuales tipo esterilla, las servilletas de tela blanca, eso sí. El resto son una vajilla, cubertería y cristalería muy acordes al diseño del local. Como detalles, por un lado la vela y por otro, algo que cada vez veo menos y que me encanta, una flor natural.
Bueno, vamos a ir metiéndonos en faena… Como ya os he comentado al principio, el Restaurante Belalúa lleva unos 7 meses abierto, pero con una propuesta gastronómica propia, apenas unos días. En concreto, el día de nuestra visita era el 3º que ofrecían su nueva carta. Han optado por ofrecer una cocina tradicional gallega a la que su jefe de cocina Rafael Ferreyra le pone su toque personal. Su propuesta está estructurada en cuatro apartados, a saber: Para Compartir, Entrantes, Pescados y Carnes. Una carta no muy extensa, pero lo suficientemente variada como para contentar a todos los gustos. Por supuesto, al mediodía de Lunes a Sábado ofrecen un menú a 14 € o un medio menú -eliges un plato y un postre- a 11 €, no lo he probado, pero me han hablado muy bien de él. El toque gallego llega el jueves cuando por 12 € puedes degustar un típico y completo cocido gallego, y el más cosmopolita el domingo con su Brunch a 18 €, del que también tengo muy buenas referencias y que daremos debida cuenta algún día, por lo visto sus Huevos Benedictos y sus Escalopines con dos salsas están de muerte.
Como os podéis imaginar, al ir 5 personas la elección se hace más complicada sobre todo a la hora de compartir platos, aún con todo, fuimos capaces y tras una larga deliberación nos decantamos por 4 entrantes para compartir y 6 segundos, que en realidad eran también 4, ya que el arroz y el baby beef eran para dos personas.
Comenzamos con este plato de Jamón de bellota con “pa amb tomaquet”, el jamón estaba riquísimo, era de gran calidad y en el momento justo de curación, además se me antojó una ración contundente considerando que su precio era de 18 € +IVA. Vamos… que fue todo un acierto.
Este primer plano corresponde al Salpicón de mejillones y vieiras con reducción de Albariño. El plato en sí está claro, llevaba un picadillo de mejillones, vieiras, cebolla y pimiento verde, todo ello presentado sobre endivias que le daban este puntito amargo. Para finalizar, una reducción de albariño. El conjunto me gustó, tal vez le faltaba un poco de potencia, pero esto es una apreciación personal porque me gustan los contrastes fuertes.
Y estando en un restaurante de cocina gallega y para más inri con un galleguiño a la mesa -Rayo-, no podía faltar un Pulpo a la gallega con cachelos, estuvo bueno, quizás un pelín duro, aunque desde luego no quedó nada en el plato.
Como os he comentado unas líneas más arriba, hubo dos platos que eran para dos personas, uno de ellos fue éste: Arroz con bogavante, bueno era para dos y lo probamos los 5 porque la ración era muy generosa. Sin duda alguna, éste es uno de los platos imprescindibles del Belalúa. Estaba… no rico, riquísimo, perfecto de punto y con un sabor a mar como pocos he probado. Un arroz de 10 acompañado de un señor bogavante.
Para los segundos, yo me decidí por el Rodaballo a la plancha con salsa de algas y taboluleh. Como podéis apreciar el plato era muy generoso.
Respecto al rodaballo, era una buena materia prima con la que disfruté comiendo, lo único que no llegó a convencerme fue el tabouleh de acompañamiento, el resultado con el pescado me resultaba un tanto seco en el paladar, pero como siempre… para gustos se hicieron los colores. La salsa, en cambio, me pareció que le sentaba muy bien al “pez”.
Llegamos a los postres como siempre, con el estómago al completo, pero claro… había que llegar hasta el final, de modo que cuando nos trajeron su carta de postres “caseros”… fue esta última palabra lo que nos incitó a probar, aunque sólo fuera una pequeña muestra.
En su carta nos encontramos con Tarta de Santiago, Tocinillo de cielo o Bavarois de fresa y albaricoque, así hasta 8 entradas. FlashBack tomó la iniciativa y se decidió por la Tabla de quesos acompañados. Buenos quesos, entre los que tal vez eché en falta una representación notable de la terriña.
La foto corresponde a las Filloas gallegas, de nuevo un plato que justifica una visita al Belalúa. Mira que a mí los postres muy dulces no me van, pero reconozco que estas filloas se salían. Podría decir que era un plato de fusión galego-argentina, por una lado las filloas muy finas, como deben ser, pero preparadas como el típico panqueque con dulce de leche, al que además añaden nueces y finalmente flambean con orujo gallego. Vamos… que hizo las delicias de todos, francamente sensacionales.
Regamos la cena con un Albariño Leirana Barrica 2005 con D.O Rías Baixas que cumplió y con nota nuestras expectativas y el tinto corrió a cargo de un Museum Real Reserva 2002 de la D.O Cigales, a éste me costó cogerle el punto, ahora bien, superados los dos traguitos y una vez oxigenado me encantó. También me gustaron los precios más que razonables de los caldos, ya quedan poquitos sitios así, y eso es de agradecer.
Pedimos unos cafés a 2 € +IVA y como viene siendo habitual… me fui a echar un vistazo al baño, recogido y muy coqueto.
Tras una larga sobremesa, porque como ya os he dicho, allí se estaba muy bien, pedimos la cuenta -salimos a 48 € por persona- y nos fuimos. Y ahora, mientras estoy escribiendo el final del post tengo que añadir los detallitos, ésos que gustan unas veces e incomodan otras, pero detalles al fin y al cabo.
El Restaurante Belalúa se encuentra ubicado en una de las zonas privilegiadas de Madrid y ese encanto que le rodea se hace patente en el propio local. La sala es muy acogedora, el trato del servicio agradable y cordial, debo añadir que nos echamos unas risas con el maître. Respecto a su propuesta gastronómica, es acertada, aunque tal vez y siempre bajo mi modesta opinión, algunos platos necesiten unas pinceladas finales, ésas que concede el paso del tiempo en un restaurante de nueva apertura.
Sólo me queda una cosa por decir: ¿Volveré? Está claro que sí, quiero ver su evolución y sobre todo quiero disfrutar de su fantástica terraza, siempre y cuando este tiempo loco que nos acompaña nos lo permita.
Cucharete: El Restaurante Belalúa se presenta como un nuevo espacio romántico en pleno centro de la capital. Ideal tanto para una cena romántica como para un comida de empresa, disfrutando de una cocina con guiños galego-argentinos en el que los comensales disfrutarán desde los entrantes hasta los postres. Mi equipo cenó por 48 €/persona, cinco personas con 4 entrantes, 6 segundos, 2 postres, 2 botellas de vino, agua y cafés.
Su céntrica situación. Su sobria, moderna y elegante decoración. Su terraza de verano. Su cocina con aires gallegos. El atento trato de los camareros. Ideal para una cena romántica y reuniones de empresa. Aceptan cheques restaurante. Disponen de zona WIFI.
La falta de rodaje, típica en un local de nueva apertura.
4,0
El Restaurante Belalúa ha cerrado.
31 comentarios a “Belalúa”
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No puedo aportar nada más, estoy totalmente de acuerdo con vosotros. Me me dejó fascinada con la decoración, nada recargada, te encuentras en un lugar muy cómodo que invita a disfrutar de sus exquisitos platos en un ambiente de sosiego y muy familiar.
Me parece que hay que tener en cuenta el trato del personal y los propios dueños que lo regentan , hoy en día es difícil encontrar un lugar donde te sirvan con agrado y te traten con tanta profesionalidad y amabilidad.
Un 10 para cucharete y Belalúa.
Prometo volver!!
joe… tiene todo una pinta q madre mía… acabo de comer pero ya me ha dado hambre otra vez por vuestra culpaaaaaaaaaaaa!!!
Bueno, pues yo tengo que aportar la opinion de haber estado 2 veces en el restaurante belalua.
La primera fui con algunos familiares, un domingo.En el restaurante habia poca gente, y el servicio fue excelente.Los camareros incluso prepararon un plato especial para un comensal, a su gusto.Pedimos el jamon (que nos sirvieron con el tomate ya untado), las croquetas y de comer, entrecott.
El jamon excelente, aunque los he probado mejores (en
referencia a otro restaurante, por ejemplo), las croquetas algo sosas, pero caseras, cosa que siempre se agradece. El filete realmente bueno, tierno y sabroso como pocos, y un triunfo acompañarlo de esas deliciosas patatas asadas. De postre pedi el famoso helado azul de limon.La segunda vez me acerque con mi pareja a comer, entre semana.La experiencia fue bastante peor que la primera vez. El sitio estaba bastante lleno, y nada mas entrar nos dieron el “menu del dia”, y la camarera se fue. 10 minutos despues, cuando se acercaron a tomar nota tuvieron que cambiarnos la carta del menu del dia por la del restaurante.
El pedido fue el siguiente: Croquetas, un solomillo, un entrecott, tarta de chocolate con helado de pistacho y de nuevo el helado azul.
El servicio fue lentisimo, teniendo que soportar tiempos de espera interminables entre plato y plato. Sobre la comida; las croquetas seguian igual de sosas, el solomillo era pasable y el entrecott parecia sacado de la suela del zapato de algun camarero.La tarta buena, pero escasa, y el helado delicioso.
En resumen, quiza vuelva algun dia, pero desde luego no con un invitado, pues te juegas a que tarden una eternidad en atenderte y la comida no sea nada del otro mundo.
Este restaurante es precioso, aunque no he tenido la oportunidad de sentarme a comer, lo he visto y me he quedado maravillada por su cuidada decoración y la sensación de calma y felicidad que transmite. Sobre lo que sí puedo dar mi más sincero y profundo comentario es sobre su cocinero, un chico argentino, Rafael Ferreira. Le he seguido los pasos desde sus inicios en un restuarante en la provincia de Mendoza, de donde soy originaria. Él es simplemente un cocinero maravilloso. Lleno de creatividad y talento. Pero tiene algo que es digno de admirar, una sensatez poca veces vista en los fogones.
Le auguro un gran futuro a este cocinero.
Que gracia!!, yo trabajo muy cerca y me paso dos o tres veces por semana a comer de menu, que por el precio que tiene se come estupendamente, si que es cierto que dependiendo del día cuando estan a tope tardan un poco, pero lo normal!!, Gracias al articulo me pase una noche para ver que ambiente se respiraba, y la verdad es que lleve una grata sorpresa por que la iluminacion es perfecta, con velas y musica de fondo, se sale!! mas tranquilo que al mediodía eso es cierto, pero se agradece,.. comimos muy bien, las croquetas de boletus estan de escandalo advertimos que nos habian dicho que estan un poco sosas y no se si lo tuvo en cuenta pero nada ver, de segundo pescado y carne todo buenisimo, Y el arroz esta en su punto y muy sabroso… sin duda volveré!!!
Hola a todos!!!He conocido esta página por casualidad, cómo os lo curráis jeje. Le debo una cena a mi chico, y esta pensando entre el
referencia a otro restaurantey el Belalúa, al final he reservado para el martes por la noche la mesa 24 jjejeje que ganas tengo de ir, espero quedar bien y que todo salga perfecto, es la primera cena romántica que reservo sólo tengo 23 añillos jejeje, bueno desearme suerte!!!Besillos a todosMe encantó este sitio. Muy bueno el baby beef, la salsa estaba espectacular. Personalmente me parece un poco fría la decoración del interior, pero como es verano cenamos en la terraza que es muy agradable y bonita (parece estar en un pueblo).
Nos atendieron estupendamente….
un diez!
Muy buenas, animada por el excelente reportaje a cerca del restaurante belalúa que vi en esta página, fuí el sábado pasado a cenar. No sé si hay más rstaurantes con el mismo nombre en Madrid porque no me pareció estar en el mismo del que hablabais. Aunque el trato y el local eran muy agradables, mucho, la comida era todo lo contrario. Pedimos pulpo de primero, recalentado en el microondas hasta dejarlo seco-acartonado y con un sabor algo extraño, incluso el sabor de las patatas, muy poco ricas. De segundo pedimos el arroz con bogavante y a cerca de vuestro comenterio de “con sabor a mar como pocos he probado”, sólo puedo decir que sí, que probaste pocos, a menos que la sopa de marisco de cartón tenga sabor a mar porque el sabor era muy similar, del bogavante en sí, bueno…Ya no nos atrevimos con el postre, no somos personas arriesgadas. Como ya dije, me encantó el local y el servicio, pero a un sitio así se va comer y en ese aspecto quedé muy decepcionada. Siento que este restaurante represente la gastronomía gallega.
Hola María,
corroboro una vez más lo que analizo en mi sección cuando digo: “con un sabor a mar como pocos he probado”. Desconozco el que tú tomaste, yo hablo del que comimos los cucharetes a principios de Junio.
Un saludo.
Hola……se ve hermoso los felicitos mucho exito desde Caracas Venezuela
Hace poco que he estado en este restaurante cenando, la verdad es que seguramente no volveré, al haber quedado algo mal en una cena de negocios. El motivo es que después de pedir un segundo (bueno dos segundos iguales) de entrecot, recomendados por el metre, recibimos en el plato algo menos que un simple filete. Nos quejamos y el metre, después de un buen rato, amablemente nos trajó un segundo filete con el objeto de cubrir nuestro malestar, la verdad es que aunque estaba bueno, no terminó de gustarnos el servicio ni el resultado de nuestra petición, que si no llega a ser porque nos quejamos nos vamos de allí pagando por un entrecot inexistente. En fin, me imagino que hay gustos para todos.
Yo no he ido al Belalúa a comer/cenar de carta, pero sí que fui un día al Brunch con mi novio y los dos salimos encantados.
Al ser un domingo por la mañana, estaba casi vacío, por lo que el camarero, muy agradable, nos dijo que podíamos elegir la mesa que quisiéramos.
Luego nos fueron sirviendo todo lo que incluye el brunch, preguntándonos todo el rato si queríamos algo más, si nos faltaba alguna cosa, si nos gustaba… y la verdad es que todo estaba riquisímo.
No pusieron nada más llegar una cestita con bollería, café y zumo (elegimos el de zanahoria y naranja), luego un sandwich de la casa (de pollo y guacamole, con el pan tostadito) y por último yo pedí salmón y mi novio unos escalopines tres salsas, aunque la ración de salmón fue algo escasa, estaba bueno, y con los escalopines fueron generosos, así que compensaba…
Salimos totalmente llenos, y eso que llegamos con hambre, y asombrados de la relación calidad-precio (y también cantidad). Aunque esto que cuento fue hace ya unos tres o cuatro meses, aún recordamos lo bueno que estuvo ese brunch…. tenemos que volver!!!!
Hola cucharetes!!!! felicidades por la web, está genial. He decidido reservar para cenar y, la verdad, es que quisiera saber cuál es el número de esa mesa tan romántica que hay cerca de la entrada!!! es simplemente increíble!! Un saludos, seguid así chicos…
Hola Yru,
desconocemos el número de la mesa a la que haces referencia, pero en el momento de tu reserva puedes indicar al restaurante su situación -ya que ellos sabrán a que mesa te refieres- y reservarla si todavía está libre para la fecha en la que tienes pensado visitar el restaurante.
Un saludo.
Hola a [email protected] Acabo de encontrar esta página y me he quedado maravillada con la cantidad de restaurantes románticos que existen en la capital. Pero especialmente el que más me ha llamado la atención es el Belalúa. He llamado para reservar cena la noche de San Valentín y, como me temía ya está todo completo. ¡Qué pena no haberlo encontrado antes! Hubiera sido el sitio perfecto para celebrar un día tan especial. Tendré que esperar hasta el próximo año, ahora que ya sé que existe un sitio tan perfecto para una fecha así: céntrico, asequible económicamente, bonito y original. En una palabra: PERFECTO.
A través de Cucharete llegue al Belalua la noche de San Valentin. El lugar nada especial, lo esperado teniendo en cuenta la categoria del lugar. El servicio muy mejorable y el esperado menu de San Valentin merece un comentario aparte.
Nos tiraron en la mesa la tosta, sin decirnos lo que era, igual que en un bareto de Lavapiés. El crujiente en pasta brick, necesitaba mejor presentación, que tal una presentación individual??, su relleno nada especial. El colchón de rucula y otras hierbas, estaba helado y su aliño muy pobre. El planto principal fue el solomillo relleno de boletus con tartar de mango,chips de boniato y plátano. Llegó a la mesa helado, los boletus necesitaban una lupa para confirmar su presencia puesto que por sabor no se apreciaban. Subido de sal, el tartar de mago habia sido sustituido por una juliana de pepino las chips de boniato desaparecidas y los chips de platano era una goma incomible. Fuimos los primeros en llegar y tuvimos suerte, en otras mesas se servia el solomillo seco y sin ningun acompañamiento. El postre los mejor de la noche, recordar que todo lo que se sirve en un plato debe poder comerse, por tanto el cordón que ataba la musse un pequeño fallo.
La cena nos costo 40 euros por persona, más 24 euros por una Cava Blanco, en el menu el cava que entraba era Rose y preferimos el Blanco, nada que objetar al pago de la botella, sino estaba en el menu el cava blanco no estaba, pero es la primera vez que solicito cambiar el color de una bebida en un menu y me cobran por el cambio.
Total 105,68 euros un alto precio teniendo en cuenta calidad-precio.
Mi hijo y su pareja fueron a comer el dia de los enamorados al belalua y les encanto de 10,volvieron a casa super contentos , la comida ,el postre el vino y la atención recibida fúe excelente.nosotros mi marido y yo tenemos muchas ganas ,de reservar para la cena . Lo recomiendo para gente muy especial.un saludo
Hola a todos!!!!!!!!!!
Antes de nada, muchas gracias a CUCHARETE por ofrecer este espacio, y permitir conocer los platos y sugerencias de tantos restaurantes.
En la noche de ayer, 21/04/09, quise dar una sorpresa a mi novia por nuestro Aniversario en el restaurante Belalua. Y fue un CAOS!!! Pero, ojo, no puedo criticar al restaurante ya que no cenamos allí.
Sin embargo, si puedo criticar su mal trato.
Reserve mesa por la web del restaurante, donde sale un mensaje de que te llaman para confirmar la reserva.
A las 20:30 pase por la puerta del Belalua y estaba CHAPADO!!!!! Nos sorprendió y ya me olió mal, había publicidad de que cerraban D Y L noche y esto era M.
En mi deseperación, llame por telefóno a las 09:00 y me lo cogieron, me dicen que no habían mirado los correos????? VAYA GANAS DE SERVIR AL CLIENTE, bueno reserve a las 22:00, pensando que no me habían llamado porque estarían hasta arriba. Pero no había nadie, vaya cara se me quedo me puse de una mala leche.
Conclusion: ir en finde, que espero este mejor, si reservais y no os gusta cenar absolutamente solos preguntar antes…….
Me da a mi que ese dia no tenian a nadie y me tomaron nota por compromiso, no habia ganas de currar.
Les voy a pedir por daños y perjuicios, jajajaja, es broma.
Saludos
Hola a todos!!
Siento decirlo pero después de haber estado el pasado día 9 de Mayo del 2009, mi opinión no es nada favorable. Servicio pésimo, camareros desgradables (incluso uno de ellos puedo decir que desagradable no solo en el trato, sino por
frase no permitida) tardaron en servirnos un triste primero de tostas mas de una hora, y despues de tanto esperar, eran bastante pobres y poco agradables tanto a la vista como al gusto. El segundo, pedimos unos crepes de salmon, que no fueron nada del otro mundo, y un solimillo. Bueno pues el solomillo quemado por fuera y crudo totalmente por dentro. No creo que un solomillo resulte tan dificil de hacer. Resumiendo. Mi valoración, para el precio que pagamos, no compensa en absoluto. Un desastre.Saludos
Hoy hemos ido a celebrar el cumple de mi marido a este restaurante que le tenia ganas desde hace tiempo. La primera sorpresa que nos llevamos es que eramos la unica mesa del restaurante junto con otra en la terraza. La verdad que sorprende que un sitio tan bonito este tan vacio, en fin, la crisis cada vez es mas visible.
El servicio correcto…quizas penseis que no tiene merito siendo la unica mesa, pero bueno pensar que la preocupacion de ver el local vacio podria haberse trasmitido y no fue asi.
En la comida, una sola decepcion, las vieiras gratinadas, plato de elaboracion corrientita para el precio (16€). El resto estupendo: pulpo a la gallega, bacalao y solomillo. Al postre no llegamos porque esabamos llenos. Bebimos el vino de la casa que nos recomendaron que realmente nos sorprendio por su calidad y un precio estupendo (10€).
En definitiva, un buen restaurante, de estetica preciosa y contenido aprobado con notable alto. Espero volver y encontrarme mas gente porque el local lo merece.
Holas cucharetes es la primera vez que posteo, pero deberia haberlo hecho antes, el motivo pues BelaLua. fui acenar este finde con mi esposa y la verdad que estubo genial, un poco “raro” el servico. Una camarera que no paraba de hablar pero al final en la cena ya izo un poco de silencio y se trono la cena muy agradable.
La cena: croquetas muy buenas y caseras que es de agradecer, ensalada Belalua, que no estubo ya que es una copia de una ensalada Griega sin el queso feta, luego mi mujer un rodaballo con una salsa de algas que se sale! y el rodabalo en su punto. y yo una solomillo gallego y como Dios manda bien sellado por fuera y tibio en el centro, y para terminar las filloas de la casa, muy dulces y empalagosas pero muy buenas.
Bebidas, agua y el vino de la casa que es una buena relacion precio-calidad.
En conclusion El restaurante muy bueno y la comida exelente yo le daria un 9 en mi humilde opinion.
Gracias cucharetes por esta oportunidad de expresar lo bueno y lo malo de cada lugar
Atte
Ernesto
Hola cucharetes. La mayoría de las veces me dejo guiar por vuestras opiniones y suelen ser muy acertadas. Esta vez es la primera en la que discrepo con vosotros.
Fui con mi pareja en una noche especial, en las que siempre intentas que todo salga bien. Y todo iba bien hasta la llegada al restaurante.
Teníamos mesa reservada en la terraza, pero al llegar pedimos si sería posible quedarnos dentro (solo había tres mesas ocupadas dentro del local), a lo que su contestación después de ausentarse un par de minutos fue un rudo y tosco si. Intenté no darle imporancia hasta que llegamos a la mesa… podría liarme y pormenorizar detalle a detalle, no lo haré. El camarero, un chico alto, sobrepasó los límites de la mala educación durante toda la noche, teniéndonos abandonados durante toda la cena, al requerirle tardando en atendernos, y la espera entre plato y plato eterna.
Centrándome en la comida, los entrantes cortos, mi solomillo estaba bueno. El pescado de mi pareja muy seco. De postre pedí tarta de chocolate, y lo que me trajo fue un bizcocho de chocolate del que se compra en el DIA con una bola de helado de menta…
Solo recomendaría este sitio para tomar el menú del día, y eso en el supuesto de que no pasase de 12€.
Espero que os sirva esta opinión de la misma manera que yo agradezco tanto las vuestras. Un saludo Cucharetes!
La verdad que fue una cena muy agradable, lleve a cenar a mis suegros y supero mis expectativas, de primero tostas de foie,-incomparables- muy buenas, pulpo y croquetas de boletus que es uno de los pocos lugares donde las he probado caseras y la verdad que me han encantado. De segundo; Arroz con bogavante para mis suegros, (que alcanzo para los cuatro) muy bien logrado, le falto un poquito mas de caldito pero genial. Para mi un confit de pato muy bueno y tierno y mi marido un solomillo con la particularidad que si era Gallego y no como un muchos lugares que alardean de eso y no se le acerca ni a un metro. Jaa. De postre las filloas de la casa. muy dulces demasiado dulces pero riquísimas de sabor. en fin una velada que seguramente repetiré en alguna ocasión no muy lejana.
Hola. Estuve ayer cenando en este restaurante con mi novio, y tengo que decir que fue una cena maravillosa.
Hice la reserva por la página de internet, además pedí una mesa en concreto, la mesa que mostrais en las fotos, la más bonita de todo el restaurante, la 24. Todo estaba en orden cuando llegamos a la hora.
Los platos que pedimos estaban exquisitos. Para comenzar pedimos un plato para compartir. Pedimos tostas de foie con jamón serrano y compota de manzana, estaba buenísimo. Después, mi novio se pidió un solomillo riquísimo y yo unos crepes de salmón riquísimos también. Y para beber una botellita de vino rosado, que estaba muy bueno.
He de decir que el trato fue inmejorable. El camarero estaba muy atento de cómo iba la cena, y cada vez que pasaba por nuestro lado miraba el plato a ver cómo iba. Y la chica de recepción, y también camarera, nos aconsejó muy bien para la elección del postre, que pedimos unas bolas de helado exótico que estaban para chuparse los dedos. Además, nos invitaron a tomar un chupito y después, con la cuenta, unos caramelitos muy buenos.
La única pega que pudo sacarle mi novio es que no le cogían las piernas debajo de la mesa y las tenía que estirar, jeje, por lo demás todo bien.
La verdad es que es un restaurante que recomiendo. Y calidad-precio está muy bien.
Gracias cucharete!
Hola, pues ayer jueves, después de ver comentarios y el reportaje de cucharete, fuimos con la intención de cenar en este restaurante. No reservamos y cuando llegamos no había nadie en el restaurante cenando, y eran ya las 22:30. Vimos la carta que estaba puesta fuera, y entendimos un poco el porqué seguramente estaba vacío en un día normal, y es que los precios nos parecieron un poco desorbitados. Sólamente cenar, sin bebida, unos cuarenta euros por persona y si le añades un vino, pues 20 Euros más…. pues nada que nos fuimos por la zona y al final cenamos bastante bien por 39 euros en total, con bebidas y postre.
Hola cucharetes, el pasado 3 de diciembre estuvimos en Belalua, siento deciros que me decepcionó bastante, en primer lugar tenian arroz con bogavante para dos, pero hubiese sido mejor que nos hubieran dicho que no tenian para ninguno, el bogavante brillaba por su ausencia, vergonzoso, el camarero parecia dormido y por que pedimos más pan, que está delicioso pero los bollitos son pequeños, se le escapo un joder, me parecio una pena ya que me fio bastante de vuestro criterio, de cualquier manera visitaré otros mas y os contaré
PESIMO TRATO A LOS CLIENTES Y NINGUN RESPETO.
De lo peor que he conocido. Celebramos la cena de navidad, aunque casi nos vamos sin cenar. El trato es pesimo, el que decia ser el dueño del restaurante monto un espectaculo a gritos en mitad del restaurante, todo porque varios compañeros no pudieron asistir en el ultimo momento ya que se pusieron enfermos. El susodicho dueño se puso a gritar diciendo que tenia el genero, que nos iba a hacer pagar los platos de la gente que no pudo ir… en fin, todo esto despues de mentir como un cosaco diciendo que no habiamos llamado para decir que seriamos menos, cuando SI que llamamos. Para ser el dueño de un negocio de cara al publico, no tiene ni pizca de educacion. Jugó con que eramos 15 personas, las 11 de la noche y un fin de semana de diciembre, a ver donde ibamos a cenar a estas alturas. Total, que al final tuvimos que pagar 4 cubiertos de mas, saliendo la gracia a mas de 55€ por cabeza para una cena que si acaso vale 35€.
Respecto a la comida, el carpaccio de venado sabía avinagrado, y el supuesto queso granna padano, era mas bien queso de gratinar del “dia”. Los hojaldritos de tomate con mozarella estaban ausentes de sabor, y la ensalada verde con frutos secos, queso y tomate, era eso, dos hojas de lechuga enormes con unas pocas almendras sin pelar siquiera. Al menos los segundos estaban un poco mejor, confit de pato y solomillo de cerdo. De postre, se supone que teniamo brownie y crujiente de almendras, aunque esto segundo no nos lo sirvieron, y del brownie mejor no hablar, que mal sabia (con lo que me gusta a mi el brownie, que lastima…).
En fin, de las peores experiencias en un restaurante, creo que nunca he visto un trato tan pesimo al cliente. Si podies evitarlo, hacedlo!!
Estimados comensales: ayer domingo estuve en este local con unos amigos (yo ya había estado sólo anteriormente). Estuvimos casi sólos (éramos 7) y el trato, el servicio y la comida nos parecieron muy buenos. El local es muy tranquilo y acogedor, con una decoración sencilla y envolvente.
Sí queremos hacer un par de consideraciones: la primera es que a pesar de que comentamos que éramos recomendados de “cucharete” no tuvieron ninguna consideración con nosotros; y la segunda es que en algunos momentos pasamos un poco de fresquito porque ponían y quitabanla calefacción constantemente.
Por lo demás, es muy recomendable tanto a diario como en fines de semana.
Yo estuve cenando recientemente por recomendación de Cucharete. Efectivamente el ambiente está muy bien.
No obstante, el servicio nos pareció flojillo. Tardaron 40 min. en traernos el primer plato. Además, eran unas vieiras que nos recordaron mucho a las que vende La Sirena. Obviamente, 10 veces más caras. Recomendación: no pidais las vieiras.
El segundo, pescado, estuvo mucho mejor.
Buenas! solo escribo para comentar que este restaurante por desgracia lo han cerrado o eso nos dijeron la última vez que fuimos, que lo cerrarian en marzo, creo que vana poner un asiatico. Es una pena porque la verdad lo conocimos gracias a cucharete y se convirtio en nuestro restaurante favorito, acogedor, te atendían estupendamente y se comia muy bien, sabemos que el cocinero se ha ido a otro restaurante del cual ya tenemos tarjeta, habra que ir a visitarlo :-). un saludo
hola buenos dias me encanta su restaurante y me gustaria que me orientaran con algo especial y ecomico quiero hacer una cena de cumpleaños a mi novio con mas o menos 12-15 personas y quiero que ese dia sea muy especial para el y que sus amigos y yo obvio quede muy bien con este detalleque quiero hacerle..gracias